¿Hombres, los esbirros imperialistas?

Guantánamo una de tantas cárceles de la CIA. En el portal hay muchos soldados y un oficial se halla plantado en el mismo escalón; siguiendo un largo pasillo, guardado a cortos trechos por armados e inmóviles centinelas. Una galería bastante bien iluminada se alarga, toda ella con puertas cerradas y muy juntas en ambos laterales. A un lado y a otro se mueven varios carceleros, mirando constantemente por los judas (mirillas) de las celdas.

¿Quiénes son ellos? Naturalmente, unos hombres y mujeres…, es una verdad evidente, pero subjetiva, una verdad que a ell@s mism@s les hace saltar al expresar la verdad objetiva, la más importante dialécticamente…, que no son hombres y mujeres en relación al objeto de la misión encomendada…, son tan sólo policías; más exactamente, agentes que deben obedecer, formarse y aprender…, que ante esto nada importa si son objetivamente hombres y mujeres y objetivamente seres asexuales. ¿Acaso no recuerdan bien la tesis laureada, que estudiaron en la escuela, donde se formaron y se halla vigente el modelo? Recuerden un tema en que asignan como meta de la sociedad capitalista el conciliar la verdad subjetiva y la verdad objetiva, por la desaparición de la sociedad socialista…

Nos imaginaremos como atormentan y matan. Es cierto que al matar y atormentar muestran una rara inteligencia. Pero nada más; ellos matan hombres, mujeres y niños tan sin conciencia como el animal mata al animal. Será posible que haya muerto la conciencia en tales seres humanos. (Llamarlos humanos es un decir)

Cuando se dispone de tiempo limitado, el dolor es dosificado para que nunca lleve al acusado al peligro inmediato de la muerte; la sensación del reo es que puede vivir ilimitadamente en perpetuo tormento físico y moral. Los procedimientos son muy variados, los pueden imaginar. Ante un tormento que pulsa uno tras otro todos los sentidos y funciones del reo sin que pueda él adivinar un fin, es infalible su desesperación, el deseo de morir se transforma en verdadera obsesión, y si halla un medio de matarse, desde luego, se mata. Cuando hay pruebas tangibles de hallarse un reo en tal estado y al ver para él vedado todo medio de suicido, la confesión es la única manera de lograr suicidarse, pues acarrea su segura ejecución. Quien quiere matarse se halla dispuesto a todo…

Estos fanáticos amos de la CIA, con sus estigmas de anormales, deben pecar de exhibicionismo criminal. Mostrarse ufanos a sus prisioneros humillados, hechos unos pingajos psicológicos y físicos, ha de ser para ellos un insano placer. La falta de preparación cultural en estos engendros es evidente, está demostrada con la insania con que celebran sus satánicas sesiones. Estos terroristas, financian y promueven conspiraciones, golpes de estado, huelgas y desestabilizaciones económicas, contra gobiernos elegidos democráticamente por sus pueblos. Pero, quien tenga una sensibilidad humana y tenga valor para enfrentarse con este mundo criminal y corrupto, sólo podrá evitar el mal privando a estos energúmenos asesinos de los medios para realizarlo.

No, no, eso que llamamos una vida sólo son unas células podridas que se debemos extirpar para que no infecten a más y puedan acabar con la vida, con la verdadera vida, con la vida socialista. Veámoslo así, en profesional, pues médicos somos los socialistas, encargados de velar por esa vida, y veremos muy natural el que no tiemblen nuestras manos. No tienen ángel tantos como ellos matan y mataron.

Como bien sabemos, cuanto dice quien se sabe ya condenado a muerte no merece gran crédito, en general, sólo tiende a que finalice pronto su tormento y se pliega muy sumiso a repetir la confesión dictada. Cuando, por el contrario, la confesión se obtiene bajo promesa de salvación de vida, suele ser sincera; sobre todo, si sólo se tiende a lograr una declaración de necesidad política. No podemos incluir a los reos de las cárceles de la CIA exactamente en ninguno de ambos casos. Por ello, es aventurado deducir si hay sinceridad y verdad en la delación del reo. Habrá que comprobar hecho por hecho y averiguar los proyectos caso por caso antes de actuar.

