La revolución venezolana es bonita, y la burguesía amarga

Desde el triunfo electoral de Chávez en 1998 y de la Constituyente en 1999, hasta el triunfo de las regionales del 8 de Diciembre de 2013, la revolución venezolana ha salido airosa de una prueba doble impuesta por las condiciones históricas: la toma y consolidación del poder político y la conquista económica que consiste en dirigir la producción y la distribución.

A medida que la burguesía va siendo relegada a segundo plano por los revolucionarios en el terreno político y económico, traducido al lenguaje jurídico, la Constitución y Leyes secundarias, La Presidencia de la República y los Ministerios, la presidencia del parlamento y la mayoría de diputados, 20 gobernaciones, 242 municipios, todos en manos de los revolucionarios. Y le agregamos la dirección y administración de pdvesa, control de centros agropecuarios, supermercados, fábricas, etc., la dominación burguesa entra en crisis, pues está ligada ahora a condiciones que no le favorecen, ni puede cumplir.

Por eso, cuando la revolución bolivariana y sus repercusiones sociales favorecen fundamentalmente los intereses populares, pues busca la manera de poner en las manos del pueblo el timón del Estado y de la producción y la distribución, se complican los cálculos de la burguesía ya que no cuenta con los elementos políticos y económicos que correspondían a su dominio clasista anterior.

Ahora, si se piensa que la Constitución, Leyes Secundarias, El Plan de la Patria, la Presidencia de la República, los ministerios, los diputados, los gobernadores y alcaldes, la milicias y la fuerza armada, el control de pdvsa, la faja del Orinoco, los centros agropecuarios, supermercados, fábricas, etc., la permanente actividad de las misiones sociales-todas- los programas internacionales de cooperación e intercambio con América Latina y el mundo, la CELAC, UNASUR, ALBA, etc., en las dimensiones conquistadas, es poca muestra del poder de la revolución…

Ya no jodan… ¿De qué lado y en que están?

Con ese tremendo poder alcanzado por los revolucionarios venezolanos, absolutamente por todos, es bastante presuntuoso asumir que el entusiasmo de la burguesía por las revueltas y las octavillas repletas de anti madurismo, antichavismo, anticubanismo y amargura por la revolución, puedan provocar una rebelión que cambie el panorama social, político y militar del país.

Quizás sería mejor, ponerse a defender y a luchar heroicamente por su socialismo, orgullo vuestro y esperanza de los pueblos y gobiernos latinoamericanos progresistas. Porque si no están en esta dinámica, mejor vayan a echarse un porro al parque o vayan a un centro comercial a ver que compran y a…bueno a lo que gusten, porque hasta para eso da la revolución, porque la revolución venezolana es bonita y rumbosa.

 



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Memo Fernández


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