La clase obrera

Hoy  cuando  la  nueva  clase  obrera  venezolana,  celebra  un  gran  triunfo  en  el  Metro  de  Caracas,  debemos señalar  que  la revolución bolivariana es una revolución de liberación nacional en transición al socialismo. El desarrollo de las fuerzas productivas hace necesario en esta etapa el concurso de diversos modos de producción: Capitalismo de Estado, capitalismo privado y modo de producción socialista. Las fuerzas motrices que impulsan ese desarrollo son la clase obrera, el campesinado, las clases medias y sectores de la burguesía. En todo bloque histórico hay una clase social que ejerce la hegemonía. Nosotros consideramos que en la Venezuela  de nuestros días no hay ninguna otra que no sea la clase obrera capaz de encabezar el bloque necesario del proceso revolucionario que estamos viviendo. La clase obrera, en consecuencia, tiene a su cargo el principal papel y de allí la necesidad de abordar con criterio riguroso y de principio los problemas que ella confronta. En primer lugar el de su unidad, que ha sido el blanco favorito de los ataques imperialistas. De la misma manera que los esfuerzos del imperialismo han estado dirigidos a dividir el movimiento sindical, la lucha de la clase obrera requiere una unidad férrea, esta verdad elemental encuentra escollos porque la ideología del enemigo de clase penetra las filas proletarias y hace olvidar las formidables jornadas de luchas obreras en nuestra historia. Otro problema es el de las cooperativas como empresas que constituyen el modo socialista de producción y que la constitución bolivariana y el gobierno promueven con mucho vigor, pero que confrontan, como todo lo que empieza, dificultades diversas.

El periodo que nos encontramos está signado por una fuerte lucha de clases, ignorar esto nos colocaría en una posición de franca derrota. En la pugna de clases lo más importante es la ideología de clases. Algunos pensaran o dirán lo siguiente: ¿En un país con una escasa clase obrera como se puede pensar en una revolución? Contestaremos lo siguiente, que si se puede avanzar en el campo revolucionario sin una clase obrera robusta, pero no es posible avanzar en el campo revolucionario divorciado de la ideología de la clase obrera. Hay ejemplos en el mundo.

La revolución bolivariana se enfrenta a un gran desafío por la naturaleza pequeño burguesa y el origen de clase media de muchos de sus actores fundamentales. Algunos tratan de convertir sus anhelos en la sustancia misma de la revolución. La sociedad venezolana tiene una extensa clase media con la que trabaja y debe seguir trabajando la revolución. Pero esto es una cosa y otra es que pretendemos convertir el proceso en una revolución de las clases medias y a Venezuela en una sociedad de pequeños y medianos empresarios.

La revolución no puede darse el lujo suicida de estancarse, deben hacerse los cambios revolucionarios, a diferentes velocidades, pero deben hacerse; si no corremos el riesgo del fracaso y que de repente se restaure el anterior estado de cosas.

Los rasgos principales de la ideología y la moral de la clase obrera, son los que emanan de ganarse la vida, el sentido de la disciplina, el cumplimiento, el amor por el trabajo, la solidaridad, el instinto organizativo, la visión social de los problemas, y el sentimiento arraigado en su carne, en su piel, en su sufrimiento, de que el capitalismo es el creador de la miseria del mundo y por lo tanto debe ser sustituido.

Prof. Raúl Ramírez

Rauljoseramirez@hotmail.com



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Raúl Ramírez

Abogado, profesor y escritor. Ex-guerrillero.

 rauljoseramirez@hotmail.com

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