La gran batalla es la Batalla de las Ideas

El episodio de la Ley de Liberación de los Esclavos (1854)

Históricamente la clase dominante desarrolla la utilísima habilidad de colonizar la ideología de la clase dominada. Eso explica la existencia de trabajadoras y trabajadores actuando en contra de sus propios intereses de clase y defendiendo los intereses de sus enemigos. Así ha sido, así es y así será, en tanto las trabajadoras y los trabajadores (obreros, campesinos, empleados, etc.) no desarrollen una robusta conciencia de su posición de clase en el marco de las relaciones de producción, distribución y consumo de bienes económicos en el sistema de explotación y alienación capitalista.

Para que proletarias y proletarios lleguen a creer que personajes –hoy en la Asamblea Nacional- como María Corina Machado, Gómez Sigala, Alfredo Ramos, o cualquiera de esa bancada representante de la burguesía les pueda ofrecer “conquistas” tales, como un aumento general de sueldos y salarios, derecho a vivienda propia o una pensión equivalente al salario mínimo para cada venezolana y venezolano, sólo es posible si existe una profunda debilidad en la conciencia de clase de esas trabajadoras y trabajadores. El depredador sólo puede asegurarle a la presa la muerte. Eso está en su naturaleza por más que desarrolle habilidades para engañar a la presa y esta se deje engañar. De allí que la gran batalla para la Revolución tenga lugar en la mente del pueblo. Allí la Revolución gana la batalla o pierde la guerra. La historia, ese profeta que mira hacia atrás, está allí para iluminar el camino e impedir nuevos y aún más graves errores. El 25 de este mes de marzo se cumplen 157 años de una de esos fraudes ideológicos de la clase dominante sobre el esclavo, el siervo, el trabajador, el dominado. El episodio arroja luz sobre la crueldad, la hipocresía y el cinismo de la clase oligarca. Veamos:

José Gregorio Monagas, el Presidente que decretó la liberación de los esclavos es un pobre personaje que probablemente habría pasado totalmente inadvertido por la historia dada su opacidad y falta de determinación a no ser por haber protagonizado como Presidente de la República un episodio que en cierta forma tiene un matiz reivindicativo, así como una importante significación para Venezuela y para la comprensión de la evolución social, política y económica de la Patria: LA LIBERACION DE LOS ESCLAVOS por medio de Ley sancionada por el Congreso el 23 de Marzo de 1854 y promulgada el 25 del mismo mes.

La expansión en la producción de cacao tuvo como base la mano de obra sometida a servidumbre. Cada modo de producción tiene su propio régimen de trabajo. El hato ganadero y la producción del cacao tuvieron como base la mano de obra esclava. A partir de 1730 hubo un importante movimiento de esclavos africanos batiendo récords de entrada a Venezuela. La razón que produjo su presencia - el desarrollo cacaotero - al menguar también hizo desaparecer la oleada de nuevos esclavos a Venezuela, amén de otras condiciones internacionales. Podemos decir que por variadas razones, dejó de ser económicamente rentable y declinó el tráfico de esclavos. Desde 1780 en adelante pocos esclavos nuevos llegaron al país.  

Al no tener el flujo que garantizaba la sustitución rentable de un esclavo “usado” por uno nuevo, los sectores esclavistas debieron asumir el cuidado sanitario de estos esclavos. Los esclavos a su vez descubrieron que eran útiles y valiosos. La combinación encareció la mano de obra de modo que en lo adelante sería más barato y sobre todo menos complicado, contratar jornaleros “libres” que cuidar mano de obra bajo servidumbre, con la que -por otro lado- se establecían nexos de responsabilidad que no se tienen con el asalariado. No obstante el proceso de liberación de los esclavos, no sólo fue muy lento en Venezuela sino que se cumplió con una serie de ventajas para los esclavistas de las que no disfrutaron en otros países. Por ejemplo:

·  La Junta Suprema de Caracas prohibió el tráfico de esclavos en Agosto de 1810.

·  Francisco de Miranda, ese mismo año ofreció la libertad a los esclavos que se enlistaran en el ejército patriota.

·  El 23 de mayo de 1816, Bolívar expresó: “No habrá pues más esclavos en Venezuela que los que quieran serlo”

·  En Angostura en 1819, Bolívar dijo: “... yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi propia vida y la vida de la República.

·  El Congreso de Angostura en 1820 declara abolida de derecho la esclavitud, pero empieza a poner obstáculos que muestran la mano de los intereses esclavistas, pues dice: “El Congreso considerando la libertad como la luz del alma, creyó también que debía dárseles por grados, como a los que recobran la vista corporal, que no se les expone de repente a todo el esplendor del día”

·  El Congreso decide: “Reconocer el principio sagrado de que ningún hombre puede pertenecer a otro hombre, y prefijar un término prudente dentro del cual quede enteramente extinguida la esclavitud.

