II Congreso de la Internacional

El II Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores celebróse en la sala del Casino de Lausana (Suiza) del 2 al 9 de septiembre de 1867. El Consejo General estaba representado por Eccarius y Dupont, este último secretario corresponsal de la Internacional para Francia, quien actuó de presidente. En total asistieron 71 delegados, siendo la delegación francesa la más numerosa. En este Congreso los proudhonianos contaban con una fuerte representación. Desde algunos meses antes habían realizado un trabajo de fracción con el fin de lograr que el Congreso aprobara sus proposiciones. Entre otros elementos de significación asistieron Charles Longuet, Eccarius, De Paepe, Guillaume, Kugelmann, Becker y Tolain.

Abrió la sesión inaugural el presidente de la Comisión organizadora del Congreso, Aviolat, de Lausana, que dio la bienvenida a los delegados y pide para ellos “la bendición de la Divina Providencia”, para el mejor resultado de los trabajos del Congreso. Esta apelación a la Providencia provocó las protestas de la mayor parte de los delegados y, por lo tanto, el primer incidente del II Congreso. La Internacional no se planteaba el problema religioso, pero tampoco esperaba de la Divina Providencia…

El II Congreso de la Internacional registraba un gran avance. El crack económico de 1866 provocó una serie de conflictos a los que la Internacional había prestado una gran atención, poniendo por primera vez en práctica la solidaridad internacional e impidiendo que los trabajadores fueran movilizados de una localidad a otra y de un país a otro para servir de esquiroles. Esta acción de solidaridad internacional fortaleció el prestigio y la personalidad de la Internacional ante los trabajadores, que comprobaban su eficacia y el valor de su unidad.

El Congreso discutió las diferentes cuestiones, muchas de ellas inspiradas en las concepciones de Proudhon, presentadas y defendidas por la delegación francesa, tales como “la mutualidad como base del comercios social…, la compensación, las prestaciones de servicios…, el crédito y los bancos populares…, establecimiento de seguros mutuos…” Todos estos problemas motivaron múltiples discusiones.

En el II Congreso aparece, actuando de secretario, James Guillaume, quien sería de las principales figuras del grupo de Bakunin, provocador de la escisión en el II Congreso de La Haya y en la cual habrían de tomar una parte muy activa los anarquistas españoles, como veremos más adelante.

He aquí el orden del día:

1º  ¿Cuáles serán los medios prácticos de facilitar a la A.I.T. un centro común de acción para la clase obrera en la lucha que ella sostiene contra el capital?

2º  ¿Cómo pueden las clases obreras utilizar, para su emancipación, el crédito que dan a la burguesía y a los gobiernos? Crédito y Bancos Populares. Moneda y papel moneda. Seguros Mutuos. Sociedades obreras.

3º  Los esfuerzos realizados hoy por las asociaciones para la emancipación del cuartoEstado (la clase obrera), ¿pueden tener por resultado la creación deun quinto Estado, cuya situación sería mucho más miserable aún? La mutualidad o reciprocidad consideradas como base de las relaciones sociales. Equivalencia de las funciones. Solidaridad. Sociedades obreras.

4º  Trabajo y capital. Paro, las máquinas y sus efectos. Reducción de las horas de trabajo. División del trabajo. Transformación y extinción del salariado. Reparto de los productos.

5º  Funciones sociales. Papel del hombre y de la mujer en la sociedad. Educación del niño. Enseñanza integral. Libertad de enseñanza.

6º  Definición y papel del Estado. Servicios públicos, transporte y circulación. Intereses colectivos e individuales. El Estado considerado como justiciero y guardián de los contratos. Derecho de castigo.

El punto 7º era proposición de una asamblea popular de Ginebra que elevaba al Congreso la siguiente cuestión:

La privación de libertades políticas, ¿no es un obstáculo para la emancipación social del trabajo y una de las causas principales de las perturbaciones sociales? ¿Cuáles son los medios de acelerar este restablecimiento de las libertades políticas? ¿No será éste le reivindicación por todos los trabajadores del derecho limitado de reunión y de la libertad ilimitada de prensa?

8º  Manifiesto colectivo de los trabajadores al Congreso de la Paz que se reunirá en Ginebra.

Sobre el primer punto del orden del día el Congreso aprobó la siguiente resolución, presentada por una integrada por Eccarius, Becker y Tolain:

1º  Las secciones deben no solamente prestar su concurso a toda idea de progreso en la vida pública, sino también tomar la iniciativa para la creación de instituciones de producción o de toda otra iniciativa que presenten una utilidad directa para la clase obrera. Los Comités deberán sostenerles en su iniciativa.

2º  Si el Consejo general no puede publicar un boletín, hace cada trimestre una comunicación escrita al Consejo central de cada país y, ante todo, por los periódicos de las secciones.

3º  La cotización central por año será de 10 cents. Para todos los miembros de la A.I.T. o de las sociedades afiliadas. Será pagada por trimestre.

4º  Los delegados de las ramas y de las secciones que no hayan pagado su cotización central no podrán tomar parte en el Congreso.

