Columna de Juan Martorano Edición 413

¿Ya estamos invadidos?

La pregunta con la que decidimos titular esta edición de nuestra columna, podría ser respondida con la nota que Oscar Rodríguez E. Escribió el pasado domingo 14 de septiembre de 2025.

En la referida nota in comento, Rodríguez señala que, en la sede de la ex embajada de Estados Unidos en nuestro país, ubicada en Colinas de Valle Arriba, la misma sigue ocupada por 150 empleados de ese país que se mantienen allí, inclusive denuncia Rodríguez, esa cifra se habría incrementado en los últimos meses. Tanto él como nosotros nos preguntamos: ¿Que hacen allí? Podemos inferir que nada bueno para el país.

Espiar, dañar, perjudicar, desinformar, servir de comunicación con los buques de guerra y 4.500 soldados marines que asedian a Venezuela desde el mar, tal y como se deduce de Associated Press desde el 12 de septiembre de este año.

Rodríguez en su escrito nos señala las consecuencias o algunos de sus aspectos de la presencia de estos agentes de Estados Unidos en esta eificación (por cierto, con una vista sin parangón del valle de Caracas, cabe destacar) y en otras que conserva en otros lugares de la capital de la República Bolivariana de Venezuela. También en otros lugares del país. Una de las consecuencias es que han sido felicitados por crear una red de medios a través de Whatsapp que envía contenidos (¿?) a 140.000 personas en el país, por lo que hay que identificarlas para saber que uso hacen de esos contenidos. Inferimos, al igual que Rodríguez, que esos contenidos deben ser de subversión, sabotaje y violencia. El otro punto es el ingreso no autorizado por ellos de 21 personas en el mes de marzo, mucho antes de la llegada de los buques de guerra. No se identifica quienes son pero hay que hacerlo.

Una medida necesaria y hasta inmediata es la suspensión de toda protección diplomática a esas edificaciones, además de desalojar a esas personas completamente y colocar porteros de nuestros cuerpos de seguridad ciudadana e inteligencia en el lado externo e impedir el paso de cualquier persona a la misma. La situación actual del país con EEUU no es para hacer juegos peligrosos al borde del abismo. Hay que desmontarle todos sus puntos de avance.

El trabajo que comenta Rodríguez de Associated Press indica, reproduciendo un informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado de EEUU, que el gobierno de EEUU emplea un considerable personal de 150 venezolanos y gasta más de 6,7 millones de dólares anuales en el mantenimiento de esa edificación que alguna vez fue la embajada de EEUU en Venezuela. Y no solo es la embajada sino otras propiedades diplomáticas, pese a la ruptura de relaciones diplomáticas con ese país desde el año 2019, cabe destacar.

El referido informe del organismo de vigilancia critica a los funcionarios estadounidenses por no realizar un análisis "costo-beneficio" requerido para determinar si los contribuyentes deberían seguir pagando por la seguridad, operaciones y mantenimiento de las mismas, que comprende 10,9 hectáreas (27 acres en medidas anglosajonas) y cinco residencias que ya no albergan a diplomáticos estadounidenses.

La administración Trump ha enfatizado los esfuerzos de reducción de costos en todo el gobierno y ha reformulado la política exterior de EEUU, lo que incluye el lanzamiento de ataques militares a supuestas embarcaciones con drogas que salen según ellos de Venezuela, responsabilidad del Tren de Aragua (¿No era el Cartel de los Soles pues?) agrediendo desde hace cinco semanas a Venezuela, como lo ha reiterado en sus últimas alocuciones públicas el ciudadano Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Pero las operaciones de la "embajada" de Estados Unidos en Venezuela se mantiene.

Según este trabajo replicado por Rodríguez, siempre se supo que un contingente de venezolanos empleados por el Departamento de Estado de Estados Unidos se quedó en la referida edificación para promover los intereses de ese país, y aunque son externamente hostiles, las relaciones entre ambos gobiernos nunca han cesado por completo. No se ha divulgado el tamaño de esa "misión" ni un recuento de su trabajo "tras bambalinas".

"No es una mala idea tener operaciones mínimas básicas en la embajada", dijo Geoff Ramsey, analista de alto nivel sobre Venezuela en el Atlantic Council (por cierto que hace varios años hicimos un trabajo sobre cómo opera este tanque de pensamiento gringo con el apoyo de nuestro querido Juan Tovar, recientemente fallecido). "Si alguna vez se restauran las relaciones, es importante que tengamos un equipo en el terreno listo para impulsar la relación. Pero si gastamos millones de dólares solo para mantener algunos edificios vacíos sin un final a la vista, creo que es justo cuestionar el costo".

