Ausencia de análisis de clase y justificaciones vergonzosas

En las páginas web laclase.info y aporrea.org, se publicó recientemente un artículo firmado por el camarada Ricardo Galíndez, dirigente de la corriente que publica el periódico El Topo Obrero, la cual forma parte del PSUV. En dicho escrito, los camaradas de intachable trayectoria revolucionaria, interpretan en forma errónea el sentido de las medidas económicas adoptadas por el gobierno nacional y anunciadas en cadena nacional el pasado 21 de marzo por el presidente Chávez, para enfrentar la crisis económica internacional que ya se abate sobre la economía venezolana. A continuación presentamos nuestras críticas.

No dudamos en decir que se trata de un esfuerzo por explicar el contenido político de las medidas adoptadas por el gobierno. Resaltamos que el escrito, a su modo, deja entrever que las decisiones del Ejecutivo Nacional están reñidas con una perspectiva socialista. Y constatamos que el análisis intenta, de buena fe pero equivocadamente, hacerle caer en cuenta al presidente Chávez y a la cúpula dirigente del PSUV, sobre la impertinencia de esas medidas en esta coyuntura política nacional e internacional.

Sin embargo, lo decimos con todo respeto pero también con la sinceridad que imponen la situación y la necesaria defensa de los intereses de los trabajadores y el pueblo, en su conjunto, no vemos en el artículo de los compañeros ningún rigor científico; sus conclusiones son un conjunto de justificaciones de las políticas gubernamentales, y lo que es más preocupante, en sus propuestas alternativas pretenden seguir vendiendo la idea absurda, de que todo sería más fácil de resolver si el “Comandante Chávez” se libra de un supuesto entorno que no le deja apreciar en forma correcta la realidad y no le permite adoptar medidas apropiadas, ya que no es correcta teóricamente, la separación mecánica que hacen entre el Presidente y el resto del gobierno que Chávez encabeza; como si este no fuera el principal responsable de las ejecutorias gubernamentales. Dicha separación es un ejercicio meramente ideológico, en el sentido marxista del término, pues sirve al único fin de encubrir el verdadero carácter de clase del gobierno, y colocar a Chávez por encima del bien y del mal.

Ausencia de análisis de clase

Lamentablemente se ha vuelto muy común en nuestro país, que la mayoría de los análisis políticos que realizan quienes se reivindican revolucionarios o de izquierda, tiendan a reducirse a la dicotomía “proceso revolucionario-fascismo” o “chavismo-oposición”, perdiéndose en la espesa maraña que los reformistas de todo pelambre han urdido para ocultar el carácter de clase de las contradicciones fundamentales de nuestra sociedad, y sobre todo, para hacerle creer a los trabajadores, a los campesinos y a los sectores explotados y oprimidos de la sociedad, que sus intereses están ligados a la suerte del “gobierno revolucionario y obrerista”, a los “empresarios socialistas” y a la acaudalada burocracia, acaudilladas todos por el presidente Chávez, Diosdado Cabello, Jesse Chacón, por los explotadores agrupados en Fedeindustria, Confagan Empresarios por Venezuela y por toda esa nueva casta burocrática, devenida en burguesía gracias a la utilización discrecional de los recursos del Estado, y que popularmente se ha dado en llamar “boliburguesía”.

Desde esa perspectiva reformista y desclasada, los defensores a ultranza del gobierno, salieron el 21 de marzo a cumplir con su misión de ocultar tras un discurso supuestamente socialista, el carácter de las medidas y a qué clase social están destinadas a favorecer.

Fueron muy pocas las voces de aquellos que se alzaron para denunciar que las medidas del gobierno favorecían a la burguesía y perjudicaban a la clase trabajadora, y lamentablemente la de los compañeros del Topo Obrero no estaban entre ellas.

