No saqueen al saqueador

El ambiente político social esta enrarecido. Los rumores y corridas están a la orden del día, los indicadores que podrían propiciar las condiciones para “bajar el suiche” de la tensa paz que se percibe en los últimos meses, están a la puerta de la esquina. Solo la sapiencia del pueblo, del gobierno y de los sectores políticos democráticos del país, puede evitar que tengamos unas Navidades conmocionadas e infelices.

En este momento se encuentran agolpados en las afueras de los locales comerciales de las calles del país: la ira del pueblo que observaba intranquilamente como algunos sectores inescrupulosos del “comercio” saqueaban impunemente sus ahorros familiares con los que pretendían aliviar un pelín las necesidades del hogar.

Los desestabilizadores de oficio y los pagados (mercenarios) buscan conjugar las necesidades sociales, el cansancio y desesperación en las colas, contra las conductas inmorales de pseudo comerciantes para intentar inocular actos vandálicos que desequilibren la acción cívica que caracteriza a los venezolanos cuando adquieren un bien.

El informado compulsivo (el mirón) que no tiene intención de compra, pero que hace presencia en los alrededores de los comercios. Los colaboradores voluntariosos que sin dirección asumen el rol protagónico del pueblo para tratar de ordenar las compras nerviosas.

Por último, la presión psicológica en la que se encuentran inmersos los órganos de seguridad del Estado, que altera indudablemente el sistema neurológico del funcionario que está prestando servicio de resguardo comercial y de armonía societal.

La suma de todos estos elementos: Ira del pueblo; desestabilizadores, informados compulsivos, colaboradores y organismos de seguridad, son una bomba de tiempo, que de no atenderse a la brevedad, pudiesen propiciar una conmoción social de magnitudes impredecibles. Las mismas brindarían las condiciones para que sectores políticos no democráticos intenten conducir el Estado por una vía no democrática, lo que traería como consecuencia la suspensión de las elecciones del 8D, y de las garantías constitucionales. La coordinación de las fuerzas políticas democráticas mencionadas, permitirán gerenciar eficientemente el clima de conmoción que se percibe en la actualidad.

Abortar cualquier intento de romper con el hilo constitucional es una tarea de todos lo que creemos en la democracia. No saquear al saqueador, contribuirá enormemente a garantizar la paz social y además, a adquirir bienes a precios no especulativos.


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Jiuvant Huérfano


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