Regalo a nuestros hermanos indígenas

La semana pasada se reunieron representantes de pueblos indígenas de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela con altos funcionarios del Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas con el fin de intercambiar visiones y experiencias relativas a Políticas Públicas.

Respetando la seriedad y sabiduría con que fueron tratados los temas propios del encuentro, me he permitido entresacar algunas reflexiones que a mí entender ameritan ser conocidas, meditadas y ojalá comprendidas por parte de quienes somos identificados por ellos como arijunas:

Tenemos que promover cambios radicales en esta revolución pacífica con muchas corrientes y pensamientos. Donde hay fuerza, hay candela y la candela purifica. La crítica es candela.

Los estados nacionales nos encasillaron, nos dieron cédulas y pasaportes. Hablamos de pueblos originarios cuando en realidad somos un solo, somos indígenas de todos nuestros países y compartimos una historia producto del movernos a través de las fronteras.

Los indígenas somos nómadas y por eso tenemos una relación perfecta con la naturaleza. Nunca la agotamos, cuando la hemos cansado, la dejamos libre para que se renueve.

Algunos nos hemos dedicado a desandar la dominación cultural. Las bibliotecas nuestras están en las montañas, en las sabanas, en los ríos, lo que hace falta es aprender a leerlas. De nuestros conocimientos ancestrales deben salir los textos, los documentales, y los programas de computación a ser utilizados por el sistema educativo. La educación es un hecho político, no debe partir de la teoría sino de la propia realidad.

¿Por qué llaman artesanías a nuestras producciones culturales? Nuestras figuras no son decorados artesanales, son producto de la contemplación del universo. La selva es un conjunto de memorias, de cuentos y de leyendas. Es el espacio donde hacemos rituales y encontramos las plantas medicinales, donde aprendemos a sanarnos física y espiritualmente.

El Estado es una forma de pensamiento, de sentir y de vivir la vida. El Estado republicano divide, se adueña de la vida de hombres y mujeres para beneficio de unos pocos. El estado republicano se basa en la enajenación y segregación de indios, afros y criollos para separarnos en y del territorio. Hay que implantar el mandar obedeciendo. Hay que pasar del Estado Republicano colonial al Estado Plurinacional.

El poder es una relación social, pero también es la potencialidad de las cosas con las que nos relacionamos. El poder del tigre, del ratón, de la montaña… El pensamiento de la selva y la montaña no puede ser alejado de nosotros porque de hacerlo volvemos a caer en la modernidad, en la separación entre cultura y naturaleza.


mariadelav@gmail.com

@mariadvillanuev


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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

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