Hasta el momento, el Departamento de Estado no ha respondido a una solicitud de comentarios que Associated Press habría hecho ante la divulgación de este trabajo publicado el 12 de septiembre de este año.

El informe de 28 páginas se basó en una inspección realizada este año de la denominada Unidad de Asuntos para Venezuela, que se gestiona desde una estrecha sala que se utilizaba como lugar de entrenamiento y se conoce como el "submarino", en la embajada estadounidense de EEUU desde Colombia.

Inicialmente esta oficina contaba con diez diplomáticos estadounidenses como una forma provisional de gestionar las relaciones con el gobierno de Maduro, con la esperanza de allanar el camino para su rápida sustitución por un gobierno venezolano alineado con Estados Unidos.

Luego el número de funcionarios aumentó a 21, señala el organismo de vigilancia y añadió que no pudo encontrar pruebas de que el Departamento de Estado realizara una revisión para justificar el aumento de este personal.

Hasta el mes de enero de este año, dicha unidad, de acuerdo a este informe, estuvo a cargo de Francisco Palmieri, quien también fungió, cabe destacar como el principal diplomático estadounidense en Colombia, en un momento en que Estados Unidos carecía de embajador en ambos países.

El doble papel por parte de Palmieri de encabezar desde Colombia una de las embajadas más grandes de Estados Unidos en el extranjero, mientras dirigía una misión remota altamente inusual, afectó negativamente a la Unidad de Asuntos de Venezuela, según el informe de Associated Press reproducido por Rodríguez. En él se menciona la dificultad que enfrentó Palmieri al revisar todos los cables diplomáticos sensibles y participar en reuniones de apoyo a conversaciones secretas con funcionarios del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Pues ese trabajo, o gran parte del mismo, al parecer estaría respaldado por los 150 empleados locales que están en Venezuela y en el edificio que sirvió de embajada de ese país en Venezuela. Aparentemente, al menos algunos de ellos trabajan desde el complejo que hemos estado describiendo y que describió Rodríguez en su nota, replicando a su vez, este informe, en el que se encontraron casos de renovaciones no autorizadas en dos edificios de esta "embajada".

Después del retiro de la bandera estadounidense en dicho complejo, Estados Unidos pidió y llegó a un acuerdo con Suiza para que fuera el "poder protector" de este complejo diplomático. El presupuesto anual total para apoyar las operaciones desde Caracas, incluyendo el pago del personal local, ascendería a 10,5 millones de dólares.

En la inspección, que concluyó en el mes de marzo del presente año, se elogiaron varias iniciativas de la Unidad de Asuntos para Venezuela, como el establecimiento de un canal de Whatsapp que promueve el contenido que llega a 144.000 personas mensualmente.

Además de que el organismo de vigilancia emitió siete recomendaciones para reforzar el cumplimiento de las políticas del Departamento de Estado en temas que van desde la gestión de residencias diplomáticas y niveles de personal hasta el uso adecuado del uso de una flota de vehículos y software basado en la nube por parte del personal que labora en Caracas.

Estas reglas exigen que las embajadas de Estados Unidos identifiquen cada año cualquier propiedad excedente que no esté siendo completamente utilizada o cuyo mantenimiento ya no tenga sentido económico. En Venezuela, Estados Unidos posee cinco propiedades, incluida la residencia del embajador, la casa del jefe adjunto de misión y tres apartamentos.

Por último, cabe destacar lo informado por el propio Capitán Diosdado Cabello, Vicepresidente Sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz y Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, al develar el sitio donde se esconde María Corina Machado, que no es más que una agente al servicio de EEUU, y ese sitio no es más que este complejo, en el que además está muy bien custodiada y resguardada por estos funcionarios, y desde donde planifica y ordena junto a ellos, acciones terroristas como las que se pretendieron en la Plaza de la Victoria recientemente inaugurada en Plaza Venezuela, o la alarma de bomba en el día de ayer en el Hospital Domngo Luciani de El Llanito, y otras informaciones que manejamos y que podríamos divulgar mientras las circunstancias así nos lo permitan.

Por ahora lo dejamos hasta aquí, pero ya saben: Alertas, pendientes y vista.

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!



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Juan Martorano

Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. Www.juanmartorano.blogspot.com , www.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.

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