Para darle más calor a la victoria venezolana en la OEA, unas consideraciones puntuales y necesarias

Indudablemente que la diplomacia bolivariana que definiera el Comandante Chávez, y puesta en práctica de manera ejemplar por el camarada Nicolás Maduro, nuevamente sale victoriosa ante las patrañas imperiales de querer acorralar a la República Bolivariana de Venezuela en el seno de la OEA, pretendiendo, nada descartable por sus posturas permanentes, trastocar el ritmo de la historia que estamos escribiendo en Latinoamérica como referencia hacia los pueblos del mundo.

Las exposiciones de los voceros venezolanos, Delsi Rodríguez y Samuel Moncada, durante las conferencias recientes, como ya lo sabe y reivindica parte importante de los pueblos del mundo, la otra no lo reconocerá por su estrechés mental y la apátrida posición que caracteriza a quien la gobierna, sirvieron para reafirmar lo acertado de las directrices que orientara el presidente Nicolás Maduro, también en esta escala regional, para la defensa en ofensiva de la patria de Bolívar, Chávez y sus hijos que somos todos.

Las denuncias bien oportunas hechas contra las actuaciones de los representantes imperiales, USA-Canadá y sus perritos falderos, buscando torcerle el brazo a los gobernantes de la R. Dominicana, El Salvador y Haití, como lo advirtiera el tal Obama y hoy se plantea el Trump, asumiendo estos que la condición de pobreza de esos pueblos es suficiente para creerlos chatajeables, sin embargo, no les sirvió más que para mostrar que los fulanos gobiernos i’que democráticos y bien planteados como Colombia, México, Brasil y los otros, sí se sumaron al coro batuteado por el representante de USA en su política antivenezolana. A mi juicio, para que a estos gobiernos no les valgan las míseras escusas que pudieran servir para esconder la sumisión ante el chantaje y subordinación que les imponen los gringos, he aquí la primera consideración, para aderezar el discurso denunciante de Venezuela, de cara frente a los pueblos tristemente gobernados por la derecha antipatria en la OEA, tendremos que lanzar bien claro y a todo lo alto la interrogante "si a los países "pobres y arruinados" les ofrecieron nada como siempre y dignamente no aceptaron, cuánto o qué les habrían ofrecido a los jactanseosos y "prósperos gobiernos democráticos" que sí aceptaron".

De igual manera, mi segunda consideración. Independientemente de lo calificado por embajador cubano en la oportunidad que fuera expulsada la patria de Martí y Fidel del seno de la OEA, "Ministerios de Colonias", es bueno tener en cuenta que en aquella ocasión casi todos los países dijeron sí, solo México se opuso a tal medida de expulsión. Hoy tácticamente es distinto, porque muy a pesar de la mentalidad colonial que mantienen algunos gobernantes en Latinoamérica, sus pueblos y varios en un número importantes de gobiernos y sus respectivos pueblos, muy a pesar de mantenerse en la OEA, están a la espera del momento para el salto definitivo, tal como quedó demostrado en la reciente cumbre, pues, allí se vio que la mayoría no está comprometida ni acepta el tutelaje yanky, es más, lo desafía pese al poderío y amenazas, por otro lado, los gobiernos entreguistas de la derecha, bien conocidos todos, igual perteneciendo a la CELAC y UNASUR, tienen la misma condición de colonia, mientras, más temprano que tarde, los pueblos y sus vanguardias revolucionarias luchas para ser gobiernos antiimperialistas.

 



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Gustavo C Vásquez


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