“Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana”

Albert Einstein…

En política se paga caro no admitir los errores  a tiempo, y más ahora con la masificación tecnológica de las comunicaciones en este mundo globalizado.                                                                        

Cuando observo por la TV a entrevistados de los dos polos (gobierno y oposición) en pugna electoral, lo primero que hago es mirarle el rostro. Si aparentan mucho nerviosismo en lo que exponen, y creyéndose que los contrincantes temblaran de pánico, cuando exponen sus sandeces que ni ellos mismos se lo creen.                                                                                                                

La incertidumbre que expresan cada uno de los miembros de los comando de campaña lleva el sello de la mentira en la frente, cuando su mensaje es calichoso y subjetivo, hoy en este mundo moderno con tecnología comunicacional de cuarta generación, el utilizar falsamente elementos demoscópicos  para manifestar quién ganará la justa electoral del 7-O, les puede resultar un boomerang que los arrastrará por el albañal de la mentira.

Este tipo ‘extraño de guerra psicológica’ es considerada al menos por los expertos en la materia, y los estudiosos de la  política de verdad, como una operación de guerra psicológica de baja estofa.                                                                                                                                                            

He acompañado aproximadamente al proyecto bolivariano  desde hace  unos 17 años. Pero en esta campaña el verse ya ganador, muy tranquilo, el sostener que ya los votos están decididos, y que su candidato va adelante, es un craso error que puede reparar en el corto plazo muy malas sorpresas. El colocar funcionarios de elección popular (de ambos bandos) cuyos ejercicios estén muy cuestionados es un gravísimo error de táctica electoral con la tecnología de la comunicación social hoy en día, y menos para descalificar los discursos de los aspirantes en disputa.                                                                                      

Siendo esta estrategia muy peligrosa hoy en día, ya que sembraría un revés electoral en una corta cosecha, porque el pasarse de maracas en una mala estrategia electoral, con la tecnología mediática hoy en día puede ser fatal, ya quien se pase de maraca se le vendrá todo en contra, porque están siendo monitoreados por el pueblo elector a través de la moderna tecnología de las comunicaciones.

El tratar de influir en la opinión publica electoral a través de los medios, en las conciencias de los llamados NINI’S; atreviéndose a través de cifras trucadas apoderarse de los porcentajes de los indecisos, con la velocidad de la información hoy de cuarta generación es un craso error.

Esta táctica, de sumar para arriba, sumará para abajo, es como una afrenta hoy en día para este tipo de elector.                                                                                                                                                

Intentar pescar en los ‘tres millones’ de participantes en las primarias de la MUD, cuando se anuncia uno 30% de ventaja a favor del comandante, tratando de arrancar los aferrados en torno a Capriles Radonsky,  y creyéndose que se está fracturando con esta táctica,  ya que esta operación electoral beneficiaría a Chávez, es contraproducente ya que puede producir abstención, y flojera proselitista debido al perverso triunfalismo en las filas de la revolución bolivariana.                                                               

Mientras los del comando Tricolor opositor mantienen que el presidente Chávez ya está derrotado, por las encuestas que ellos manejan,  y que les llevan una ventaja superior al 10% lo que también les frena el trabajo efectivo proselitista (y produciendo también una alta abstención en sus filas) por efecto del triunfalismo, cuestión esta que también los conduce a la derrota.                                                                                                                                   

El buscar personalmente, a los electores a sus casas  anunciándola por los medios en forma desesperada, es un extremo que marca de antemano la derrota para cualquier bando, porque se desecha el factor sorpresa, hacia el elector poniéndolo en alerta de rechazo.

Es la pésima guerra psicológica política hoy en día, la antesala del poder presidencial más disputado, donde los políticos viven un momento muy estresante desde que Hugo Chávez, le ganó a Salas Romer en 1998.                                                                                                                                       

La IV Republica se fue, pero el 7-O, que será el de Chávez, o el de Capriles, va a ser muy distinto al revocatorio del 15/A de 2004, cuando el SI le ganó al NO, y del 2-D del 2007, cuando le ganó el NO al SI de modo inesperado.                                                    

Entonces este humilde análisis a manera de alerta, lo hago porque no soy fanático, menos obtuso y con los pies sobre la tierra, lo guardaré  pos 7-O, para recordárselo  a mucho estratega desfasado hoy en día, y donde concurrirán dos candidatos de peso, por lo que habrá una sola opción ganadora, que brega duramente el apoyo de los llamados nini’s.                                                                             

Pero ahora, en la Venezuela Bolivariana del 2012, sigue habiendo dos opciones “Socialismo vs. Capitalismo”, y en lo único que coinciden los equipos de campaña de ambos comandos es que se ‘creen’ que el venezolano hoy por hoy es un idiota.  No tomando en cuenta para su consumo interno (por la forma errada de la campaña), de quien resulte ganador lo hará por un margen muy pequeño, y conocido en el argot hípico como un final de fotografía, por los errores de campaña que se siguen cometiendo, y por lo que observo en las calles contrario a lo que dicen, siendo además la sepultura en la mente del elector de muchas ofertas engañosas de firmas encuestadoras.