Carta (ahora abierta) al Ministro Pimentel

El fin de semana las redes estaban frenéticas con algunos asuntos, especialmente yo me he ocupado del asunto de Walter, sobre el que espero que se resuelva y no tengamos que escribir mas porque lo que necesitamos es una respuesta.

En este sentido, escribí a nuestro Ministro Pimentel una solicitud de rectificación frente a este asunto, incluyéndole mi opinión que apareció en Aporrea (ese magnífico foro del que me siento culpable de contribuir sólo con mi opinión) bajo el título de Waltergate. El domingo, recibí repuesta del Ministro en la que se quejaba de que lo llamaba "patán, inútil y grosero", no necesariamente en ese orden. Para aclararle algunos puntos, le respondí lo que creí conveniente, y que, viendo los comentarios y opiniones que aún circulan por ahí despotricando y calificándonos a los que hemos protestado frente a la actitud del Ministerio de Información y del canal 8 como descreídos contras, por decirlo bien, me parece que es pertinente dar la oportunidad para que quien desee pueda tener estas precisiones. Así que, como dicen por ahí, "a quien pueda interesar", la respuesta que le envié al Ministro, con todo y las fallas de estilo igual que fue enviado, pero digo, estoy como Walter, fastidiado de que encima se nos califique de contras o de lo que les dé la gana. La carreta detrás de los caballos.

Estimado Señor Pimentel:

En primer lugar, en verdad no he querido ofenderlo, realmente, como persona, disculpe si mis palabras lo han hecho, pero precisamente fue su comunicado el que ofendió a una figura pública admirada por muchos venezolanos y eso me incluye a mí, una figura con la que me solidarizo desde hace años. Lamento que usted como figura publica se haya empantanado en este asunto tan feo, pero si de algo sirve, créame que esas duras palabras se refieren a su actuación en tanto ministro de información, que publicó un comunicado conminatorio en una forma que lo menos que puedo calificar es deplorable y muy mal manejada. Seguramente es usted una muy buena persona digna de todo respeto, pero como Ministro actuó mal, parece al menos que la situación se salió de control, actuó irrespetuosamente y manejó mal la crisis, al menos desde mi óptica, y si es usted algo curioso o autocrítico se preguntará por qué tanto revuelo en torno a este caso, y puede ver en todas las listas de noticias bolivarianas. Me disculpo con Yuri Pimentel persona a quien en efecto no tengo el gusto de conocer, no así con el Ministro, cuyo comunicado fue espantoso, a quien me atrevo a pedirle nuevamente que reflexione sobre no sólo el asunto del señor Martínez, sino más grave aún, en qué se están convirtiendo los medios de comunicación del Estado y si en realidad están en armonía con su audiencia, es decir, nosotros. Y en el caso de Walter, parece que Ud. y en general todo el ejecutivo han asumido una conducta que para muchos de nosotros es inexplicable. Le ruego que intente ponerse de este lado de la pantalla, créame que estoy tratando de saber qué es lo que su Ministerio y el canal de todos los venezolanos están tratando de hacer. Usted es la figura pública, usted está en deuda con nosotros, usted nos debe dar una explicación. En cambio, yo a usted no le debo ninguna más, que el derecho que me asiste como venezolano a cuestionar lo que se hace con lo que se supone es un bien común, cual es la televisora estatal. Por ello, considero muy poco sabio tratar de echar tierra al asunto, y ni siquiera acercarse a la gente que fuera del canal pedía una explicación de lo ocurrido. ¿Es que ahora son ustedes los que los van a llamar "el mismo lumpen de siempre"?.

Recuerde que yo, al igual que innumerables venezolanos, me considero tan bolivariano como el que más, y apoyaba la gestión del canal 8 en tanto veía respeto a través de todos sus conductores, valor y convicción. Yo asumo mi responsabilidad en decirle que lo que está pasando me parece insólito, y sí, patanesco, llevarlo a esos niveles no pareció de mucha eficiencia, por tanto inútil, también, señor Ministro. Yo cumplo con mi parte, ahora le toca a usted enderezar este entuerto, volvernos a convencer de que son capaces de llevar la gestión que les fue asignada (el plural, se entiende, es particularmente a las comunicaciones del estado). O, hacerse el loco y decirme que soy un contrarrevolucionario, y que este gobierno seguirá independientemente de lo que digamos los demás. Es opción suya, yo no pertenezco a partido alguno ni mi adhesión está sujeta a nada que no sea mi convencimiento. Le pido que recuerde a Acción Democrática, y no permita que se convierta el Gobierno en el cual trabaja en una instancia similar, que se parece cada vez mas víctima de una especie de "neo macarthismo" inverso.

