Expediente secreto

Lo de Walter: divismo mediático o censura revolucionaria

Cuando vi a Walter Martínez como una fiera dando latigazos a los que maltrataron a un conjunto de compatriotas que fueron a Caracas en busca de sosiego a sus penurias históricas me sentí sorprendido y al mismo tiempo reconfortado. Pero al mismo tiempo pensé que se estaba extralimitando un poco en sus apreciaciones, toda vez que acusando anónimamente de corrupción nos salpica a todos, culpables o no, y al hacer comparaciones con el caso de Lula en Brasil, estaría corriendo el peligro de poner en riesgo el proceso revolucionario que no dudo, él también defiende con vehemencia. Pero pensé que de todas formas había sido bueno el sacudón, ya saben, de vez en cuando no está demás un latigazo.

La tribuna de Dossier es una de las más poderosas en el espectro mediático nacional. La trayectoria de su conductor le permite contar con un prestigio bien ganado incluso a nivel internacional. Walter, viene de ser galardonado con el Premio Nacional de Periodismo, mención opinión; con lo cual se hace honor a sus apreciaciones en torno a los “acontecimientos en pleno desarrollo”. Este excelente periodista, ejemplo para todos los que amamos tan noble y comprometida profesión, en reiteradas ocasiones ha sido alabado por el Presidente Chávez, quien públicamente resalta su objetividad, seriedad, apego a la ética y profesionalismo.

Por su parte, VTV ha estado en el ojo del huracán en los últimos meses. Muchos de los que habitualmente la vemos, constatamos como viene sufriendo una progresiva metamorfosis que la hace parecerse a VIVE, lo cual en si no es malo, pero sin dudas nada conveniente. VTV, en mi humilde opinión, debe ser un bastión para la batalla informativa y mediática, más allá de los neo clichés revolucionarios. Estimo que no está para plagar su programación de “Uh Ah Chávez no se va”, eso no le hace falta a nuestro líder. VTV no debe sacrificar sintonía por militancia, porque así no contribuirá con la meta de los 10 millones de votos que nos hemos impuesto para la reelección de Chávez.

La polémica generada en torno a Walter toca incluso los afectos que tenemos los vtvidentes. No reconocer la valentía y mística revolucionaria de Blanca Eckout sería una injusticia fastuosa. Dudar de su honestidad, poco menos que una temeridad. Igualmente del Ministro de Comunicación Yuri Pimentel, al que poco conozco, pero cuenta al menos con el beneficio de la duda, al ser nuevo en una cartera tan candente y contar con la confianza de Chávez. Por eso es que el contrapunteo entre los jefes y el periodista desanima a los que día a día buscamos un oasis en la programación de VTV, desconcierta las almas de millones de venezolanos que aún recordamos la resistencia heroica del canal de todos los venezolanos en los días del sabotaje petrolero. Esta pelea no le hace bien a nadie, bueno si, a la oposición mediática que goza una y parte de la otra con estos episodios.

Creo que Walter Martínez, con el respeto que me merece, no tiene derecho a usufructuar su capacidad periodística, su profesionalismo, su trayectoria, su verticalidad, su honestidad, su credibilidad y la estima militante que le tienen la gran mayoría de los venezolanos; haciendo una denuncia sin rostro, justificada o no. Eso no le hace ningún favor a él y mucho menos al proceso revolucionario. Dejar en el aire, a la libre imaginación, quien fue ese “ministro” que se puso una boina roja para robar, fue poco menos que irresponsable. Y es precisamente de eso que debemos cuidarnos los comunicadores. No dudo de la legítima arrechera de Walter, pero él, más que nadie, tenía los canales regulares para drenarla y de forma más efectiva que a través de las cámaras y las luces.

Sobre el comunicado oficial del MCI y VTV que intenta dar una respuesta al desaguisado mediático estimo que fue peor. Poner como condición a Walter Martínez que se disculpe no sé de quien para salir al aire y de paso invitarlo a que haga un “periodismo objetivo”, no tiene calificativo posible que no termine por ofender a los jóvenes jerarcas de la política comunicacional oficial, por eso lo omito. Sin embargo me pregunto:

¿Quiere decir entonces que el análisis magistral de Walter sobre la intervención de Chávez en la ONU no fue objetivo?

¿Puedo pensar entonces que todas las fundamentaciones contra Mr. Danger y su política genocida, es producto de la apreciación subjetiva e interesada del conductor de Dossier?

¿No me queda más opción que considerar que la entrevista que le hizo a Fidel no fue más que una pieza de farándula al más puro estilo del Gordo y la Flaca?

Por eso digo que no hay derecho. Una de las grandes victorias del chavismo ha sido romper con las barreras mediáticas de la oposición imperialista. Ya recibimos hace un tiempo un gancho al hígado con la torta que pusieron los conductores de “La Hojilla”. Muchos nos sentimos frustrados cuando se pasaron por las armas al pelón Diógenes y ahora, tanto Walter como Yuri y Blanca, nos privan de Dossier. Es decir, que dos de las tres anclas de la programación de VTV se perdieron en el fondo de la malcriadez revolucionaria. No quiero pensar que igual destino pueda sufrir en algún momento Ernesto Villegas, eso si sería el acabose.

No espero que el Presidente tenga que intervenir para poner orden en la política comunicacional de la Revolución. Creo en la inteligencia de los actores de este lamentable problema. Sería el colmo, me frustraría demasiado que aún hoy, luego de tanto esfuerzo, sea Chávez y solo Chávez, el que tenga que estar pendiente de todo, hasta de las peleas domésticas en el seno de VTV.

expediente_secreto04@hotmail.com


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