Nicolas, Diosdado y Villegas, por Dios cada quien a lo suyo

En momentos tan difíciles como los que atraviesa la República por el delicado trance de nuestro Comandante Presidente lo mejor que pueden hacer Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Ernesto Villegas es ocupar cada uno sus puestos de combate sin estarse pisando la manguera, unos con los otros, en el cumplimiento de sus funciones, ante la mirada atónita del pueblo que los quiere y los sigue. Ya es hora de tomar el toro por los cuernos para que las riendas del país estén sujetadas por buenas manos con claridad y firmeza revolucionaria sin la presencia, por ahora, del máximo líder. Es comprensible el desconcierto y la improvisación en medio de tanto dolor y tristeza, por la enfermedad del jefe supremo acontecida en plena batalla decisiva, pero ya es hora de retomar la calma y la serenidad, rodilla en tierra, que la patria nos reclama.

Nicolás Maduro tiene que dedicarse a Gobernar con todos los hierros y asumir, sin vacilaciones, los riesgos que sean necesarios en la toma de decisiones imprescindibles de una gestión de gobierno eficiente como ha sido ésta. El país no puede seguir marchando indefinidamente sólo con la inercia de movimiento dejada por la fuerza que le imprimía el Comandante a su administración porque este esfuerzo físico dejado por Chávez llega un momento que se agota si no se le inyectan nuevos bríos y renovadas iniciativas.

Para muestra basta un botón y creo que todos nos podemos dar cuenta porque son carencias presentes que han afectado recientemente las mesas de comer en los hogares de todo el país. Me refiero a la ausencia de rublos tan elementales como la azúcar y la harina de trigo. Esto es sólo por decir algo porque hay otras molestias como los apagones que continúan en el interior del país. Son éstas si se quiere insignificancias al lado de la gigantesca obra de gobierno cumplida por Chávez la cual mereció el 7-O y el 16-D la aprobación mayoritaria, pero las pequeñeces deben ser atendidas y reparadas a tiempo tal cual lo hacía Chávez con ahínco y dedicación. La tarea de Nicolás Maduro es inmensa y debe dedicarse a cumplirla a tiempo completo para demostrarle al país que sí puede pues se le avecina, de inmediato, el reto más grande de su vida encomendado por Chávez.

Diosdado Cabello, por su parte, tiene la misión más importante que cumplir y es el hombre indicado para ello. Le toca conducir al PSUV y a las masas a la conquista del poder comunal, al cambio histórico y a la profundización de la revolución en un proceso de unión cívico militar. Es el sucesor natural de Nicolás Maduro, cuando llegue el momento, para darle continuidad a la revolución bolivariana como lo quería Chávez. Desde la Asamblea Nacional Diosdado liderará el proceso legal para avanzar hacia el socialismo. Tres hombres y un destino, Chávez, Nicolás y Diosdado. La dirección político-militar de la revolución bolivariana está en sus manos y ese compromiso no es poca cosa.

Chávez en uno de sus tantos aciertos brillantes seleccionó a Ernesto Villegas para emprender la transformación comunicadora de la revolución bolivariana y encender con la verdad la conciencia del pueblo cuya formación política se disparó desde el histórico 4 de febrero. Ernesto goza de la credibilidad profesional y de la simpatía de las masas chavistas por múltiples circunstancias meritorias. Chávez cree en él y las masas también porque reconocen en el Ministro para el Poder Popular de la Comunicación las virtudes de humildad, honestidad, eficiencia y compromiso revolucionario. Ernesto Villegas debe dar el salto como ministro novato de año y ocupar el puesto que le corresponde de figura estelar del gobierno bolivariano en los momentos en que Venezuela y el mundo están pendientes de la salud de Chávez. Haga sus maletas ministro y váyase ya para la Habana que allá Chávez y el pueblo lo necesitamos más. Comunique a los pueblos del mundo minuto a minuto y segundo a segundo sobre la delicada salud de nuestro Comandante Presidente pues en la ciencia Médica, con tantos adelantos, cualquier esperanza es posible y para los creyentes en Dios la Fe es infinita.

A Nicolás, Diosdado, Villegas, el pueblo y la FANB : “Es la hora del recuento y de la marcha unida, hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.” José Martí.

CHÁVEZ VIVE Y VENCERÁ!!!

*El autor es profesor de Filosofía jubilado de la “Universidad Pedagógica Experimental Libertador” (UPEL). Fue Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

sergiobricenog@yahoo.com



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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