Y esto no podía ser de otra manera, dado el carácter de clase del gobierno, y la profunda alianza entre éste y la burguesía, la cual ha sido calificada por el propio presidente Chávez como “estratégica”, más allá de sus discursos seudosocialistas y sus desplantes ocasionales contra la “oligarquía”.

Este reformismo oficial, que diluye las fronteras de clase y los intereses de cada uno de los sectores que participamos en esta contienda, se ha convertido en una fuerte presión a la que no escapan muchos luchadores honestos, como los compañeros del Topo Obrero.

No negamos que en determinados momentos los intereses de clase del proletariado coincidan circunstancialmente con los de otros sectores antagónicos de la sociedad, como por ejemplo cuando el gobierno fue agredido por la oposición y el imperialismo, mediante un golpe fascista o un lock-out patronal. Los intereses supremos de los trabajadores de profundizar las conquistas democráticas y políticas alcanzadas a partir del año 1999, cuando electoralmente se derrotó la infamia bipartidista del puntofijismo, se correlacionaban con los intereses particulares del gobierno de mantenerse en el ejercicio presidencial. Así podríamos enumerar muchos otros casos, pero siempre era menester no perder de vista que las motivaciones históricas de la clase trabajadora en defender a un gobierno legítimamente constituido eran distintas a los intereses particulares de la burocracia gubernamental, y los de determinados sectores económicos, independientemente de su fortaleza, que se beneficiaban de que el Presidente Chávez se mantuviera en el ejercicio del poder.

Con mucha más razón debemos delimitar fronteras de clase en coyunturas mundiales como la presente, en que el sistema capitalista-imperialista atraviesa una de sus peores crisis. No pueden los revolucionarios sumarse a la nefasta intencionalidad del gobierno y sus funcionarios de hacer pasar por socialistas unas medidas que a todas luces se inscriben en la perspectiva de sostener el putrefacto sistema capitalista, a costa de los intereses presentes, mediatos y estratégicos de la clase obrera.

Justificaciones vergonzosas

Al no partir de un análisis de clase de las medidas, los camaradas del Topo Obrero caen en la bien tendida trampa montada por las adoratrices del gobierno de “comparar” en términos cuantitativos, las medidas del gobierno de Chávez con las asumidas en su momento por el gobierno de Carlos Andrés Pérez o Rafael Caldera.

Los compañeros del Topo Obrero han escrito que “el anuncio realizado por el presidente Chávez de las medidas económicas que decidió tomar para enfrentar los coletazos de la crisis económica, dejaron frío a la oposición burguesa. No se trató de ningún paquete al estilo CAP que determinó el estallido del 27F ”.

Estas sustentaciones son deprimentes e inaceptables en los camaradas del Topo Obrero. Según esta argumentación, las “medidas anticrisis” adoptadas por el presidente Chávez son de distinto tenor y carácter social que las “neoliberales y fondomonetaristas” de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, como si las medidas neoliberales o keynesianas no formaran todas ellas, parte del amplio récipe que ha diseñado el imperialismo para enfrentar sus momentos de crisis aguda.

La referencia a las políticas económicas antipopulares de gobiernos anteriores sólo es útil para demostrar la hipocresía de la oposición de derecha, pero de ninguna manera para ocultar el carácter de clase y la gravedad de las medidas del gobierno. Dichas medidas no pueden valorarse colocando como telón de fondo las abominaciones de adecos y copeyanos, sino en función de identificar quiénes en concreto ganan y quiénes pierden con su aplicación. En este sentido, sería más útil comparar las medidas adoptadas por el gobierno con aquellas medidas qe favorecerían realmente al pueblo trabajador en la actual coyuntura. Esta última comparación sería infinitamente más educativa.

Los camaradas afirman que el gobierno no habría aplicado un “paquete neoliberal”, nosotros les decimos que están completamente equivocados. Por supuesto que no es un paquete igual al de CAP o a la “Agenda Venezuela” de Caldera. Pero las tres principales medidas anunciadas, a saber: aumento de la alícuota del IVA en un 33%, incremento del endeudamiento interno, a favor de la banca privada y reducción del presupuesto, específicamente en el gasto público, son medidas típicas neoliberales, recomendadas por el FMI y el Banco Mundial a la mayoría de los gobierno latinoamericanos, y eso ustedes lo saben.

