Eso que hoy llamamos guerra cognitiva, complemento difuso de las inequidades y desigualdades concretas propias de las sociedades basadas en el dominio de unos sobre otros, ha sido el comodín de los grupos provocadores y beneficiarios de esas desigualdades para ejercer y justificar -ante sí mismos, ante sus pares y ante los "otros"- su permanencia en la cúspide de la pirámide social.
Comodín manifiesto a través de fábulas, mitos, relatos y "verdades" religiosas, filosóficas, científicas, generadoras de creencias, principios, valores y sueños semilleros de un "sentido común" urdido por las clases dominantes.
Contenidos distorsionados, edulcorados, o completamente falsos de la historia y el acontecer político, económico, social, cultural y ambiental que terminan siendo retransmitidos por la familia, las religiones y cultos, los sistemas de información de toda índole, el sistema educativo en todos sus niveles, la publicidad, la industria "cultural", de la moda, del espectáculo y de la recreación…
Contenidos -difundidos hoy con bastante éxito en el caso de Nuestra América a través de diversas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), particularmente del misil comunicacional más peligroso: la Inteligencia Artificial (IA), tecno-comandante de los soldados rasos de la guerra: los medios convencionales- con el fin de normalizar nuestra posición subordinada de custodios circunstanciales de SU territorio y SUS recursos y de convencernos de la idoneidad de SU democracia y SU estilo de vida.
IA tan engañosa como toda herramienta proveniente del imperio pues, tal como lo explica magistralmente Ramón López Mantaras, investigador experto en la materia, no es inteligente ni artificial. quien destaca que:la única inteligencia detrás de la IA es la humana, de quienes la concibieron y de quienes crean los algoritmos y demás fórmulas que le permiten recolectar y procesar en tiempo récord el material que circula por las redes. Y que la supuesta artificialidad esconde a miles de jóvenes ciber-esclavizados encargados de intervenir los mensajes del status, con base en indicadores como la frecuencia de las visitas, los comentarios, los me gusta o no me gusta…, para mejorar su efectividad.
Ahora bien, inevitablemente la IA ha servido también de tribuna para quienes enfrentan el estatus, develan sus intenciones y contradicciones y exponen abiertamente la realidad y las debilidades del imperio así como la codicia, la falsedad, inhumanidad y perversiones de sus dirigentes y asociados. Pero, tal como lo demuestran nuestras idas y venidas políticas, el contraataque cognitivos por las redes y otros medios no ha logrado borrar la enajenación estampada en nuestro ser latino caribeño desde hace más de 500 años.
Pese a ser cada vez más evidente la naturaleza excluyente, expoliadora, explotadora, destructiva y auto destructiva del capitalismo (inimaginable nivel de acumulación y concentración de capital, lucha de clases vertical, horizontal, nacional, e internacional) el poder económico y las las armas de los amos del poder siguen vendiendo con éxito a una proporción significativa de la población continental las bondades del capitalismo y el fracaso del socialismo y el pensamiento de Marx.
Indicador de la complejidad de la tarea a emprender y la necesidad de entre apoyarnos para despertar desde la infancia, el entendimiento de la realidad caribeña y nuestro americana y su inserción en la geopolítica mundial. Única manera de potenciar la comunalización consciente, creativa y constructiva de nuestro poder , indispensable para erradicar de una vez por todas al neo-fascismo de nuestro continente y avanzar en nuestros proyectos revolucionarios.
Caribeños y Nuestro-americanos unidos, VENCEREMOS