Cáncer físico, cáncer moral

La oración por todos, la oración por el

  “dispersos los hombres, dispersos corazones” (Alí) 

  Se pudiera decir que cáncer es cáncer. Que algunos digan que  hay  físico y  hay espiritual también es verdad desde la óptica desde donde se le mire. Lo cierto es que uno u otro tienen consecuencias devastadoras y de allí el cuidado extremo que hay que tener en su tratamiento. Sobre el tema del cáncer se ha empezado  a hablar en el foro público desde el anuncio del comandante presidente comunicándolo “en casa”. Cuando hay cáncer en casa, la familia se transforma y pareciera consumirse con el cáncer. En otros escenarios la situación es distinta, el presidente de todos los venezolanos, tiene cáncer, es verdad, pero también tiene esperanza y mucho porque pone de por medio a la FAMILIA y cuenta con la ORACIÓN POR EL, que ha hecho un pueblo que lo sigue, que se acostumbro con el a reír y cantar y que también con el también llora, como quedo demostrado en el rio de lagrimas que inundo almas como sacramento en el balcón del pueblo. Razones entonces hay para expresar con jubilo ese Viviremos y venceremos. Con ese cáncer no debe haber problema, pero y el cáncer moral?, ese que tenemos hasta los tuétanos como copia y calco del american way of live y la cultura del petróleo, ese que ha dejado tantas grietas ayer y todavía hoy muchas de ellas supuran  todavía en el cuerpo de la patria. 

  NUESTRAS GRIETAS...SON NUESTRAS  

  Y nuestros odios,... ellos también son nuestros. Son heridas de una cultura que más que una especie de RIFOCINA gigante, requiere de una mirada muy adentro que revele en la aridez del alma las huellas del día aquel que nos perdimos adentro, muy adentro de la misma oscurana que envolvió en retazos la vida de la Malinche, y nos dio a consignación un luto vitalicio de Abya Yala, pero que  ya en el continente que despierta se están quitando los trapos negros y empieza a vestirse de arcoíris. 

  Esto  que tenemos hoy, cuanto no ha costado, pero mira como todavía ejercemos el mejor de los egoísmos, mira con cuanta facilidad hacemos la aritmética de la desesperanza: dividimos y restamos como que a la sombra, vigilante, un Santander nos anuncie, aborten esto, abórtenlo. Pero, pese a todo, a todo llamamos al alcalde maula de cualesquiera de nuestros municipios,  al dirigente estudiantil que esta muy cerca del Bolívar moneda, pero  tan lejos del Bolívar histórico que el comandante – presidente nos presenta en cada uno de sus actos, el director o coordinador de cualquier organismo publico que lleno de odio y animado para mammon entiende la democracia y el socialismo como la mayor suma de felicidad, si, pero… para su entorno. Y mira que por eso, estas nuestras grietas van supurando un odio extremo que hace la marcha mas lenta  y da fuerzas al cáncer moral que va comiendo, que come por dentro a fuerza de odios. 

  Odios que son grietas nuestras, pero que se confabulan a veces para que las cosas que deben ir bien ahora vayan mal, o sencillamente no marchen – cuantos no siguen prestándose para la traición-. Odios que son grietas y que retardan el socialismo de TODOS y que hacen trizas en la práctica cualquier libro rojo, líneas estratégicas, o  sopotocientas erres, solo porque algunos no quieren entender aquella lección pendiente del viejo maestro nuestro, el Simón Rodríguez, que por nuestro odio y nuestro egoísmo hicimos que se hiciera Samuel Robinson fuera de casa, pero que con todo y eso nos dejara para aprender y practicar aquello de pensar uno en TODOS, para que todos piensen en UNO. No es esto acaso lo que todos los días hace Hugo Chávez Frías en una especie de oración por todos, pero que algunos todavía se hacen ateos, y autistas para su beneficio personal confundiendo en sus respectivos municipios la patria chica con la caja chica. 

  Los odios están sueltos y se ofertan al mejor postor. Tiene sus canales para ello y sus mentores como relacionistas públicos que atienden al llamado de la sangre... pero la sangre de otros, porque siempre han sido diligentes para que los de abajo pongamos los muertos, por lo menos antes de la llegada de Chávez esto era la constante y tuvo su radicalización aquella tarde de muerte que comenzó con el grito “marchemos todos a Miraflores”. Esta extraña forma de ser, que se expresa en el rostro  de algunos, que se impone en el accionar mismo de la anti - vida, no es otra cosa que la brisa aquella que una vez entró en el cuarto de la Erendira, y que hace padecer de tristeza, aunque la careta se imponga en el momento oportuno. Pero, para la esperanza estamos aprendiendo también  que si tenemos que poner los muertos nosotros, pues que no sea en vano, que sea para que la patria retoñe en nuestros hijos como socialismo nuestroamericano, y que ya no haya grietas en el alma, que no nos habiten ellas para que tampoco tenga espacio el cáncer moral que pretenden los que estupidizan o imbecilizan desde sus medios. 

