El comunismo y la estafa inmobiliaria de la preventa de viviendas

Nuestro presidente, Hugo Chávez Frías, ha resaltado en el texto de sus Líneas, la reiteración ya fastidiosa y cursi de la burguesía venezolana, de la escogencia entre libertad y comunismo que significaría -a juício de la misma- la elección parlamentaria del 26 de Septiembre. Habría que comenzar por decir que el comunismo, como sistema político, no ha existido todavía en ningún país, ni siquiera en la fenecida Unión Soviética. Sería una proeza inigualable que la Revolución Bolivariana, con una simple elección parlamentaria, pudiese realizar una utopía tan compleja como la sociedad comunista

El comunismo debería ser, según expusieron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, edición de 1872, la culminación del proceso civilizatorio europeo una vez realizado plenamente el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo. El comunismo, como establecieron aquellos autores, no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder que tenga una clase social, la burguesía, de usurpar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno.

Cuando observamos la magnitud de la estafa inmobiliaria cometida por la mafia de constructores privados, podemos entender con diáfana claridad cómo es que una clase social se apropia del trabajo ajeno. Los contratos de preventa de apartamentos han permitido a sector de constructores burgueses, donde figuran destacados miembros de la ONG anticomunista SUMATE, robarle miles de millones de bolívares a decenas de miles de jóvenes parejas de la clase media que aspiraban a disfrutar de los que es un bien social, un derecho humano inalienable como es la posesión de una vivienda donde levantar su futura familia, para invertir- para su exclusivo beneficio- esa enorme fortuna mal habida, en la especulación financiera montada por la banca internacional en Panama y otras islas de la Pequeñas Antillas.

Esas mafias inmobiliarias, que representan la mayor putrefacción moral de la burguesía venezolana, le roban el derecho a la propiedad personal, les roban la vivienda a decenas de miles de venezolanos y venezolanas que ahora han quedado en la calle, sin posibilidad de pagar las sumas abusivas, el 100% de lo pactado en los contratos originales de preventa, que les exigen para entregarle un apartamento en edificios que ni siquiera están terminados arquitectónicamente. Si el comunismo es quitarle la propiedad privada a los ciudadanos, entonces las mafias inmobiliarias serian los comunistas. Por eso hay que votar contra ellos en las elecciones legislativas del 26 de Septiembre. ¡A darle con todo a la rata inmobiliaria!

mario.sanoja@gmail.com


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Mario Sanoja Obediente

Escritor, antropólogo y docente universitario


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