Anoche el CNE declaró que las elecciones para los municipios serán el 26 de Mayo próximo. Definida esta fecha electoral, 335 municipios de la nación pondrán a prueba su lealtad al proceso revolucionario, al plan trazado por nuestro comandante, y a la decisión de la mayoría venezolana de apoyar el socialismo bolivariano. El pasado 16 de este último mes del año, el PSUV volvió a derrotar a la derecha dejando solo tres estados en sus manos. A pesar de la abstención, el pueblo volvió a manifestar su lealtad al presidente revolucionario que se encuentra en Cuba recuperándose de su enfermedad. Y por su puesto el 7 de Diciembre ocho millones de venezolanos demostraron su amor por un proyecto socialista encarnado en el máximo líder continental reeligiéndolo para el próximo período de gobierno. Son dos fechas pasadas y una por venir que revelan al futuro político de nuestro país frente a la embestida del capitalismo salvaje.
La reciente nueva intervención quirúrgica para salvar la vida de nuestro presidente electo en Cuba han trastornado la emocionalidad colectiva. El grueso del país reza y acciona políticamente para que se líder se recupere y ocupe glorioso su lugar histórico en la conducción de la revolución pacífica. La minoría fascista ora por su muerte. Desde la presidencia gringa hasta los medios privados de desinformación social tejen la red necrofílica generando el miedo, la indignación y manifestando la esencia del sentir y el pensar neoliberal, fascista y perverso de la derecha mundial herida por los avances revolucionarios en Venezuela y Nuestra América. Todos tenemos la esperanza de que sane y retorne a la Patria a seguir comandando la guerra contra la opresión y la explotación burguesa. Mientras tanto obedecemos la petición de mantenernos unidos bajo la consigna revolucionaria y bolivariana, unidos y fortalecidos por la conciencia revolucionaria.
¿Qué nos espera? Mas allá de los augurios satánicos de la oposición, colectivamente se ha demostrado que existe un sueño, un plan de gobierno socialista, una maquinaria política y un despertar social que encarna los paradigmas de renovación y de consolidación de los principios éticos y políticos sostenidos por el ideal revolucionario. Nuestro máximo líder durante 14 años nos demostró cómo gobernar un pueblo nacido para vencer batallas contra la injusticia y la inmoralidad. Nuestra deuda es grande, tenemos la misión de robustecernos ante la adversidad, y sólo haremos esto transfiriendo mas poder al pueblo organizado, debilitando al burocratismo hasta hacerlo desaparecer, disolviendo los enclaves de corrupción y arribismo que los mercenarios sin conciencia revolucionaria tejen desde sus gestiones traidoras, defendiendo a capa y espada el protagonismo y la participación como pilares ineludibles de nuestro sueño socialista.
¿Cómo detectar los síntomas de la contrarrevolución enquistada en el proceso? Fácilmente, basta descubrir los canales de la ineficiencia y de la ineficacia en la gestión política y administrativas de los gobiernos, sólo esto basta para saber que no se está recuperando los espacios y que se está trabajando para el capitalismo. Otro elemento crucial que determina la desorientación y el desviamiento revolucionario es la negligencia y la incapacidad para constituir y crear los centros de formación de la conciencia revolucionaria. No basta tener el gobierno socialista, hace falta crear conciencia socialista y bolivariana. No basta ejercer funciones gubernamentales, es imprescindible sostener las bases de la revolución chavista fortaleciendo al poder popular y disolviendo los engranajes apátridas de los gestores oportunistas. Sólo el pueblo salva pueblo dice la jerga socialista, la lealtad al comandante se demuestra en la práctica de los principios por los cuales él mismo viene propagando, en la acción política que siembra justicia social y conciencia revolucionaria. Sólo así romperemos, donde se encuentre, la desconexión con las bases, y le daremos musculatura a los consejos comunales, comunas y consejos de trabajadores, eligiendo a nuestros líderes verdaderos, fieles y leales a los intereses del colectivo y no a sus propios bolsillos.
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