Los camaradas del Topo Obrero se contradicen en su artículo, ya que reconocen el impacto severo que tendrán estas medidas en el nivel de vida del pueblo y los trabajadores, por ello nos parece una broma de muy mal gusto decir, como afirman los camaradas del Topo, que el gobierno del presidente Chávez escogió la vía de “golpear al pueblo suavemente”. Dejémonos de eufemismos y de tratar de dorarle la píldora al gobierno. El golpe contra los trabajadores será duro y se hará sentir en el nivel de vida de la mayoría del pueblo con inflación y desempleo, mientras que beneficiará a los banqueros, grandes empresarios y transnacionales.

Por otra parte, era de esperar que el gobierno no anunciara un conjunto más amplio de medidas, poniéndole nombre y apellido, ya que el “síndrome del caracazo” sigue vivo, y el gobierno le tiene temor a un eventual estallido social.

Asimismo, no se pueden considerar estas medidas al margen del “paquete” que el gobierno viene aplicando a cuenta gotas desde hace por lo menos un año. Concretado en el desmontaje progresivo del control de precios, cediendo a las presiones del empresariado; la liquidación y supresión de entes estatales como el Conac y Sasa, con miles de despidos, y más recientemente con la declaración de guerra contra los trabajadores anunciada el pasado 6 de marzo por el presidente Chávez, amenazando con militarizar las empresas del Estado que pararan en caso de conflictos. Amenaza, que sin duda, intenta disciplinar a los trabajadores y al movimiento sindical, como paso previo a la instrumentación de las medidas económicas, que por cierto, no terminarán con las planteadas el pasado 21 de marzo. Ya el ministro Giordani y el propio Presidente, han dicho que el aumento de la gasolina de alto octanaje y el incremento de las tarifas de servicios públicos podrían implementarse en el fututo próximo.

Con fines pedagógicos para los lectores, queremos resaltar el terrible impacto que las medidas del gobierno tendrán sobre los trabajadores y los sectores más deprimidos de la sociedad:

• Las medidas del presidente Chávez le arrancan de un solo tajo el 15% de la capacidad adquisitiva al salario mínimo que devengan más de 6 millones de venezolanos. Este dato es la resultante de acumular la inflación de mayo de 2008 a 31 de marzo de 2009, equivalente a 22,6% y agregarle la inflación correspondiente al mes de abril de 2009, la cual está siendo estimada en 2,4%, de acuerdo al impacto que el aumento del IVA tendrá sobre la inflación en este mes; y a esa sumatoria restarle el proyectado aumento del 10% que se hará efectivo a partir del próximo primero de mayo.

• La pérdida de la capacidad adquisitiva del salario mínimo, es bastante probable que siga decayendo de mantenerse la tendencia inflacionaria. Es decir, lo más probable es que la inflación acumulada entre mayo y agosto de 2009 sea mayor al incremento del 10% restante al salario mínimo, proyectado para el 1 de septiembre de 2009.

De acuerdo con sus planes, el gobierno prolongará en el tiempo su política • de desconocer el derecho de dos millones y medio de trabajadores de la administración pública a negociar el contrato colectivo de trabajo, y la misma suerte correrán los 90 mil trabajadores de la industria petrolera, 10 mil trabajadores de la red Mercal y Pdval, 30 mil de la industria eléctrica y otros miles más que no enumeramos para no extender la lista.

