Escalio (Parte II)

Fonemas, morfemas i grados de asociación gramatical i el secreto poético del discurso

II

 Expuesto las primeras consideraciones en el Escalio anterior, continúo con el tema de la estructura conceptual i lo poético que admiro en el discurso titulado de Orden. Quizá en alusión al grado de importancia que exige tener, acorde al gran acontecimiento que lo motiva. Empero se impone, cuando veamos lo que ha motivado estas observaciones concretas en el campo de la realidad, hacer notar el estado de exclusión intelectual que se tiene respecto a los hombres del Zulia, solamente porque la política de sus gobernadores i alcaldes en los últimos años, lo hacen ver como una región aparte de la Venezuela bolivariana i revolucionaria, con lo cual pagamos justos por pecadores según el argot popular. Por ejemplo, en estos tiempos de gran exaltación del gentilicio, del patriotismo, del respeto i amor a los héroes libertadores, no solamente es en el campo de las letras, sino en el de la pintura o de la poesía, donde se impone un olvido o ignorancia total. Aquí en Maracaibo o el Zulia, no hai intelectuales, ni historiadores, ni poetas i mucho menos científicos o filósofos que puedan aclarar sobre la muerte del Libertador, por ejemplo. I para citar otro ejemplo en lo poético: desde hace años, el médico i poeta zuliano Guillermo Ferrer Barrios, escribió UN CANTO PARA UN GENIO, dedicado a Bolívar, un extraordinario poema que fue distinguido con el Premio Único de Literatura, Mención Poesía, por la Junta Ejecutiva del Bicentenario del Libertador, en el Estado Zulia, presidida esta junta por uno de los más grandes bolivarianos, si no el primero de todos, en Maracaibo o en el estado, como lo fue el Dr. Gastón Montiel Villasmil. Este canto para el Libertador, ha debido ser reproducido i dado al conocimiento del pueblo bolivariano, en lugar de tanto aporte mediocre que ha circulado. Así mismo se olvida la obra poética de Camilo Balza Donatti, un zuliano por adopción pues es del Estado Anzoátegui, cerca de las riberas del Orinoco, cuya obra sobre más de 400 poetas de la región, permanece inédita desde hace años; se olvida la obra de historiadores zulianos que se han ocupado del Libertador, como el primero de todos, Vinicio Romero Martínez, con extensísima obra de historia bolivariana como pocos; igualmente la obra de Juan E. Romero, Kurt Nagel, Julio Portillo, Ocando Yamarte, Vinicio Nava Urribarrí o Gastón Montiel Villasmil, quien se ocupó sobre todo de la PARENTELA FEMENINA DEL LIBERTADOR. Se olvida a pintores como Abdón Romero, Gabriel Bracho, Romero Rubio, Añez Urrutia, Andrés Eloy Jiménez o quien escribe; en fin, la revolución i nuestros diputados de olvidan del Maracaibo i el Zulia, con toda intención, pues es comprensible que Vanessa Davies, Ernesto Villegas o Mario Silva i otros nos ignoren, pero no los diputados del Zulia ante la AN. Sin pensarlo, se cae en el mismo centralismo de los tiempos de la IV República i proliferan en la capital, los improvisados i aventureros, o los que tienen merecimientos, sin embargo, temen a las sombras.

