Los fracasados negocios de las autoridades universitarias

Muy escadalizadas se sintieron las autoridades de la UCLA, cuando en el Consejo Universitario planteé que una de las dificultades de la creación de la Ruta Estudiantil Universitaria era el negocio en que se había convertido para cada universidad la contratación de autobuses privados.

Una vez más la Viceacadémica amenazó con hacer lo único que saben las autoridades de la UCLA cuando se presentan problemas: "Cerrar la universidad" ante los problemas de transporte y comedor que no saben o no quieren solucionar.

Ahora paso a explicar por qué han fracasado estos negocios de los servicios universitarios contratados con privados.

Es a partir de los años ´90, con el auge del neoliberalismo capitalista y de las empresas llamadas "Out-sourcing", vulgarmente contratistas, comienzan a ser asumidas por varias universidades del país para atender los servicios de transporte y comedor, luego la vigilancia y más adelante, limpieza y mantenimiento.

Ello generó varias situaciones: por una parte, comenzó el descenso del personal obrero que antes realizaba esas funciones al ser desplazado por estas empresas y no reemplazarse al ser jubilados. Ello implicó una pérdida de fuerza del movimiento sindical obrero en las universidades, otrora poderoso. Por otra parte, comenzaron a perderse los valores institucionales universitarios, ya que las empresas contratistas sólo están pendientes de sus ganancias, del lucro y no de la vida universitaria como tal. Es decir, no tienen identificación con la universidad. El hecho de que una imagen de "eficiencia inicial" logró encandilar a algunos, generó que este modelo comenzara a generalizarse en otras universidades e incluso, en la administración pública en general.

Pero, en épocas difíciles como las que estamos viviendo en Venezuela, sobre todo desde hace tres años cuando arreció la guerra económica contra el pueblo y las instituciones. Aunado a esto, la caída vertiginosa de los precios del petróleo, más la voracidad capitalista de las empresas privadas, comenzó a hacer crisis en este modelo gerencial tutelado de las autoridades universitarias.

Los contratos "leoninos" (*) que estas empresas impusieron a las autoridades se hicieron insostenibles y por ello, en la UCLA y otras universidades tenemos una permanente crisis en los servicios fundamentales (para los estudiantes) de los comedores y el transporte y para la normal actividad universitaria, de la vigilancia.

Hay que ver la enorme cantidad de personal contratado que tiene la UCLA, a través de esas empresas que ya han dejado se convertirse en una solución para ser en un problema y no pueden ni deben las autoridades defender sus intereses, sino el interés de la Comunidad Universitaria.

(*) Leonino: "Que es injusto y abusivo por favorecer solo a una de las partes y exigir el cumplimiento de condiciones particularmente duras a la otra". DRAE.

Respecto al servicio de comedores:

Obsérvese a continuación lo que textualmente expresó la Vice-académica, Prof. Nelly Velásquez en la sesión Nro. 2608 del Consejo Universitario de fecha 21 de septiembre de 2016: "Hay que notar que el precio de nuestro comedor es mayor que en otras universidades puesto que aquí en su costo hay que tomar en cuenta los sueldos del personal que ahí trabaja y que no lo paga la Universidad como sucede en otras universidades cuyo precio es más barato. Revisando con los concesionarios, se necesitarían unas 180 personas para trabajar en los comedores y que si el Ministerio los paga, abarataría los costos de la bandeja pues en el costo de esta no solamente influye el aumento en el precio de los insumos sino también en los aumentos salariales del personal que ahí trabaja".

