Un negro en la Casa Blanca





A unque, en general, las encuestas favorecían a Barack Obama, su triunfo sorprendió, debido a que, para los intereses del Gobierno norteamericano, no resultaría muy conveniente su presencia en la Casa Blanca.

Sobre el arribo a la presidencia del negro Obama –y no es racismo llamarlo de ese modo, sino simpatía– les presento algunas reflexiones.

1) A pesar de que ha manifestado tener un pensamiento socialista, en su afán de incluir más que excluir, Barack no podrá ejecutarlo a sus anchas, pues se convertiría en un peligro para esos grupos extremos que, casi de inmediato, planearían su muerte. No obstante, es un aliciente que alguien con sus cualidades haya llegado a la silla presidencial incluso cuando el camino recorrido estaba lleno de espigas.

2) Como hay organismos de inteligencia en EEUU que ponen y quitan presidentes tanto aquí, en Suramérica, como allá, en suelo norteño, el que Obama llegase al poder no significa un cambio radical. Más bien, se trata de oxigenar la imagen de un gobierno una vez que su anterior mandatario ha hecho muchos desastres.

En relación con la puesta de gobernantes por ciertas organizaciones, el desteñido cuento del maletín es una prueba.

Con un show mediático, por cuentagotas, se ataca al mandatario venezolano presentando supuestas evidencias.

Antonini en sus declaraciones se vuelve recursivo y medio autómata. No sé si sea un asunto de escasa inteligencia o del aprendizaje de un libreto que tiene un orden circular y para el que no se necesita mucha retentiva.

El opositor de Obama Hussein representaba la continuidad de las patéticas políticas de Bush hijo. McCain hizo suyo un desgastado discurso de lucha contra el terrorismo, que es una invención de algunos para justificar sus ataques hacia los que pueden darles algún tipo de beneficio o representan un peligro en sus planes.

3) Siendo la crisis económica de EEUU el principal problema, Latinoamérica pasa a un segundo plano. Sin embargo, cuando el señor Obama acceda a tener un diálogo con su homólogo Chávez, encontrará que con el mandatario venezolano él comparte algunas ideas, como el consabido fracaso del neoliberalismo.

Entonces, aunque no sean las mejores, las relaciones con Venezuela pueden ser más cordiales, menos egoístas por parte de Estados Unidos, más equitativas para ambos países.

4) Sin duda que el que Obama asuma su mandato en enero del próximo año es un buen augurio. Sin embargo, no se puede pecar de optimista, ya que existe toda una maquinaria detrás de él dispuesta a quitarlo si se aleja mucho de lo esperado que, en concreto, se refiere a los intereses mezquinos de algunos en Norteamérica.

Aunque no podemos estar del todo de fiesta porque Barack ya es el Presidente de EEUU, se siente un fresquito en el pecho. Se hace inevitable recuperar la esperanza en un mundo mejor, donde los otros reciban igual trato en vez de servir sólo para satisfacer los caprichos de unos pocos. Hablo de esos que han decidido vivir a costillas de los demás, de exprimirlos hasta que no puedan dar más o no tengan nada que ofrecer, después de que tanta ambición, desidia y deslealtad han sido, por mucho tiempo, sus implacables cómplices.


isabelrivero70@hotmail.com


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Isabel Rivero

Licenciada en Letras de la UCV. Estudios en Lingüística y Análisis del discurso. Articulista de opinión de UN de 2002 hasta 2013. En la actualidad, artìculista del Cuatro F, Ciudad Ccs y VEA .

 @isabelrivero70

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Isabel Rivero De Armas

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