Esta es, sin duda alguna, una Universidad. No hay forma de desmontar lo que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, a través de su gestión de Gobierno, hizo posible. “ES UNA UNIVERSIDAD”. Y añado: “PARA TODOS”. Incluye al negro, al pobre, al de clase media, al afrodescendiente, al pudiente… Incluye la pluralidad expresada en el pueblo venezolano. Ha sido así desde que vio sus primeros pasos, sus primeros estudiantes, profesores, comunidades… Y seguirá siendo así. De eso, no hay duda, porque para garantizarlo nos encargaremos quienes hacemos vida activa en esta “UNIVERSIDAD”.
Nuestra Casa de Los Saberes (así llamada porque además del saber “científico”, reconoce el saber “popular”, el saber del otro, el saber singular y plural … esos saberes de quienes hacen vida activa y protagónica en las comunidades, municipios, gobiernos regionales, urbanizaciones…) es respuesta a una estructura social que presenta, al menos, 80% de pobreza; con más de un millón de personas sin posibilidad de ingresar a la Educación Superior –hay quienes afirman que esta cifra es conservadora-; una economía monoproductora; un tejido social poco fortalecido en términos de organización y participación protagónica; los poderes (ejecutivo, legislativo, judicial) que, tal como lo afirma mi colega Joaquín Estefanía, fueron secuestrados por otros: el poder de los medios de comunicación, el de los jueces y el económico. Definitivamente, no es coincidencia con lo que está ocurriendo en Venezuela y en el espectro global. Dicho sea de paso, esta es otra de las razones por las cuales se constituye esta UNIVERSIDAD.
En una ocasión Bernardo Kliksberg señalaba que Venezuela es uno de los países más desiguales del mundo. DEL MUNDO. Mi colega Estefanía ha señalado con la contundencia del caso que la brecha entre ricos y pobres es, hoy por hoy, dantesca.
La UBV también es respuesta a la globalización –sinónimo de la “americanización”. No podemos negar el lado positivo de este fenómeno: la globalización de las comunicaciones. Pero debemos decir, con la responsabilidad del caso, que este proceso ha traído desigualdad, se ha violado la soberanía de los pueblos, se ha irrespetado las culturas de los mismos, se ha arrasado con el ambiente de algunos países, se ha penetrado la dinámica económica de los países, se ha producido una ola de desestabilización política. Los frentes hegemónicos de poder han construido una serie de representaciones mediáticas y sociales que en nada se corresponden con nuestra praxis. Para dar frente a esto se ha creado la UNIVERSIDAD Bolivariana de Venezuela, pues no podemos seguir inermes ante los avasallantes cambios que se están gestando.
La Universidad es un espacio para el debate. Para el intercambio de ideas. Para hablar desde el otro y desde el nosotros; eso que conocemos como intersubjetividad. Para aprender, reaprender e incluso desaprender.
La UBV es respuesta a la macdonalización de la vida. Es respuesta a las posiciones pasivas frente el fondomonetarismo. Es respuesta a la exclusión. Y, por qué no decirlo, a la pulverización de la vida, tal como está ocurriendo en Irak. Y nada sensato acontece. Para eso se creó la UBV.
Responde asimismo a la fragilidad de las ideas y a la seudo muerte de la ideología (la historia no ha muerto, tal como nos lo quisieron vender). Es respuesta al pensamiento único, ese que tanto critica Ignacio Ramonet y algunos economistas con posiciones que suelen ser interpretadas como propias de un intelectual soberbio. Hablo de John Kenet Galbraith, irreverente en su forma de pensar y de actuar.
Es repuesta al gran poder, aceptado como natural por muchos países, que han secuestrado empresas transnacionales como es el caso de las americanas Ford, General Electric y Shell. Estos son, por cierto, los líderes de la mundialización de la llamada nueva economía. Contra eso estamos. Y no es capricho. Lo que ocurre es que debemos dar respuestas a tono con nuestras realidades, pues como ya lo dijimos con antelación, en los países de América Latina existe demasiada pobreza. De allí la imperiosa necesidad de dar respuestas solidarias dirigidas a atender la crisis social. Por esta razón se ha levantado la bandera de una integración con propósitos firmes para promover la cooperación entre los países de América Latina y del Caribe. Este es el principio nuclear de la Alternativa Bolivariana para América (ALBA).
Es repuesta a la inmediata necesidad de renunciar a la pasividad y lograr la transformación social. Es respuesta a la necesidad de materializar el pensamiento de Simón Rodríguez. ES respuesta a la necesidad de dar respuesta a los problemas sociales existentes en las comunidades. Pues bien, la propuesta es acertada. Se concibió la Universidad para ello. No para estar “enclaustrada” de espaldas a la sociedad.