Del segundo punto del orden del día fueron informantes Charles Longuet y Cesar De Paepe, que presentaron dos informes en oposición.

Longuet, en su amplio preámbulo, decía que:

El medio para las clases obreras de utilizar el crédito que dan a la burguesía es el de cesar de dárselo, de concedérselo a los trabajadores…

El informe De Paepe era un amplio documento, todo él inspirado en las concepciones económicas de Proudhon. Eccarius defendió el punto de vista del Consejo General, que fue aprobado:

El Congreso invita de una manera urgente a los miembros de la A.I.T. en los diferentes países a usar de su influencia para lograr que las sociedades de oficio apliquen sus fondos a la cooperación de producción, como el mejor medio de utilizar, dentro del propósito de la emancipación de las clases obreras, el crédito que ellas dan en la actualidad a la clase media y a los gobiernos.

Aquellas sociedades que no quieran consagrar sus fondos a formar establecimientos cooperativos por su propia cuenta deberán emplear sus fondos a facilitar el establecimiento de cooperativas de producción en general y hacer esfuerzos por establecer un sistema de crédito nacional proporcional a los medios de aquellos que reclamen su ayuda, independiente de valores metálicos, y a establecer un sistema de bancos cooperativos.

El Congreso aprobó la siguiente resolución sobre el punto 3º del orden del día:

El Congreso cree que los esfuerzos intentados hasta hoy por las asociaciones obreras (si ellas se generalizan conservando su forma actual) tienden a construir un cuarto Estado teniendo por debajo de él mismo un quinto Estado más miserable aún.

El peligro supuesto de la creación de un quinto Estado traído por los esfuerzos actuales de las asociaciones obreras desaparecerá a medida que el desenvolvimiento de la industria moderna haga imposible la producción en pequeña escala. La producción moderna en gran escala fusiona los esfuerzos individuales y hace del trabajo cooperador una necesidad para todos.

Para obviar este peligro, El Congreso piensa que es necesario que el proletariado se convenza bien de esta idea de que la transformación social no podrá operarse de una manera radical y definitiva sino por medios operantes sobre el conjunto de la sociedad y conforme a la reciprocidad y a la justicia.

El Congreso aprobó finalmente la siguiente resolución:

El Congreso declara que en el estado actual de la industria, que es la guerra, debemos prestarnos ayuda mutua para la defensa del salario, pero cree de su deber declarar que existe un fin más elevado que debemos alcanzar: La superación del salario. El Congreso recomienda el estudio de los medios económicos basados en la justicia y la reciprocidad.

Resolución sobre el punto 5º del orden del día:

1º  La enseñanza científica, profesional y productiva y la puesta en estudio de un plan de enseñanza integral.

2º  La organización de talleres-escuelas.

3º  Considerando que la palabra “enseñanza gratuita” es un contrasentido, dado que el impuesto extraído a los ciudadanos es una parte de los gastos, pero que la enseñanza es indispensable y que ningún padre de familia tiene el derecho de privar de ella a sus hijos.

El Congreso no concede al Estado el derecho a sustituir al padre de familia solamente en el caso de que éste esté en la imposibilidad de cumplir su deber.

En todo caso, la enseñanza religiosa será descartada del programa.

El Congreso, en este punto, discute el problema de la ortografía y de los idiomas y aprueba:

El Congreso es de opinión que el establecimiento de un idioma universal y una reforma de la ortografía sería un bien general y contribuiría poderosamente a la unidad de los pueblos y a la fraternidad de los pueblos.

El punto 6º, “definición y papel del Estado”, muestra el carácter que tenían las discusiones y lo embrollados que aparecían los problemas en los primeros congresos de la Primera Internacional en los que, como vemos por la propia resolución anterior, se envolvían todas las cuestiones. En las mismas decisiones aparecían mezcladas todas las escuelas, todas las teorías, lo mismo aquellas que eran consecuentes como las contradictorias, las posiciones de Rousseau en su Contrato Social, como las de Proudhon, las de Owen como las de Fourier. Entre ese maremágnum de ideas, los miembros del Consejo General, interpretando las concepciones de Marx, en muchos casos concretadas en proyecto de resoluciones para ser examinadas por los congresos, realizaban toda clase de esfuerzos por orientar y canalizar las discusiones, por lograr resoluciones congruentes en sus ideas y en sus fines y que se inspiraran en los propios principios de la Internacional establecidos, en líneas generales, en sus estatutos y en sus primeros documentos. Pero no siempre lograban sus objetivos.

Fue informante del 6º Vasseur, que definía al Estado en el preámbulo de su amplio informe en los siguientes términos:

Si nuestra definición del Estado es exacta, su papel debe limitarse a recibir los impulsos de sus mandatarios, (el pueblo) a ejecutar su voluntad, a representar sus intereses, a permanecer en guardián del pacto social, a registrar las convenciones particulares sin que, en ningún caso, pueda por su propia iniciativa o voluntad privada impedir el ejercicio de los derechos que tiene por misión hacer respetar. Para dar a nuestro pensamiento una forma más precisa —añadía—, diremos que el Estado es la gerencia social; no tiene puntos de intereses distintos a la sociedad porque no tiene ni vida ni existencia propia. Con relación a la nación es un signo, una abstracción…

Finalmente, el Congreso aprobó la siguiente resolución:

1º  El Estado no deberá ser más que el simple ejecutor de las leyes votadas y reconocidas por los ciudadanos.