Atentados contra líderes progresistas de Latinoamérica y el mundo: Pensamos que si los imperialistas pudieran resolver este laberíntico problema, se alegrarían mucho. Tener en su haber varios atentados de la CIA es un honor único: Fidel, Al-Gaddafi, Chávez, Ahmadineyad, Evo morales. Según se habla, han sido muchos los atentados proyectados contra ellos, pero ninguno ha llegado a consumarse y la prueba de los estimados es demasiado considerable. Lograron asesinar a Allende, Torrijos, Caamaño, Sandino y tantos otros.

El imperialismo acusa gobernantes y gobiernos alegremente de delitos jamás cometidos; tráfico de drogas, financiar organizaciones terroristas, suministro de armas, etc. Esa manera de discurrir con lógica tan perfecta partiendo de una mentira total, es un asombro. Todo parece terriblemente normal, diríamos burocrático; sin duda, todo está calculado por una experiencia reiterada. Ellos son los que trafican con drogas y financian organizaciones terroristas.

Todo lo refieren ellos a la formación. A lo exterior. El imperativo único parece hallarse fuera y tomarnos con su lazo, cual si fuéramos unas pobres reses, para imponernos el querer y el pensar, el sentir y el obrar. Si es natural que no entiendan. Lo que aceptan ellos, y hacen aceptar, que el imperialismo es un permanente devenir. Para imponerlo así, haría falta demostrar la infalibilidad de la razón para poderle asignar infalibilidad a la evolución; la inteligencia. Hay en sus argumentos una petición de principios; lo determinante no puede ser a la vez determinado. Sí, la compatibilidad nacida de la subordinación. En lo decisivo, en luchar y matar, la pasión los domina y a ella obedecen.

Si el martirio aquel hubiera sido violento, si los esbirros excitados como hienas dieran golpes y gritasen, no creemos que anonadase tanto el espectáculo, pero aquello es deprimente, monótono, cansado, uno se queda sin nervios, laxo, porque, contra lo esperado, no hay furia, dramatismo ni sangre. Todo parece terriblemente normal, diríamos burocrático; sin duda, todo está calculado por una experiencia reiterada. Los esbirros, sólo se limitan a esperar; al parecer, en la certeza de que más o menos tarde quebrarían la resistencia del reo.

Hombres peligrosísimos, no tienen piedad ni escrúpulos, hacen matar, o matan, por una simple duda, no esperan a tener las pruebas, les basta la sospecha, sino logran la prueba, la inventan con destreza y maña. En su afán, nos consta, han hecho asesinar a seres inocentes… Se diría que gozan en el deporte fabuloso de cazar piezas humanas. Sólo imitándolos será posible eliminar a tipos tan peligrosos. No se concibe, no lo comprendemos, ni aún apreciando la naturaleza y normalidad de estos “hombres” al matar y torturar. Superior es a nuestra capacidad de comprensión aceptar la evaporación de toda sombra de remordimiento en su alma. ¿Pero acaso tienen alma? ¿No serán ya un mero ente irracional, sensorial y funcional? Lo creemos imposible; no podemos creerlo, aunque parezca una evidencia en la vida de este “ente imperialista”. La existencia de tal tipo “humano” ya parece evidente. Un tipo liberado del bien y del mal.

Una necesidad dialéctica… ¡Ah!, sí… Sí, naturalmente dialéctica; es una necesidad vital luchar para lograr ser quien se es…, para cosa tan elemental y la verdad, verdad.

Es necesario destruir de una vez el mundo de ficción capitalista, corruptora de todo, hasta de la personalidad…, y poder gritar un día nuestra verdad personal, idéntica, socialista; porque la verdad humana, dialéctica, libre de la contradicción capitalista, sólo ha de ser la verdad una…

Gringos ¡Ho Home!

¡Libertad para Gerardo!

¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria Siempre.

Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!

manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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