EEUU y Europa verdaderos puercos cósmicos

El hombre no solamente destruyó su hábitat, sino que quiere destruir el hábitat del Cosmos. En ecología, hábitat es el ambiente en el que habita una población o especie. Es el espacio que reúne las condiciones adecuadas para que la especie pueda residir y reproducirse, perpetuando su presencia. Un hábitat queda así descrito por los rasgos que lo definen ecológicamente, distinguiéndolo de otros hábitats en los que las mismas especies no podrían encontrar acomodo. Existe otro hábitat que es nuestro atmósfera, y fuera de ella, estos lugares son vitales para la humanidad futura, si es cierto que cuando nombramos hábitat nos referimos a un lugar en la tierra propiamente y no un lugar poco accesible como la alta atmósfera, pero también es cierto que la tecnología permitirá que la atmósfera y fuera de ella sean lugares apropiados para la vida, nuevos hábitat. Las grandes potencias han convertido nuestro planeta en un basurero, dentro y fuera del planeta. El hombre es el animal más agresivo y violento que se encuentra en el Cosmos. Se cree único, posiblemente será por eso, que le ha costado tanto a EEUU quitar el tabú de la vida extraterrestre, sacar a la luz, decodificar lo que sabe desde el año 1947 aproximadamente. Los científicos que trabajan en EEUU lo conocen con certeza, tienen lugares ultra secretos, por ejemplo el área 51 donde se prueban prototipos de ovnis extraterrestres, con tecnología extraterrestre, incluso han ensamblado con esta tecnología algunos ovnis Norteamericanos. Muchos de ellos se han confundido con verdaderos ovnis. Pero continuemos hablando de basura.

 Un estudio reciente realizado por la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en ingles) revela que en el espacio que circunda a la Tierra hay acerca de 10.000 piezas del tamaño de 10 metros, lo que se conoce como “basura espacial”. El organismo estima que 52% de los objetos que orbitan nuestro planeta son naves que han quedado obsoletas, restos de cohetes y otros objetos desprendidos durante las misiones espaciales. Cuando una nave es lanzada al espacio, algunos restos no regresan a la atmósfera y se quedan orbitando a velocidades que superan los 27.000 km/h . El espectro de desechos es enorme, desde grandes restos de cohetes hasta pequeñas partículas de pintura. El concepto de basura espacial nació el 4 de octubre de 1957, día en el que la URSS lanzó el Sputnik 1, el primer satélite artificial. Desde entonces más de 4.200  lanzamientos han ido “ensuciando “ la órbita terrestre. El pequeño tamaño de los restos y su alta velocidad los convierte en proyectiles muy peligrosos. ¿Pero acaso que EEUU es dueño del planeta y de la atmósfera, para seguir lanzando su basura al espacio? Pero no es solamente EEUU también otros países como la URSS, Europa, Japón, China. 

La basura espacial es un tema de preocupación que sin duda comenzará pronto a tomar importancia. Pese al pequeño tamaño de la mayor parte de los fragmentos, las vertiginosas velocidades a las que están sometidas, hacen de éstos una seria amenaza a cualquier futura misión.

Desde 1991, se han registrado al menos tres colisiones en la órbita terrestre por culpa de la basura espacial. Estas colisiones se irán multiplicando y, a la vez, aumentarán los objetos peligrosos en órbita. La progresión matemática calculada por los expertos cifran en más de 18 choques al año el número de accidentes producidos por esta chatarra para dentro de dos siglos.

La primera maniobra oficial de evitación de la colisión de la lanzadera espacial fue durante STS-48 en septiembre de 1991. Un encendido del sistema de control durante 7 segundos se realizó para evitar un posible encuentro con restos del satélite 955 de Kosmos.

Los expertos reconocen que hacer frente a este problema es complicado y costoso, por lo que sería necesario que los investigadores idearan nuevos métodos para solucionar esta clase de problemas.

Pero lo cierto es que el hombre se conoce por su forma de actuar, ¿Qué opina usted estimado lector, si en un restaurant público donde cada persona debe procurar llevar los restos de comida a un depósito colocado para esos fines, algún vecino comensal le deja con su cara bien sonriente, con el mayor caradurismo, los restos de comida tirados sobre la mesa.? Así actúa EEUU y Europa, de nada le valen su tecnología y su apariencia de democracia, porque son unos verdaderos puercos cósmicos.

sedelu@hotmail.com



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Sergio Delgado


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