"El mundo al revés", es lo que mejor define la extensión por un año del decreto de Barack Obama, de que somos una amenaza a la seguridad nacional para los Estados Unidos, pero quienes se han convertido en los más amenazadores del planeta, sobre todo en los últimos años, son los herederos del Tío Sam.
En el 2003 Bush hijo, con el apoyo del Reino Unido, invadió Irak con el pretexto de que Saddan Hussein tenía armas de destrucción masivas. Aunque esto nunca se comprobó, causaron la muerte de medio millón de iraquíes.
Luego en 2011, EE.UU, con Obama, a través del Pentágono, con la mayoría de los países de la OTAN, invadió a Libia. La escusa fue la misma, crisis humanitaria: defender a la población civil del "dictador" Muammar Kadafi, con el que, contradictoriamente, se habían aliado y sus políticas alabado, pero, de repente, había que perseguirlo para instaurar una "democracia".
El verdadero objetivo fue tomar el control de las reservas de petróleo de ese país para obtener este recurso gratis. Para ello tenían apoyar a los opositores de Kadafi, concentrados en Bengasi, quienes lo desconocieron. Luego, crearon un gobierno paralelo. Acto seguido, junto a su hijo, cruel y brutalmente, asesinaron al líder libio.
Actualmente, EE.UU, de nuevo, mediante el Pentágono, con una gran cantidad de mercenarios extranjeros, utiliza el gastado argumento de la "seguridad" al considerar a Bachar Al Assad como una amenaza, al igual que lo hicieron con Saddan H y Muammar K, y con ello tienen absoluta responsabilidad en los miles de refugiados que huyen del país sirio para salvar sus vidas.
Definitivamente, quienes, en nombre de la democracia, ayudas humanitarias y la "libertad", como decía Simón Bolívar, que parecían destinados por la Providencia, han perpetuado invasiones, guerras y masacres, son los que representan un gran peligro para la paz mundial.