2º  Los esfuerzos de las naciones deben tender a convertir el Estado en propietario de los medios de transporte y de circulación, a fin de destruir la potencia del monopolio de las grandes compañías que, sometiendo a la clase obrera a sus leyes arbitrarias, atacan a la vez la dignidad del hombre y la libertad individual. Por esta vía se llegará a dar satisfacción a la vez al interés colectivo y al interés individual.

3º  Formulamos el deseo de que el hombre culpable sea juzgado por ciudadanos nombrados por sufragio universal, que los ciudadanos jurados conozcan a fondo el culpable y que puedan buscar las principales causas que condujeron al hombre al crimen o al error…

Pedimos igualmente que ningún reo sea juzgado fuera de su país, a fin de que se pueda examinar, como se señala anteriormente, las principales causas que han podido desviarle de sus deberes; que la sociedad entera bastante frecuentemente es la sola culpable. La falta de instrucción lleva a la miseria; la miseria conduce al embrutecimiento; el embrutecimiento conduce al crimen; el crimen, a la cárcel, y la cárcel, al envilecimiento, que es peor que la muerte.

La interesante cuestión sometida al Congreso por las organizaciones de Ginebra fue resuelta aprobando una resolución que, después de pedir el concurso de todos para lograr que la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789 fuera aplicada en todos los pueblos, declaraba:

Considerando que la privación de libertades políticas es un obstáculo para la instrucción social del pueblo y la emancipación del proletariado, el Congreso reunido en Ginebra en septiembre de 1867 declara:

1º Que la emancipación social de los trabajadores es inseparable de su emancipación política.

2º Que el establecimiento de libertades políticas es una medida principal de absoluta necesidad.

Por la precedente resolución, la Primera Internacional en su II Congreso dejaba planteado con toda claridad el problema político, de la acción política.

Con esta resolución, el Congreso establecía una cuestión de principio al estimar que la acción política era inseparable de la lucha por la emancipación del proletariado. Esta posición de la Internacional representó una victoria desde el punto de vista político, frente a las corrientes “economistas” llenas de confusión y de vaguedades de los elementos proudhonianos. Es la única resolución en la que aparece, aunque débilmente, lo que era pensamiento de Marx. Los demás acuerdos, en general, fueron adoptados por la imposición de una política de colaboración y de concesiones, en las que no puede verse, ni de lejos ni de cerca, el pensamiento de Marx. Sus concepciones sobre el problema social estaban en contradicción total con las de los proudhonianos. El II Congreso, a pesar de esto, desde el punto de vista político, representó un avance, puesto que sentó y reconoció el principio de la necesidad de la acción política como inseparable de la lucha por la emancipación de la clase obrera. Entorno a esta concepción habría de girar la polémica, las maniobras del anarquismo en contra de la Internacional, de la unidad del proletariado en el seno de una poderosa Internacional.

Y, por último, el Congreso discute su posición ante el primer Congreso de la Liga de la Paz y de la Libertad que se celebraría unos días más tarde en Ginebra, aprobándose el manifiesto que aparece en el próximo capítulo, a falta de la enmienda presentada por el delegado francés Tolain, que añadía al manifiesto la siguiente conclusión:

El Congreso:

Considerando que la guerra tiene por causa primera y principal el pauperismo y la falta de equilibrio económico;

Que para llegar a suprimir la guerra no basta licenciar los ejércitos, sino que hace falta modificar la organización social en el sentido de establecer un reparto cada vez más equitativo de la producción.

Subordina su adhesión a la aceptación por el Congreso de la Paz de la declaración que precede:

Con esta decisión, el Congreso daba por terminados sus trabajos después de designar una delegación que asistiría al Congreso de la Paz para entregar el manifiesto acordado. El problema de la lucha por la paz y en contra de la guerra aparece como otra de las definiciones de la primera Internacional en los albores de sus primeros días.

Consejo Central

Designado en el II Congreso de la Internacional

                                              Odger          Presidente

                                               Eccarius      Secretario general

W. Dell        Tesorero

Shaw            Vicetesorero

                                               E. Dupont     Secretario corresponsal para Francia

                                               C. Marx                  ‘’                    ‘’               ‘’  Alemania

                                               Zabicki                    ‘’                    ‘’              ‘’   Polonia

                                              A. Jung                     ‘’                    ‘’             ‘’    Suiza

P. Fox                        ‘’                   ‘’             ‘’    América

                                              Berson                      ‘’                   ‘’              ‘’Bélgica

                                              Carter                       ‘’                    ‘’              ‘’   Italia

                                              P. Lafargue               ‘’                    ‘’             ‘’  España

                                              Hansen                      ‘’                    ‘’             ‘’  Dinamarca

¡Chávez Vive, la Lucha Sigue!

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Venceremos!



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Manuel Taibo


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