El “caradurismo” de Jhon Bolton

Debo comenzar esta nueva entrega reconociendo que nos mantuvimos apartados, durante varios meses, de este importante portal que ha tenido a bien, desde hace tiempo, recibir y procesa nuestras opiniones.

Hoy después de haber superado algunos inconvenientes, técnicos por demás, y algunos problemitas de salud, intentamos de nuevo conquistar a esos asiduos lectores que nos han respaldado a lo largo de nuestros escritos.

Sin más hoy hablaremos del ex -Secretario de Seguridad del gobierno de Estados Unidos, Jhon Bolton, quien se ha venido proyectando como el funcionario del país del norte más descarado e incompetente, que no niega sus instintos criminales, tal como lo confiesa.

Boltón, a través de un manual criminal que publicó, de puño y letra de su propia autoría, deja ver que el "caradurismo" lo arropa sin la menor vergüenza, pero esas confesiones además plasmadas en su libro dejan claramente abierta la posibilidad de que pudiera ser juzgado por terrorista, si de verdad funcionaran bien los parapetos esos que llaman la Corte Penal Internacional (CPI), a cargo de Karien Kahan, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDDHH) bajo la tutela de Michel Bachelet, que solo tiene ojos para criticar y mirar hacia Venezuela.

Recordemos que Bolton fue el asesor, en materia de seguridad del ex presidente Trump, y acaba de admitir que colaboró con acciones para promover golpes de Estado, no solo en Venezuela, sino también en perjuicio de otras naciones.

Al maléfico personaje estadounidense poco le ha importado que los gobiernos que ha tratado de derrocar sean legítimos, electos por una mayoría y que respaldan la democracia, solo porque el imperio norteamericano los ha calificado de "incómodos", o poco dados para sus propios intereses.

Boltón no solo demuestra que no tiene moral, ni mucho menos vergüenza, sino que deja entrever que es claramente un genocida, una vez que ha reconocido que contribuyó con un plan para asesinar al presidente Nicolás Maduro y derrocar a su gobierno, por demás legítimo, representado en este caso por la revolución bolivariana.

Las más recientes declaraciones de Boltón, sobre esta situación, que ha sido cuestionada por propios y extraños, y que ha causado un gran malestar en la opinión pública internacional, dejan ver que trata de justificar con argumentos banales sus instintos criminales.

Boltón dice que "los golpes de Estado que ayudó a planificar eran necesarios", sin más argumentos que dejan a los lectores en el propio limbo.

Pero además el ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos con su cara de "perro bravo", bien lavada, se ha atrevido a decir que sus actuaciones para derrocar gobiernos legítimos son un "buen ejemplo".

Si tomamos en cuenta el proceder de Boltón no cabe duda que estaríamos justificando que en Estados Unidos, por ejemplo, se promueva en los actuales momentos un golpe de Estado, si tomamos en cuenta que las políticas del imperio norteamericano están dirigidas a causar estragos, sin justificación, en muchas naciones que consideran rivales.

Es evidente que las sanciones y el bloqueo que EE.UU le impone a esas naciones que considera que son "incómodas" solo causan muerte y dolor en las familias más vulnerables, como ha venido ocurriendo en Venezuela y en la propia Cuba, desde hace más de 60 años.

Esas mismas políticas el gobierno estadounidense las promueve hacia Bolivia, Nicaragua, Argentina y quizás próximamente hacia Colombia, entendiendo que acaba de ganar la presidencia un representante de la izquierda, como lo es Gustavo Petro.

Sobran entonces argumentos válidos, de acuerdo a la manera de pensar de Bolton, para revertir el orden constitucional del gobierno de Estados Unidos si tomamos en cuenta las declaraciones infelices de quien trata de justificar sus aberrantes actuaciones, descaradas por demás.

Y así como se iría tras la democracia de Estados Unidos, se pudiera ir también en contra de los gobiernos lacayos de España e Inglaterra, incluyendo desde luego a Israel, junto con otros tantos que conforman la Unión Europea.

Con las declaraciones de Bolton lo que se demuestra es que a nivel global no hay organismos capaces de salirle al paso a los excesos, más si estos vienen del propio imperio, que está acostumbrado a que le hagan la venia, como ocurre actualmente con Europa, que sufre incluso ante las apetencias del país de los sueños, que ya nadie cree, por sus descaradas actuaciones.



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Italo Urdaneta

Periodista, historiador y profesor universitario

 italourdaneta@gmail.com

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