• Buena parte de la reducción del 6,7% del Presupuesto Nacional anunciado por el Gobierno descansa en el golpe que se le propinará a la estabilidad laboral de miles de empleados públicos, sean fijos o contratados. Ya son miles de “tercerizados” vinculados a las entidades del orden nacional o descentralizado a los cuales no se les ha renovado sus contratos y a ello hay que sumarle los decretos de supresión de entidades estatales, con los cuales el gobierno tiene estimado recortar 10.000 puestos fijos durante el primer semestre de 2009. No se necesita hacer mucho esfuerzo mental para concluir que los patronos del sector privado, aplicarán encantados las ejemplarizantes enseñanzas que en materia de ataques a la estabilidad laboral y al derecho a la negociación colectiva de contratos de trabajo, les señala el Estado-gobierno-patrón, para esta coyuntura de crisis.

• El gobierno nos endeudará en 15 millardos de dólares durante el año 2009, lo que representa un monto superior al acumulado por deuda en los últimos 10 años, hipotecando con ello reivindicaciones económicas y sociales para la población y convirtiéndose en verdadero festín para la multimillonaria banca privada y también la pública que hoy está bajo control de la boli-burguesía y los burócratas de gobierno.

• El gobierno nos sacará de nuestros bolsillos un 3% adicional de IVA, lo que representa un incremento del 33% del regresivo impuesto que se aplica a innumerables bienes de consumo masivo.

• Para la consecución de recursos frescos, el Gobierno ha iniciado una alocada carrera de entrega de nuestro principal recurso, el petróleo, a capitalistas chinos, japoneses, rusos, bielorrusos y de otras latitudes, descuajando un proceso privatizador de la industria petrolera en Venezuela, así como la adjudicación de proyectos de infraestructura de gran envergadura a multinacionales y consorcios internacionales, que además gozarán del privilegio de super-explotar mano de obra venezolana, pasando por encima de la Constitución y la Ley Orgánica del Trabajo, gracias a los convenios leoninos que les suscribe el gobierno nacional.

La dirigencia sindical gobiernera en la UNT y la CST se opone a la movilización de los trabajadores

Recordando una de las famosas “leyes de Murphy”, que asevera que todo lo que comienza mal, inevitablemente sigue mal y termina peor, podríamos decir que al documento de los compañeros del Topo Obrero les sucede exactamente lo mismo, por cuanto tienen una mala base analítica, a renglón seguido justifican lo injustificable y terminan proponiendo soluciones y remedios que son peores que la enfermedad.

Los compañeros del Topo Obrero proponen que “las corrientes sindicales que se reclaman de la UNT y los compañeros de la FSBT deben sentarse para discutir una plataforma de peticiones y un plan de movilizaciones donde se incluyan todos los sindicatos y gremios del país y a los Consejos Comunales, pero es ya, no vaya a ser que ante la carencia de un liderazgo de este lado de la revolución, llegue el lobo de la derecha y se aproveche para seguir ganando espacios. Es deber de las corrientes CCURA y Marea Socialista, convertirse en la bujía de la unidad en la acción de toda la clase trabajadora.”

Los compañeros del Topo Obrero, agobiados por la dramática crisis de dirección revolucionaria, optan por reclamar una especie de unidad sin principios en las filas obreras y sindicales, ya que pretenden que las corrientes revolucionarias hagamos causa común con la dirigencia sindical roja, rojita, burocrática y antiobrera, agrupada en la FSBT, y que ahora forma parte del Frente Socialista de Trabajadores, ungido por Chávez como el brazo sindical del PSUV.

Sería bueno preguntarse, antes de proponer semejante ocurrencia, ¿cómo podríamos convencer a los dirigentes sindicales rojos, rojitos de que hay que luchar contra los efectos perniciosos de las medidas, si estos burócratas aplauden a rabiar las medidas? No pueden olvidar los compañeros del Topo Obrero que los dirigentes de la FSBT son los mismos que junto a Marcela Máspero, Osvaldo Vera y Franklin Rondón, hoy flamante presidente del Frente Socialista de Trabajadores, sabotearon el II congreso de la UNT. No pueden olvidarse que son los mismos burócratas gobierneros, que callan la boca ante las amenazas del presidente Chávez de militarizar las huelgas y usar la Disip y la DIM para perseguir a los sindicatos y a los luchadores clasistas, y que están dispuestos a cometer cualquier felonía, como la que hicieron con los trabajadores del Metro, a quienes despojaron de las conquistas contenidas en un contrato que ya había sido suscrito por los patronos y homologado por el Ministerio del Trabajo. ¿Con qué cara, un dirigente revolucionario puede ir a decirle a un trabajador del Metro que haga causa común con quien le robó sus derechos?

