Los revolucionarios deberíamos “confesar”, como lo hizo motu proprio el “farsante y redomado ladrón” J. Sant Roz

Los revolucionarios y revolucionarias que aspiramos realmente que el legado de Chávez se mantenga y que la Revolución Bolivariana trascienda a su líder, debemos comenzar por sincerarnos. Sincerarnos pasa por asumir que vivimos en un país donde los valores típicos del capitalismo han echado raíces profundas, país donde hasta el más pobre sueña hoy tanto como antes con ganarse el Quino para convertirse en rico mañana.

País en el que después de lograr una titulación universitaria lo primero que pienso es que como yo “me quemé las pestañas”, ahora me toca una tajada más grande de la renta petrolera.

Pero igual, si recibí mi apartamento de MGVV, éste debe estar amoblado y completamente equipado, pero además debo tener un empleo preferiblemente en un Ministerio que quede próximo a mi edificio, total para eso Chávez ordenó brindar atención especial a nosotros, rebautizados por él como “dignificados”.

Si ya tengo desde antes título, vivienda y empleo en el Estado, ahora exijo un incremento salarial no inferior al 180%, ¿quién puede vivir con los niveles de inflación del gobierno?. Además, que me incorporen bonos y que mi cesta ticket sea como lo plantearon hace un tiempo los magistrados del TSJ, de 10.000 Bs., mensuales.

Bueno, pero no podemos dejar por fuera el hecho de que “todos y todas” queremos nuestro carro. Quien puede entender que ésta revolución sea incapaz de que cada uno pueda tener su carrito, si aquí desde que tenemos petróleo debería haberse establecido el derecho automotriz congénito, que otorgue el derecho de cada nacional a tener un medio de transporte propio.

Si soy funcionario público, tengo derecho a redondearme el sueldo miserable que la revolución me ha asignado, total si eso proviene de la extorsión y/o soborno a los privados mejor, total ellos viven de extorsionar al pueblo a través de la especulación.

Si tengo mi pequeño negocio, la Revolución me da derecho a especular a mis clientes y explotar a mis trabajadores, total para eso el actual Presidente de la República, Nicolás Maduro se reunió que ese señor “admirable” como lo es Lorenzo Mendoza para que se garantice que el sector privado cumpla su papel.

Confesemos, no somos Chávez. Admitirlo ayudará a pensar qué debemos hacer si queremos realmente encaminarnos al Socialismo Bolivariano que tanto pregonamos.


Artículo Sant Roz http://aporrea.org/educacion/a168067.html



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Carlos Luna Arvelo


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