Chávez y los adecos de 45

Sobre este tema mucho se ha hablado pero lejos está de agotarse porque cada quien le acuña su parecer de acuerdo al libre albedrío personal. Para aquellos tiempos yo era un niño de apenas cuatro años y recuerdo, de la mal llamada revolución de octubre, algunos testimonios de familiares comunistas que apoyaban al gobierno democrático de Isaías Medina Angarita y quienes toda la vida fueron adversarios de Rómulo Betancourt, desde los inicios de éste como líder universitario. Mi tío Víctor García Maldonado relataba en sus inolvidables y gratas tertulias que AD antes del golpe a Medina era un partido sin suficiente apoyo popular el cual llegó a caudales en todo el país, poco después, cuando las masas empobrecidas sintieron que habían llegado al poder y ésta ilusión se plasmó sobre todo desde la acción política en las jefaturas civiles de pueblos y caseríos en una sociedad, para entonces, predominantemente rural que adoptó como suyas las banderas populares, antifeudales y antiimperialistas engañosamente enarboladas por los adecos del 45. Por un fenómeno aluvional el partido de Betancourt se convirtió de la noche a la mañana en el primer partido de masas de Venezuela hasta que su decadencia política llevó, cincuenta años después, a esa tolda política, a la degeneración en que actualmente se encuentra, sin porvenir ni futuro y en vías de extinción.

A diferencia de Betancourt, Chávez no llega al poder por la vía del golpe de Estado aunque lo intentó el 4 de febrero. Los adecos una vez posicionados del poder en el 45 obtienen el triunfo electoral más grande en la historia democrática venezolana con la candidatura de Rómulo Gallegos. El mismo Chávez obtiene, con gran apoyo popular, la Presidencia de la República por la vía pacífica seis años después de la rebelión militar del 92. Gallegos cae el 48, sin resistencia popular, a causa del golpe militar encabezado por los aliados de Betancourt en el 45. A Chávez también lo tumban los militares al principio de su mandato, sólo que una gran resistencia cívico militar, con las masas en la calle, lo restituye de nuevo a la Presidencia 48 horas después de su derrocamiento.

Hay cierto momento en la historia dialécticamente comparada de ambos procesos en que Chávez marca distancia y se aleja definitivamente de Betancourt sin dejar ninguna duda sobre la diferencia radical entre su pensamiento y los adecos del 45. Este momento es cuando Chávez decide enrumbar la revolución bolivariana por el camino del socialismo con una ideología completamente alejada del anticomunismo y acepta, sin prejuicios, la validez del marxismo como método de análisis. A partir de ese salto histórico de Chávez hacia el socialismo no hay sino diferencias irreconciliables con el Betancourt del 45, quien habiendo sido un notable dirigente del partido comunista en Costa Rica terminó siendo el más furioso anticomunista en la historia de Venezuela, más que Gómez y Pérez Jiménez.

El salto histórico lo dio Chávez con el pueblo que lo sigue lleno de esperanza y confianza en su líder máximo, aunque mucha gente sencilla no haya estudiado ni comprenda en profundidad los planteamientos teóricos del socialismo. Cuántos de los burócratas del gobierno y del PSUV habrán dado también el salto histórico hacia el socialismo o seguirán siendo cautivados, en su manera íntima de ser, por la ideología predominante en el Pacto de Punto Fijo. Uno tiene sus dudas cuando las cosas que Chávez ordena, planifica, desea, dispone, traza, señala y plantea se quedan, se retrasan, no se cumplen, se engavetan o salen mal. Sobre esta cabuya hay un rollo de nunca acabar.

Una de las formas de resolver los grandes retos que la revolución socialista nos exige es enfrentar cualquier desviación que nos ate a las formulas de la ideología neoliberal del capitalismo. Hay que creer en la capacidad del pueblo para dirigir esta revolución con el comandante Chávez en la primera fila de combate. En algún momento el MVR se pareció mucho al partido de Betancourt en el 45, siempre hay que mirarse en ese espejo y cuando se descubran imágenes que amenacen la proximidad de un proceso degenerativo hay que curarlas sin arrepentimiento.

*Profesor Ex director de la Casa de Nuestra América José Martí

sergiobricenog@yahoo.com

padreamalivaca.blogspot.com


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Sergio Briceño García *

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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