 Cuando los años pasan, i feliz el que puede acumular sus décadas i poder contemplar la Vejecia, como lo hacía Santiago Ramón y Cajal en su obra EL MUNDO VISTO A LOS OCHENTA AÑOS, donde dice que “todas las tribulaciones de la senectud fueran tolerables, si nuestros registros sensoriales y centros nerviosos superiores, sobresaturados de experiencias y lecturas, se mantuvieran íntegros”. Las personas sensatas i cultas, lo ven a través de sus limitaciones naturales por el tiempo de vida; pero los que piensan que llegados a una cumbre van a permanecer allí por siempre, no desean nadie en sus lados que puedan como Alejandro Magno, quitarle sol a los Diógenes de la política. Por eso se hacen hostiles i practican un ostracismo social, como ciertos personajes que no necesito nombrar, impidiendo contribuir a todos por igual i acorde a sus méritos, posibilidades i conocimientos, a mejorar el colectivo, al pueblo, i aportar al proceso revolucionario. Por eso, ofrecí a ciertas personas el aporte que me es dado ofrecer o sea el intelectual; no es mi función a esta edad, estar inaugurando casas en los barrios, o haciendo de jarrón chino en ciertos actos.. Les pedí abrir puertas a mi libertad de expresión i le ofrecí, en lo cultural o intelectual lo que es de mi dominio en el conocimiento: como hacer buenos discursos, tal como por experiencia i estudio aprendí a hacerlo con forma i contenido, con fonemas i morfemas, i el camino gramatical hacia lo creativo, histórico i poético. A eso se refirió García Márquez en su discurso al recibir el Nobel de Literatura. Sería, desde luego, algo sumamente extenso ponerse a admirar o leer los discursos por ejemplo de Gabriela Mistral, de Pablo Neruda, Octavio Paz o García Márquez, para plantearse ejemplos; pero lo que sí sabemos es que todos le dieron un matiz literario i poético a sus palabras para no contradecir la distinción que recibían. Por eso es de advertir que no hai ninguna fórmula, ningún modelo a seguir por lo que sería ir contra la libre creatividad del pensamiento; pero es obvio que no sería la expresión de un químico, un físico o hasta un candidato a la distinción por la paz, aunque en medicina sería interesante saber qué o cómo se expresó un médico, científico i escritor como Santiago Ramón y Cajal, puesto que en muchos médicos famosos, la ciencia, el arte i la literatura, vivieron enlazados en la conciencia o en el pensamiento. Estos criterios me llevaron a otra prueba de esa espontaneidad en el decir discursivo, cuando me tocó en el año 1971, decir el Discurso de Orden del Día nacional del Médico, natalicio de José María Vargas, el sabio que preservó mejor los restos del Libertador antes del  traslado a su patria i antes, con Bolívar trasformó radicalmente la Universidad Central de Venezuela i los Estudios Médicos. Allí –en esas fechas− la norma, casi siempre, era expresar que no se tenían méritos para subir a esa tribuna, que otros quizá mejor hubiese desempeñado esa faena i de seguido arrancar con una mala biografía de José María Vargas, cuando ya EL ALBACEA DE LA ANGUSTIA, de Andrés Eloy Blanco, había llenado todos los pormenores de una vida ejemplar, narrada con gracia poética. Mi discurso fue completamente distinto a lo tradicional, enfocando en Vargas en cuatro apartes literarios, el Genio, el Hombre, el Sabio i por último la Lección de Vargas. Recuerdo el entusiasmo que despertó i cómo el auditorio de pie premió aquel Discurso de Orden, en primera fila mi primer suegro el Dr. Ramiro Finol Ortega, personalidad zuliana en Farmacia i Química, i sobre todo un colega testigo que vive i puede atestiguar lo que digo, el Dr. Jairo Morales, colega obstetra, porque fue él el primero en aplaudir i gritar ¡Bravo! Pese a tanto opositor callado que gratuitamente he tenido en la vida gremial, se considera que es el mejor discurso en la historia del Colegio de Médicos del Estado Zulia. Está debidamente publicado, i especialmente presentado en un número extraordinario de la Revista del Colegio. Desde entonces, mis discursos fueron celebrados en nuestro medio, hasta que se me ocurrió (pues confieso que si existe no he imitado a nadie) hacer del discurso una obra sinfónica o con el acompañamiento de una gran sinfonía. La oportunidad fue ese Discurso de Orden en el Bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar, titulado LA ARCILLA DE LOS HÉROES, nombre inspirado en la obra BOLÍVAR de Gerard Masur quien expresó que aquellos hombres de la independencia, estaban hechos de una arcilla especial e irrepetible. Escogí, quizá mi sinfonía favorita, LA HEROICA o EROICA de Beethoven, la cual escuché i estudié por unos textos especiales, para ir acompasando las palabras a la música, e ir exponiendo de cierta manera paralelos, lo hitos brillante de la historia i de la sinfonía (escrita en honor a Napoleón, pero luego retirada la dedicatoria) i que con el tiempo era apropiada para la arcilla de Bolívar i Urdaneta, ayudado con una poesía épica o heroica del gran Rubén Darío i otros bardos. Un lamentable detalle técnico, impidió la grabación de esa pieza, expuesta en el Teatrino del antiguo Banco Comercial de Maracaibo, hoi sede de PDVSA. Reconozco que fue una especie de consagración de mi afán creador de discursos, i luego con intervalo de 10 años, tuve la oportunidad de dos discursos en Bodas de Oro profesionales en medicina: en la promoción de mi hermano Armando (graduado en 1942) i la mía, o la nuestra, llamada Promoción “Francisco E. Bustamante” (1952) con el fondo musical que se presta para el recorrido de una vida profesional de medio siglo, LAS CUATRO ESTACIONES de Vivaldi. Otros discursos en otras ocasiones no me obligaron a hacer estos ensayos, pero si tuve oportunidades de otras piezas de oratoria, especialmente en lo referente a los Homenajes que en el Zulia hicimos, al genio venezolano Dr. Humberto Fernández-Morán Villalobos, el más grande científico de nuestra historia. El Cajal, venezolano. Creo que, fuera de varias conferencias, discursos de promociones, propuesta de un nuevo Juramento Hipocrático, etc., pronuncié unos tres discursos, todo referido al sabio, pero no por ello dejaron de ser distintos i creativos en cada ocasión.

