Día Ciento Sesenta y Cinco Esperando por el filo de la navaja del 2018

La larga espera podría ser el título de esta película que estamos viendo los venezolanos más larga que "Lo que el Viento se Llevó" o el "Derecho de Nacer" de ‎Félix B. Caignet. Según Alí Primera "el pueblo es sabio y paciente…/ sabe calcular el tiempo…/ Dicen que viene la hora…/ para ponernos contento/. ¿Quién trae furia y coraje por dentro? ¿Quién viene caliente por nuestro comportamiento? ¿Quién dejó caer su espada y también su pensamiento? ¿Vámonos pa´dónde? ¿Al encuentro de quién? ¿Quién va a liberar a nuestro pueblo? Alí Primera le puso música a todas sus angustias que siguen siendo las mismas de un pueblo que espera mientras sus enemigos, lejos de quedarse quietos, se mueven al ritmo de los precios que suben de una hora para la otra. Mientras el pueblo espera, espera y espera los capitalistas ganan, ganan y ganan, a la velocidad del rayo, a costa del padecimiento de las mayorías populares.

¿Qué es lo que espera el pueblo? Lo que es obvio no se pregunta. La espera sigue y sigue hasta que la soga se reviente. ¿Quiénes dicen? ¡Calma y Cordura! Muy sencillo, lo dicen quienes tienen a un López Contreras en la cabeza. ¿Quiénes exclaman? ¡Basta ya! los que siguen a un joven radical y desesperado quien dio el mal ejemplo cuando se metió en la historia preguntando ¿Trescientos años de calma no bastan? Pero nuestro pueblo tiene muchos calmantes para tranquilizarse y se toma su taza de tilo con las ayudas sociales del gobierno para no exacerbarse cuando el aumento del salario se lo roban, los especuladores, antes de recibirlo y la larga espera pica y se extiende.

Esta es la única revolución en el mundo cuyo mérito principal es esperar y esperar sin mover un dedo mientras se pasa el trabajo hereje. Nada que ver con las casi tres décadas de perseverancia en un activismo pacífico fundado en la no violencia de Gandhi quien varias veces en su vida, puso a temblar al imperio británico, cuando recurrió a los ayunos como medio de presión contra el poder, como forma de lucha espectacular y dramática para detener la violencia o llamar la atención de las masas. Aquí también tenemos ayunos pero no son voluntarios ni ponen a temblar a nadie al menos que sea a algún anémico muerto de hambre.

Seguimos esperando que el gobierno termine de poner los precios justos y aplicar, sin contemplación con el apoyo de la base social organizada, los controles anti neoliberales, que el pueblo reclama, para derrotar a las mafias del capitalismo salvaje. Éstas sabemos que tratarán de esconder los productos, y no se lo podemos permitir, para obligar al gobierno a mantener la liberalización de precios existente lo cual no se puede seguir tolerando. Nos preguntamos ¿Cuándo terminará la larga espera?



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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