Queremos decirle con meridiana claridad a los compañeros del Topo Obrero, que es imposible la acción común con esa dirigencia sindical roja-rojita que saltó la talanquera de clase, al convertirse en agentes de la política antiobrera, antisindical y represiva del gobierno. Ellos equivalen hoy día a lo que representaron los dirigentes de la CTV en abril y diciembre de 2002, que salieron en defensa de intereses ajenos a los de la clase obrera y patronales, al apoyar a Fedecámaras, las multinacionales y el imperialismo, impulsando el golpe y el paro-sabotaje patronal.

Pero lamentablemente, esto tampoco ha sido posible con los compañeros de Marea Socialista, ya que en los hechos, ellos también se han ubicado del lado de la defensa de las medidas económicas del gobierno, ya que hasta ahora no conocemos ninguna convocatoria por parte de ellos a movilizarse contra el paquete anticrisis del gobierno.

Dicho esto, y para evitar alimentar falsas expectativas en burócratas gobierneros y patronales, les decimos a los compañeros de El Topo Obrero que CCURA coincide con su planteamiento sobre la necesidad de la unidad de la clase obrera, pero esta debe ser por la base. Por ello, hemos decidido impulsar un frente único sindical para defender los derechos de los trabajadores ante las medidas económicas del gobierno, y para enfrentar el brutal ataque gubernamental al movimiento sindical. Se trata del Movimiento Solidaridad Laboral, al que estamos llamando a todos los trabajadores y sindicatos de base a incorporarse, independientemente de la confederación sindical a la que estén adscritos.

Lo hacemos con la total conciencia que no tenemos intereses estratégicos comunes con la burocracia sindical patronal de la CTV , ni con los agentes gobierneros de la CST y la UNT , y que confluimos en ese movimiento con el único interés de movilizar a los trabajadores para la defensa de sus derechos y porque estamos dispuestos a dar la batalla por la conducción del movimiento sindical venezolano para impedir que los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones sean nuevamente canalizadas hacia los viejos o nuevos partidos de la rancia oligarquía criolla.

Estamos concientes de que con Osvaldo Vera, Franklyn Rondón, Marcela Máspero y demás dirigentes de las corrientes sindicales del PSUV no podremos avanzar ni un centímetro en acciones de lucha porque ellos se oponen a la movilización de los empleados públicos en defensa del derecho a la contratación pública, porque el gobierno sostiene que este tipo de luchas tienen un efecto “desestabilizador y al servicio de la oposición”.

Si les proponemos realizar una jornada nacional de protesta en la industria petrolera para reclamar la negociación del contrato petrolero, esos mismos dirigentes se opondrán alegando la caída de los precios petroleros y dirán que una acción de protesta puede ser utilizada por la derecha para desestabilizar al gobierno. Si les proponemos que realicemos un primero de mayo de lucha, contra el plan anticrisis del gobierno, por aumento general de sueldos y salarios, contra la represión y los asesinatos de trabajadores en lucha; a todo esto, los dirigentes gobierneros responderán que el plan anticrisis es progresivo. Y objetarían que denunciemos al gobierno nacional y a los gobernadores de la represión, porque según ellos, los policías, la Guardia Nacional y los organismos de inteligencia son autónomos, actúan en forma independiente y arremeten en su libre albedrío contra los trabajadores y sus luchas.