  Con esta trayectoria, una entre los tantos afanes culturales de mi vida, me creí como intelectual, revolucionario i Constituyente en este proceso, de poder aportar lo que está al alcance de mis posibilidades, en este proceso de construir una nueva patria, distinta de lo que me tocó vivir en mi ya larga trayectoria vital. Por eso a mis amigos, a los que se valieron muchas veces de mis humildes pero verdaderos conocimientos, para llegar a cargos perseguidos, i que si en algo podía poner un grano de arena como lo puse en nuestra Constitución Bolivariana, era en hacer discursos en una de las grandes fecha del Bicentenario, así como abrirme la posibilidad de hacer campaña electoral, cuando llegue el momento de hacerlo, en la prensa regional i nacional. Ya hace años, desde que Angel Emiro Govea, hizo el discurso del 17 de diciembre en el Panteón Nacional, mi amigos i compañeros universitarios o no, sabían de mi sueño de hacerlo yo, como me dio esperanzas el orador zuliano, que conocía mis méritos.  Sin embargo, un cerco humano misterioso, puso un muro berlinés o israelita entre mi presidente i quién está con él desde que salió de Yare i vino por primera vez a Maracaibo. Con un presidente amigo,  i un proceso, en el cual he aportado mis ideas en más de 500 escritos por la formidable página de APORREA, porque otros medios se han confabulado para silenciarme, manifesté mis anhelos. I hubo promesas. Promesas de quitar zarzas del camino i de ser conexión segura con los jefes del proceso, especialmente con el presidente Hugo Chávez Frías. Empero, como hasta los alumnos de ayer, a veces les hace todavía sombra los conocimientos i capacidades de sus profesores, otros temen compararse porque conscientes están de sus limitaciones que se aproximan a la mediocridad. Ya ver a un amigo, como posible adversario, es muestra de mediocridad. I es porque el proceso revolucionario sigue infiltrado de adecos, copeyanos i tantos partiditos sin rumbo que, el salto de talanquera es para el proceso, como el salto de una célula normal a las mitosis incontroladas por enfermedad. Por eso, al menos se han ido decantando los falsos de los auténticos, i pese a todo el proceso toma impulsos de más vigor, i el gabinete ejecutivo cada vez es mejor. Posiblemente, por esto que he narrado sin mencionar nombres, es por lo que no obtuve respuestas validas i sí ofrecimientos frívolos o absurdos. Los actos del Bicentenario, las restauraciones del centro histórico de la ciudad de Caracas, i todos los progresos materiales i espirituales que este país ha logrado con la revolución i el poder para el pueblo, coincido con el gran venezolano José Vicente Rangel, han sido formidables i dignos de aprobación i admiración; pero las fechas claves, quedaron huérfanas de un Discurso de Orden que mostrar a las futuras generaciones i al mundo. Posiblemente, lo que yo imagino pudo haber sido, quizá para muchos, también de poco valor; pero al menos había en mí,  la intención i el esfuerzo. No quiero ofender a nadie con mis comentarios, pero cerrar caminos, bajar las velas o cortar las alas, nunca han sido logros para la Humanidad.

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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