  Estas grietas, que son nuestras, parecen  raíces secas de un árbol, que todavía  esta en pie ante la sublevación de la brisa. ¿Que lo soporta?...sino esta manera de ser prestos contra nosotros mismos. Míranos aquí, enfrentados, unos sin ninguna pizca de biofilia, otros animados  por el que ha vencido mil dificultades  y es capaz de dejar en ridículo al cáncer físico. Mira a esos que  viven   ofertándonos a la muerte a milimetros de metal para convertirnos en mártires provocados de no se sabe que cosa. Todo porque nos creemos dueños de la verdad, y eso es suficiente para tratar con todo y el fulano “capital intelectual”  de convertir a nuestra instituciones en un botín. Esta guerra contra el cáncer moral estamos obligados a ganarla para gritar también viviremos y venceremos. Afortunadamente tenemos hoy nuestro árbol, ese, el de  las tres raíces – Bolívar, Rodríguez, Zamora- y con la opción urgente de una cuarta, la de Ali el de Paraguana, el semeruco perfecto para combatir el cáncer moral. 

  Cuanto se ha luchado, acaso esos no han sido los esfuerzos que el Comandante – Presidente se ha empeñado para que la patria sea, de verdad Patria. Muchas veces nuestro enemigo hemos sido nosotros mismos, y ese  es el enemigo peligroso, cuando nos movemos en el silencio restando, restando. 

  Estamos, ante las grietas de una cultura del silencio que de no combatirse –con combatientes, claro esta- va a desandar en marchas cargado con el mejor de los odios, con la mejor de las grietas internas. Será tarde cuando el excremento se convierta en verbo, y nosotros como mercancía genética balbuceemos su traducción en perfecto presente conflictivo. Estamos ante la disonancia que nos presenta Aleixandre: la destrucción o el amor. Nosotros hemos escogido el amor, si, pero aun falta mas voluntad para que la utopía se haga concreta. La conexión con el pueblo la tiene Chávez, no hay duda pero véanse aquí la necesidad de quienes como vice – presidentes (as), como gobernadores (as), como alcaldes (as), como ministros y  ministras y por sobre todo por lo que somos cada uno. He allí la importancia del SER 

  No dejemos, eso si, que por la  celestina forma que tienen algunos  de gobernar queden nuestras ciudades desempleando la esperanza, sin espacios para el hombre y la mujer y sin posibilidad de hacerse NUEVOS, porque algunos a los que el pueblo le dio la tarea de hacer pueblos se hallan desviado como propiciando otro cáncer: el moral, ... “tigres del tamaño del odio, leones como un corazón hirsuto, sangre como la tristeza aplacada” , dirigentes  solo de franela y boina pero que a la larga representan aquellas gentes que viven al acecho para que las cosas no cambien, para que quede siempre la palabra prisionera y sin aliento de ternura. Aquellas gentes, aquellas intenciones para que la patria se detenga en vilo frente al formol que es la primera cuota del fusil mercenario, que grita su muerte en los latidos de un ya basta inútil, para cercenar los esfuerzos de darnos la patria socialista, tan urgente y necesaria, tan nuestra y  que nos merecemos  porque  un carajo grande como Hugo Chávez Frías se atrevió al enfrentar a los grandes carajos que saquearon que expoliaron, que mataron que desaparecieron pueblos nuestros, hermanos nuestros.  

  Y estas grietas, que nos hace que faltemos en algo de nosotros... hoy nos interpelan, y callamos otra vez, como tantas veces para que el  poeta responda en Aleixandre, ante la pregunta de ¿Si quieren que esto siga? y se responda contra la vida: “No, la realidad vivida bate unas alas inmensas”. Si es verdad poeta, es verdad. Cuan difícil ha sido el encuentro de los iguales, cuan difícil seguirá siendo el encuentro de los distintos. Cuanto costará?... basta entender como necesidad que todos éramos los mismos, pero que algunos se ocultaron en las mascaras y que estas se hicieron parte del rostro. 

   Nosotros, nos vemos al revés en las retinas del niño timoto, y esto al ser así, hace que  también al revés estemos en las retinas de todo el mundo. Entonces, porque seguir siendo así como otros (que no son los nuestros) quieren que seamos, si lo que nos existe al revés es la vida, por esa extraña forma occidental de llamarnos racionales. Y es que estamos siendo los mejores REALISTAS en la patria de Bolívar.  

   Cuanta falta nos hace el intento de ser revolucionarios...por lo menos EL INTENTO...y será parte de una victoria, o un adelanto para descubrir la ALBORADA. Solo un intento y entonces de verdad  seremos la mejor terapia para el comandante -  presidente. Solo un intento y de verdad, verdad que la marcha hacia el socialismo se hará mas ligera y si en determinado pasaje del camino nos toca soportar la  cruz, pues seremos muchos como para vencer al peso que ella signifique. 

   Estas son nuestras grietas...son nuestras. Grietas que estamos obligados a sanar para vivir, para vencer. Entonces: que no se dispersen los hombres, que no los corazones. 
 
espanel7@gmail.com
 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2077 veces.



Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

 espanel7@gmail.com

Visite el perfil de Nelson España para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Nelson España

Nelson España

Más artículos de este autor