Respecto a la vigilancia, es patético lo que ocurre en la UCLA. Tenemos dos tipos de vigilancia: una interna, donde está el personal obrero de la UCLA encargado de esas funciones. Otro externo, con empresas de vigilancia privada, una más "pirata" que la otra. Según el Vice-administrativo a quien le preguntamos cuántas personas están en ese servicio, respondió que "aproximadamente" 280. Es decir, que "aproximadamente" en la UCLA debe haber alrededor de 500 personas a quienes se les paga para prestar dicho servicio entre los internos (de camisa blanca, con el logo de la UCLA y los de empresas privadas, con el uniforme azul de dichas empresas). Pues bien, acá el FRACASO ES ABSOLUTO, ya que la UCLA, sobre todo en tiempos de vacaciones, se ha convertido en proveedora de equipos de todo tipo para los delincuentes que azotan esta universidad. Sin que los cuerpos de seguridad de la UCLA puedan hacen nada. Sólo reportes de lo robado. Veamos lo que dijo el Vice-administrativo en la sesión del Consejo ya mencionada: "Durante las vacaciones hubo problemas graves con los robos, que esta vez fueron más intensos que en otras oportunidades, inclusive, en Tarabana grupos armados entraron a las instalaciones a robar. La vigilancia no puede hacer nada porque están desarmados. En Ciencias se llevaron los mejores equipos de un laboratorio, sin violentar la cerradura. La situación es complicada. Se va a salir del servicio de vigilancia. El Ministerio no reconoce aumentos para el personal de vigilancia y mantenimiento. El Jefe de Seguridad renunció por amenazas hechas a su persona y familia".

Respecto al transporte universitario. Ocurre algo similar al comedor y la vigilancia. Las autoridades administrativas y académicas (el transporte estudiantil depende de Vice-rectorado académico por provenir los recursos de las providencias estudiantiles )han mantenido el mismo modelo fracasado por dos décadas. En la UCLA existe una Dirección de Transporte que se encarga del transporte de toda la universidad, o sea, de la flota de vehículos que tienen asignadas las autoridades (rector, vice-rectores y decanos y Secretaría General), las direcciones académicas como Extensión, Investigación, Posgrado y otras dependencias (por cierto que esa Dirección, ubicada en la Av. 20, a una cuadra del rectorado) ha sido objeto de varios asaltos, uno por dirigentes estudiantiles el año pasado y que no han sido sancionados y otro este año con la sustracción de cauchos y otros objetos de vehículos que implicaron una enorme pérdida para la universidad).

En el caso del transporte estudiantil desde hace muchos años éste fue negociado con empresas privadas, teniendo ellos 480 rutas de transporte movilizadas por más de 80 autobuses en condiciones precarias, propiedad de unos 30 dueños de estos armatostes, todo ello, en connivencia con las autoridades. Sin embargo, fue tanta la voracidad de los dueños de estas unidades que este año la propia universidad se vio imposibilitada de seguir pagando las rutas más costosas del Estado Lara (o sea, las de la UCLA). Ello hizo que se acudiera a Transbarca, quien asumió 18 rutas de transporte en un convenio aún informal, pero que Transbarca, en aras de colaborar con la institución ha venido asumiendo prácticamente desde el inicio del año 2016 y que hoy se encuentra en revisión por parte de dicho ente.

De allí que la Ruta Estudiantil Universitaria es un proyecto que se debe retomar para beneficio de TODA la comunidad estudiantil del Estado Lara.

En síntesis, en el negocio del transporte con la empresa privada también ha habido un enorme fracaso de gestión, de gerencia y de compromiso.

Así que al fracaso académico altamente demostrado por nuestras autoridades (ver nota adjunta), se le agrega el fracaso en la administración de los servicios mencionados, convertido en simples negocios de los cuales sólo se ha aprovechado el sector privado que contrata con las autoridades.

Esperemos que la crisis venezolana, pueda lograr que la creatividad la convierta en una oportunidad para superar esos problemas acuciantes para la universidad, sobre todo para el sector estudiantil.

El grave problema que avizoro es que con estas autoridades, a quienes respeto, pero con quienes discrepo profundamente, pueda haber algún asomo de solución estructural a los mismos. Estas autoridades y acá incluyo a todas las de AVERUO (Asociación de Rectores Universitarios Oposicionistas) no pueden pues tienen tanto tiempo acostumbradas a su zona de confort, a su displicencia y desidia, que no saben hacer otra cosa que "cerrar la universidad" ante cualquier asomo de tormenta.

Saludos solidarios y revolucionarios.



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Cécil Gerardo Pérez


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