Marco Rubio por lisongero termina con una gafedad

El nuevo secretario de estado de los Estados Unidos, el señor Marco Rubio, apenas recibió el cargo, empezó a lanzar sus llamaradas con la vista puesta en el presidente Maduro y su gobierno, con el rostro envuelto en una profunda satisfacción, nada comparable a la alegría de un niño, cuando lo premian con golosinas en el día de su cumpleaños. Pero además buscó desesperado al seleccionador de los cargos, el nuevo presidente Donald Trump, para trasmitirle el agradecimiento recargado de lisonjas, como para que sepa la clase de persona, que ha escogido y en el que puede confiar con los ojos cerrados para el resto de su periodo presidencial y vida; como dice un amigo ¡Díganle pendejo por eso!

Tenía toda la razón el gran poeta alemán Johann Wolfgang Goethe, cuando expresó: “El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo” ya que, el Marco Rubio, está actuando bajo el amparo de la gran maquinaria bélica imperialista a pesar de lo maltrecho por los miles de obstáculos presentes y los que van apareciendo, como respuesta a las arbitrariedades propias de la desesperación al ver cada día más reducido el espacio para mandar, como los únicos dueños de un mundo el cual se transforma en multipolar para ahondar la crisis del gran capital y a la vez reclamando respecto mutuo por encima de la violencia. 

Tomó posesión del cargo y su discurso se desbordó de adulaciones hacia el mandatario noticia por sus guapetonas acciones, queriendo arreglar todo y sobre todo las secuelas del capitalismo salvaje de un solo plumazo, cuando precisamente se les están desbordando los problemas y no hay solución en el horizonte, ya que, todo es un viraje, queriendo remediar las profundas complicaciones, con más enredos, como lo deja ver esta voz desafinada de Trump, contra Venezuela, como es Marco Rubio, quien sin mucho rodeo, como otro baladrón de barrio se le fue la lengua, cuando declaró: “El gobierno estadounidense cuenta con muchas opciones para infligir daño y perjuicio al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela”.

Esta amenaza es una autentica gafedad, después de todas las acciones implementadas para ahogar la economía venezolana por parte de los EE. UU, el cual arreció en el primer periodo presidencial de Donald Trump, y el ahora secretario, cuando fue senador por el estado de Florida, parecía una corneta dislocada lanzando amenazas y por poco se convierte en otro Guaidó, porque llegó a la atrevida posición de apoyar un golpe de estado contra el presidente Nicolás Maduro, por parte de las FAV de llegar a producirse y no dejó de incitar.

Todas sus expresiones en medio de la pandemia del Covid-19, eran parte del arsenal venenoso en contra del presidente Maduro y el gobierno y por eso se puede comparar a un número importante de migrantes venezolanos, que se marcharon en medio de una crisis económica profundizada por el bloqueo, las sanciones, medidas coercitivas por parte de Trump, y se desahogaban mentándole la madre al presidente y ahora se encuentran en una situación por demás lamentable y complicada. Pero a pesar de haber sido designado para un cargo tan importante, parece que lejos de ayudarlo a utilizar la sindéresis y desarrollar la inteligencia, para responder pensando en lo complicado de la situación, da la ligera impresión de haber sido tocado por la vanidad para terminar anunciando los mismos disparates del pasado, como cualquier trastornado de la oposición venezolana.

Contra estos personajes, el cual parecen abortados de una selva política, le toca luchar el proyecto bolivariano dirigido en estos momentos por el presidente Maduro. El disparate del presidente Trump, es un ejemplo al anunciar aranceles en contra de países, con el cual mantiene relaciones comerciales, pero no había terminado de hablar, cuando le dijeron ¡Pare para dialogar! y el resultado no se hizo esperar, ya que, por los momentos quedaron en una tregua de un mes. Lo que deja muy claro, que el patio trasero se les ha enmontado y tienen una alternativa, el cual nunca han aceptado: el dialogo, pero en estos momentos es el único camino transitable para buscarle solución a una crisis, el cual tiene en sobresaltos a los mismos responsables. Por su parte, Marco Rubio, parece entrar en un sueño profundo lleno de alegría, del cual no quiere despertar al ser premiado, como secretario de estado de los Estados Unidos, pero no del país más poderoso y más bueno en la historia de toda la humanidad, como jubilosamente y algo enredado expresó.

 


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2957 veces.



Narciso Torrealba


Visite el perfil de Narciso Torrealba para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: