Declaración político-electoral

Nuestro compromiso es con los candidatos del Gran Polo Patriótico. Ahora o Nunca: Unidad y Victoria

La unidad ha sido clave en  las victorias del pueblo venezolano,  es la alternativa para construir una mayoría nacional que sea incuestionable e imbatible: una mayoría  política, social y electoral  que derrote, para siempre, a la oligarquía  lacaya y neofascista, y asegure, de una vez por todas, el punto de no retorno, que asegure la marcha victoriosa de la Revolución Bolivariana. Y Chávez es terminante al respecto: La cuestión no es lo que hemos hecho, la defensa de lo que hemos logrado, sino lo que nos falta por hacer:

  • El programa de Gobierno de   la Patria,  orienta un nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana; “un golpe de timón”  que afirma  la idea del socialismo anclado  en el poder del pueblo, como un reto permanente a la burocracia y a la burocratización,  el carácter democrático del socialismo,  definiendo la democracia “como socialismo en lo político, en lo social, en lo económico”, el poder del pueblo como una red que lo cubre todo. Un golpe de Timón es nuestro programa de lucha.
  • La lucha contra la corrupción y la guerra económica y la Ley Habilitante: es una línea divisoria en el proceso de la revolución bolivariana.

La reafirmación de la Revolución Bolivariana demanda el acto ético, a fondo y sin cuartel, de la lucha integral contra la corrupción: donde esté, donde se meta o esconda, privada o pública, del partido que sea,  a todo nivel y escala. Es un imperativo avanzar en la ruptura y quiebra absoluta contra la usurpación y malversación de los bienes. Hay que volver “polvo cósmico”, disolver y pulverizar las relaciones de poder que saquean la renta petrolera y ultrajan la tradición honesta, decente y trabajadora del pueblo venezolano que siempre ha sabido ganarse su pan y vivir sin trampas, ni triquiñuelas   y rechaza  las elites corruptas y el dinero mal habido.  El gobierno revolucionario, del presidente Maduro avanza  una política subversiva que articula ética y política, estamos comprometidos con esa política: la Revolución Bolivariana es ética o no es una revolución.

La guerra económica, del imperio, la oligarquía y sus organizaciones políticas, ha sufrido una importante derrota: la cultura del cadivismo corrupto, la especulación,  el desabastecimiento, y el ataque contra la moneda nacional, comienzan a experimentar reveses. Hay que mantener la iniciativa política  contra la política imperial y oligárquica de “hacer sufrir la economía”, la política revolucionaria tiene que voltear la tortilla-

Está planteado de manera urgente e imperativa, en términos de construcción del poder popular; de  gestión del gobierno  revolucionario y  la acción política y del presidente  Nicolás Maduro, con fuerza y pasión: asumir “la insatisfacción” popular que no hemos  podido movilizar: Programa de la Patria, gobierno de calle, eficiencia o nada, patria segura y lucha a fondo contra la corrupción y la guerra económica

La Ley Habilitante debe establecer  las condiciones de posibilidad para  “hacer sufrir la economía capitalista”.

El capitalismo continua naturalizado o normalizado;   se desempeña con cierta impunidad e inmunidad, de cara a los avances de la revolución bolivariana;  el capital sobrevive y mediatiza el proceso de cambio; el capital, todavía  se reproduce a gran escala, se mimetiza  y establece el peligro real del auto aniquilamiento de la revolución bolivariana y de la idea política de Chávez;  y  desarrolla una política  de ahora o nunca, para derrotar la revolución bolivariana.  Los grupos oligárquicos, articulados al capital transnacional,  mediante una avanzada de procesos de corrupción de gran escala que involucra directamente espacios significativos del Estado y con un fuerte impacto negativo  el desempeño de   la Revolución Bolivariana,   controlan  una proporción fundamental de la renta petrolera, la riqueza social y las divisas.  Es perentorio desmantelar esa red  de poder político y económico,  sobre la base de procesos económicos (de diversas escalas y dimensiones) e  iniciativas socio-productivas para:

  • Configurar  una potencia económica sostenible y autosustentable; afianzada en el desarrollo endógeno y  las relaciones de integración regional.
  • Producir, desde el pueblo,   la “riqueza social” común, los bienes comunes, la igualdad, la democracia, la emancipación, como nuestra modalidad de vivir juntos: sólo el pueblo salva al pueblo.
  • Establecer una alianza de vida con la naturaleza, con la Madre Tierra
  • Desmontar y desplazar la lógica productiva y la ideología económica que producen hombres y mujeres “aptos para dejarse” gobernar y mandar, con base en la normativa y racionalidad de la lógica del capital y  la economía de mercado.
  • Producir experiencias de vida  que transformen las maneras y formas de estar juntos, pero separados por los muros de la miseria, la pobreza, el desempleo, la opresión y la explotación:
  • Cambiar radicalmente  la realidad, transformando  nuestros sueños, nuestras maneras de percibir y hacer nuestra propia vida, lo que implica una revolución en nuestra manera de vivir la vida. 

Está planteada  la posibilidad de que el imperio,  la oligarquía y la oposición, se descarrilen  y aceleren sus planes de violencia, desestabilización e ingobernabilidad: la derrota de esta política depende de la unidad del chavismo y de nuestra capacidad para  movilizar y organizar el potencial revolucionario y la unidad del pueblo venezolano, dotar de la máxima efectividad al “poder institucional” del gobierno revolucionario; y de la   política de unidad y alianzas, tanto continental como mundial. En esa perspectiva, efectivamente, podemos mover montañas y derrotar la apelación violenta y guerrerista del bloque opositor y la Casa Blanca.

La derecha está inscrita en las elecciones del 08 de diciembre en la perspectiva de la guerra sistemática y permanente: conciben las elecciones como la oportunidad o el escenario para concretar sus planes orientados a “tumbar el gobierno de Maduro”,  aniquilar la revolución, y “meter en cintura al pueblo venezolano”: nadie puede llamarse a engaños o tener dudas acerca de esta agenda política imperial y oligárquica  de ponerse totalmente al margen del potencial disuasivo de nuestra política democrática y de paz.

Para la derecha y los neofascistas no se trata de una “simple elecciones”, sino  de tomar la calle y otear el chance de  desencadenar una ola de violencia y establecer el escenario de  guerra civil: saben perfectamente que cada día se aleja más su posibilidad de derrotarnos, saben perfectamente que la subida les es, cada día más empinada y árida.  Entonces estamos obligados a derrotarlos: en el  terreno del orden democrático y constitucional hay que batirse sin timideces y sin dilación alguna. Es imprescindible, dadas las suficientes garantías constitucionales, rebajarle el copete al bloque opositor y reducir drásticamente el amplio margen de impunidad concedido. Por eso la victoria popular debe ser contundente, no sólo numéricamente, sino como un salto en la conciencia revolucionaria.

Y para las elecciones del 08 de diciembre: tensar nuestras fuerzas y movilizarlas, para asegurar el triunfo del chavismo, de la idea política de Chávez y del presidente Maduro, como una manera de garantizar la victoria de todo el pueblo venezolano. Ese es el compromiso de la Red Patria Urgente.

¡El Socialismo es Poder del Pueblo!

Julio Escalona, Juan Medina Figueredo, Ricaurte Leonett, Oswaldo Tineo,  Dafnis Domínguez, Hugo Moyer, Sabino Linares, Jenire Zerpa, Esther Macías, Enrique Barrera, Eleazar Carrión, José “Cheo” Parra, Castor Díaz, Antonio Guzmán, Morella Adamis, Máximo Lara, José Ángel Marcano, Rafael Millán y Francisco Cedeño Lugo. 



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