Si usted no puede cargar con las consecuencias de ser una figura pública y con sus actos, es mejor que piense en dejar de serlo. No siempre todos vamos a estar de acuerdo con usted. Me imagino que acaba de llegar de un agotador "Aló, Presidente" y que encima de cansado, se encuentra no con una felicitación sino con esta desagradable carta de un completo desconocido que lo increpa desde la pantalla de su computador. Pero así es el trabajo, señor Ministro, el Gobierno se debe al Pueblo, y no al revés. No dudo que trabaje duro como el que más en favor de este proceso, pero creo, como muchos, que en este caso todo lo que se pudo hacer mal, se hizo mal, y por eso creo que los feos calificativos que escribí para el Ministro Pimentel en esta acción, estuvieron justificados. Si recuerda El Principito, libro que todos han leído, en su dedicatoria se lo dedica a un hombre adulto, pero como era un libro para niños, corrige y se lo dedica a esta persona, cuando era niño. Si le place, señor Ministro, corrijo y le digo que mi molestia y calificativos son para el señor Ministro, no para Yuri Pimentel. Recuerde que por ahí dicen que el trabajo duro es un pobre sustituto del talento, y eso es lo que se requiere para resolver la crisis como la que le ha explotado enfrente, aunque se empeñen en negarla.

Le agradezco sin embargo su gallardía de haber contestado mi correspondencia, sé que tiene asuntos mucho más urgentes qué resolver, entre ellos, el que nos ocupa y causa esta correspondencia, que le reitero nuevamente mis deseos de que así sea de la manera más rápida y, por favor, menos dañina posible. En sus manos está devolverme la fe en su trabajo, y, ojala, la próxima carta entonces sea bastante diferente a ésta.

Pienso que, como ministro de información, debe aclarar a los venezolanos qué está pasando, intentar resolverlo, si yo me comunico con usted, ¿cómo usted siendo Ministro precisamente de Información no se comunica con nosotros y nos dice qué sucede, qué van a hacer, a dónde se dirigen los canales del Estado? Hay innumerables foros a los que puede, como yo, escribir con total libertad, lo que, desafortunadamente, parece que no tiene cabida en los medios que usted dirige.

Espero de verdad que encuentre usted el camino para resolver este tan lamentable enredo, y no sintamos que estamos en una caza de brujas, en una purga en que cualquiera con una "mancha" o conducta impropia es tratado de manera tan innecesariamente ofensiva, por decir lo menos, como Walter Martínez.

Señor Ministro, cuando comencé a escribir esta carta, pensé que la tranquilidad que tengo ahora y no la pasión con la que le escribí mis líneas de la carta anterior iba a hacer de ésta algo mucho menos duro para mí de escribir y, seguramente, para usted de leer. Pero ya ve, yo también me equivoco.
Le insisto, por si acaso, creo en el Gobierno Bolivariano, creo en lo que hacen, sé que es duro y es difícil, en verdad ni siquiera me imagino, por favor, no nos perdamos el respeto, ustedes son los que tienen que poner la pauta, el ejemplo, ustedes representan todo por lo que muchos darían la vida, representan un ideal. Es una responsabilidad enorme y en verdad no hay nada que desee más que lo hagan bien, y si me molesto, es por eso, y si le escribo, es por eso. Porque creo en Walter también, por supuesto, pero necesitamos creer en ustedes, y esa es la principalísima responsabilidad de su Despacho. No hagan cosas que nos socaven la fe, la creencia en que ustedes son los indicados para hacer lo que están haciendo. Y se lo digo con todo el corazón.

Por ello, si algo ha hecho Walter Martínez para merecer ese trato, mejor que nos lo expliquen muy bien, porque necesitamos una muy buena razón para que entendamos por qué, a una persona que, como TODOS, sea de gobierno o de oposición, como usted mismo, puede cometer un error o tener defectos y no gustarle a todos, se la trate de ese modo. Se debe sentir mucho peor que usted al recibir mi carta. Pero al menos yo le explico por qué. Y si no tienen razón, por favor, rectifiquen, y devuélvannos no sólo a Walter, sino a la fe y la confianza que, con alguna frecuencia, demostramos hacia ustedes.

Acabo de abrazar a mi hijo de 19 meses, y siento la responsabilidad de intentar hacer que viva en un mundo mejor, en el mejor país del mundo. Cuando era yo un niño de doce años, hace mucho más que eso, escribía a la Gobernación de Caracas cuando talaban un árbol, al Ministerio del Ambiente, etc., pidiendo explicaciones. Pensé que ellos en verdad les interesaba lo que yo decía. Y a veces también me contestaban, señor Ministro. Ya perdí esas cartas, igual que la fe en ellos. Después, dejé de creer. Ahora creo, señor Pimentel, con fe, y por eso le escribo esta carta. Creo que es también mi parte de responsabilidad, y está también la suya entonces. Vea esta carta desde ese punto de vista, señor Ministro, y muy seguramente se molestará menos conmigo y me entenderá mas. O al menos eso espero.

Atenta y muy sinceramente, y agradecido de nuevo por su cortesía infinita,

Christian van der Dys

chrisvanderdys@yahoo.com.mx
chrisvanderdys@hotmail.com
ICQ 40904159
http://es.groups.yahoo.com/group/otromedio/


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