·  El Congreso de Cúcuta, aprobó una Ley de manumisión en 1821. Por esa Ley los hijos de las esclavas dejaban de serlo al nacer, pero tenían que ofrecer un servicio de restitución al dueño de su madre hasta cumplir la edad de dieciocho años.

·  En Octubre de 1830 –ya consumada la traición a Bolívar y destrozado el sueño de Colombia- el Congreso de Valencia elevó la edad de servicio hasta los veintiún años.

Resulta claro que los intentos de liberación chocaban con los intereses de los esclavistas. Esta oposición fue atenuándose en la medida en que económicamente se justificó. Véanse las fechas en las cuales el propio Páez señala los estériles intentos por dar plenitud al decreto de Bolívar en 1816:

Traté muchas veces de extirpar la esclavitud en Venezuela. Los propietarios siempre se me opusieron, así en 1826, en 1830 y en 1847. Autobiografía  : José A. Páez

El proceso económico fue poco a poco garantizando para el sector oligarca de la época una mano de obra ligada a la misma tierra y fijándola a la misma clase de tarea y el mismo lugar en que había nacido y crecido. Sin embargo, aún para 1854 había personalidades que se oponían a la abolición de la esclavitud. En el Congreso que legisló la Ley abolicionista se oyeron voces como estas:

·  “La esclavitud es absolutamente necesaria para la preservación de nuestro pueblo”

El Observador Caraqueño.

·  “El derecho de propiedad es tan sagrado como el de libertad”

Francisco Oriach (yerno de Monagas)

Se buscó de todas formas un modo de abolir la esclavitud que favoreciese y diera nuevas ganancias a los intereses de los propietarios. Para ello se recurrió a la indemnización a los dueños afectados por el acto emancipador, por parte del Tesoro Nacional. Finalmente se promulgó la Ley el 25 de Marzo de 1854. En la Gaceta de Venezuela aparece la tarifa para el avalúo de los esclavos, en la cual, con un máximo de 300 pesos se va graduando el valor de un esclavo según su edad y potencial de servicio.

El recordado maestro Dr. Brito Figueroa dice al respecto algo para meditar:

Con todo, la liberación de los esclavos obedeció, más que a un profundo sentimiento de igualdad social, a una conveniencia económica y política. Económica porque el cacao estaba siendo superado por el café como el principal producto de exportación y era sumamente oneroso para los propietarios sostener los esclavos, cuya manutención resultaba cada vez más costosa, aparte de que la indemnización les traería dividendos significativos. Y conveniencia política, porque la liberación además de asestarle un golpe al partido Conservador donde militaban la mayoría de los esclavistas, garantizaría la continuidad de los Monagas y de los caudillos orientales en el poder” F. Brito Figueroa. - Historia Económica y Social de Venezuela

El propio Brito Figueroa afirma que se cometieron muchos fraudes alterando las fechas de nacimiento de los esclavos o cobrando indemnizaciones por esclavos ya muertos o no nacidos. El Gobernador del Estado Carabobo para la época deja bien clara la naturaleza del fraude con estas palabras:

“No quiero hablar de lo ventajoso que es para la agricultura ocupar más bien manos libres que no manos esclavas; tampoco me detendré en hablaros de que es más caro el servicio hecho por los siervos”   Miguel Martínez - Gobernador de Carabobo.

Fueron realmente repugnantes los discursos de amor y solicitud por los esclavos que los antepasados de los actuales diputados y diputadas de la derecha en la actual Asamblea Nacional (diferentes nombres pero iguales intereses y malas mañas) proclamaron en aquel Congreso. Es claro que la misma oligarquía que no sólo impidió sino que persiguió a Bolívar hasta la muerte justamente por no aceptar su decreto de Liberación de los Esclavos –entre otras cosas- no la aceptaría en 1854 sino porque al hacerlo estaría consumando un gran fraude en su beneficio. Era mucho más negocio convertir en “hombres libres y asalariados” a aquellos esclavos, especialmente cuando además se les empezarían a cobrar todos los “servicios” y a pagarles con “chapitas” emitidas por los propios hacendados y sólo válidas como dinero para comprar en las pulperías de las haciendas. La historia de la humanidad hasta nuestros días no es sino la historia de la lucha de clases, de la opresión de los débiles por los poderosos, ¿no es cierto? ¡Cuánta razón tenía don Carlos, el chivudo maravilloso!!

Patria y Socialismo...no hay otra!!!

¡MISIÓN CONCIENCIA!

martinguedez@gmail.com



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Martín Guédez


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