Si les decimos que se debe organizar un 1 de Mayo internacionalista, solidario con la causa de los obreros chinos y bielorrusos que se movilizan contra el intento esclavista de sus gobiernos dictatoriales y pro-imperialistas, los gobierneros, se opondrán porque se trata de “gobiernos aliados de Venezuela”.

Será imposible materializar un frente único en defensa de los trabajadores con esta dirigencia, no sólo porque sus compromisos políticos y su falta de autonomía les impide ir más allá de la agenda que le dicta el gobierno, sino porque ya esas misma dirigencia ha sido responsable de destruir una gran conquista organizativa para los trabajadores como lo fue la UNT, y además, esta dirigencia sindical es la misma que estafó a los trabajadores del Metro, la misma que ha avalado 5 años sin discusión del contrato de los trabajadores del sector público, la misma que dice que no está dispuesta a realizar paros en PDVSA en defensa del contrato colectivo.

En cambio, es mucho más probable lograr acuerdos con los trabajadores de base e incluso con los dirigentes sindicales de las empresas básicas de Guayana, con los de CANTV, de la industria eléctrica, Mitsubishi y otras empresas en lucha, porque ellos son representantes legítimos, nos guste o no, de los trabajadores y porque objetivamente se ven obligados a defender sus propios intereses como dirigentes de estos importantes sectores de la producción.

Por supuesto que la derecha intentará capitalizar el descontento de los trabajadores y sumar al sector sindical a un parapeto contra el gobierno y aspirarán a que los trabajadores acompañen las movilizaciones en defensa de Ledezma, de Manuel Rosales o el general Baduel. Pero tenemos plena confianza que los sectores clasistas y revolucionarios junto a los trabajadores de base de las organizaciones sindicales que estos factores dirigen, ganaremos este combate para que ello no sea así, por cuanto el movimiento sindical tiene invaluables principios políticos como son la independencia política con respecto a los partidos políticos de la burguesía y la autonomía de nuestras organizaciones para defender nuestros derechos frente a las políticas del gobierno. En cambio con la FSBT eso no es posible porque ellos forman parte del gobierno y del partido de gobierno que implementa las medidas contra los trabajadores.

A modo de conclusión

El gobierno ha tomado unas medidas que cobrarán a los trabajadores y al pueblo pobre los efectos de la crisis, mientras que los ganadores serán los banqueros y los empresarios capitalistas. Es necesaria una respuesta propia de la clase trabajadora, “anticrisis” y “antipaquete”, que dé la pelea frente a los planes económicos del gobierno y la burguesía, los cuales sólo suponen empobrecimiento y penurias para el pueblo. En este esfuerzo es necesaria la unidad de todos aquellos que estén dispuestos a dar esa pelea, sin miramientos ni concesiones de ningún tipo, y a ese esfuerzo y a esa lucha convocamos a los camaradas de El Topo Obrero, para que nos acompañen junto a miles de trabajadores que hoy luchan en defensa de sus derechos.

Con los compañeros del Topo Obrero, nos unen años de lucha común y sólidos sentimientos de aprecio personal, que estamos seguros no se verán afectados por el este debate fraterno y franco que estamos haciendo. De nuestra parte, las críticas planteadas se enmarcan en el esfuerzo por llegar a puntos comunes que nos permitan, seguir transitando juntos caminos de lucha desde una perspectiva nítida de clase.

Pero más allá de las discrepancias que hoy nos separan de los camaradas del Topo Obrero somos optimistas y confiamos que un reencuentro político lo alcanzaremos más temprano que tarde, porque recocemos que la suerte de los camaradas del Topo Obrero, así como la de quienes nos reivindicamos militantes del partido Unidad Socialista de Izquierda, está indisolublemente ligada al futuro de la clase obrera venezolana y mundial.

Salud, camaradas del periódico Topo Obrero

El autor es trabajador despedido de Hidrocapital en proceso de reenganche. Dirigente nacional de CCURA y del partido Unidad Socialista de Izquierda (USI)


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Armando Guerra


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