Ni por la fuerza ni por la barbarie nos dominarán

Las sanciones contra natura que ha impuesto Estados Unidos contra Venezuela siguen atacando al noble pueblo bolivariano por los parámetros impuestos por el presidente ilegítimo Donald Trump. Sin embargo, es importante señalar que el origen de estas sanciones se inician con el presidente George Bush (hijo) en el año 2005 cuando este país le impuso un bloqueo comercial militar a Venezuela, al negarle la compra de repuestos para sus cazas F-16 (un total de 24 aviones), irrumpiendo así los contratos en esta materia, que se había convenido en la década de los ochenta. Así continuaron las sanciones, leyes, bloqueos, amenazas y aislamiento contra Venezuela que poco a poco hizo que las relaciones diplomáticas entre ambos países se agudizaran. Surge luego en el año 2014 la Ley 113-278, aprobada por el Congreso de los EE.UU., o Ley Pública de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad en Venezuela, la cual establecía una opción de aplicar medidas unilaterales y coercitivas dirigidas a bloquear en el ámbito económico, financiero y comercial al país con la alianza de los Estados miembros de la OEA y la Unión Europea, amenazando a sus países aliados que lo apoyarían. Usando estas medidas violatorias de todos los derechos humanos se generaría una migración importante de venezolanos, la cual sería un factor favorable para los gringos para promover una supuesta crisis humanitaria cuyas respuestas serían la "ayuda humanitaria" y la intervención internacional. Como si esto fuera poco, en marzo de 2015, el inmerecido Nobel de la Paz, Barack Obama, firma una orden ejecutiva que declara a EE.UU. en "emergencia nacional", al considerar que Venezuela constituye "una inusual y extraordinaria amenaza a la Seguridad Nacional y a la política exterior de los EE.UU.", declaratoria esta que atenta contra la Patria de Bolívar, amenaza en realidad la soberanía nacional, viola la autodeterminación de los pueblos, así como los derechos humanos.

El período oscuro de Barack Obama —no por su color de piel, sino por los crímenes que cometió— significó el fortalecimiento del inicio de otras sanciones más agresivas y bárbaras contra el pueblo venezolano que impulsaron las acciones más dañinas y perversas del actual presidente ilegítimo Donald Trump. Ha sido un hueso duro de roer tumbar al régimen político del presidente legítimo Nicolás Maduro. La era de Trump quedará para la historia como el período de la Barbarie, su comportamiento es como el de los bárbaros: Violento, sin respeto a las normas sociales; propicia un Estado Bárbaro que se caracteriza por imponer su poder, por la apropiación de los bienes de sus enemigos, su constante enfrentamiento, considera a la mujer como un objeto; atenta contra la vida del planeta, la supremacía de su raza es primordial, por ello considera a los demás ciudadanos del mundo como brutos, marginales, delincuentes e inferiores; impone sanciones a los demás países porque se cree el dueño del mundo. Las políticas errantes, ignorantes y crueles de Trump han provocado divisiones dentro de su mismo partido político. Tal vez veremos muy pronto el milagro de la unión de los demócratas y republicanos para tumbar a este Estado bárbaro para el surgimiento de la izquierda, de un nuevo régimen político que encamine al imperio hacia senderos más humanistas. En este sentido, con el fin de arrodillarnos, Trump materializó hace unos días el bloqueo contra Venezuela, a través de esta Ley 113-278, donde todos sus preceptos se aplican desde el año 2005 en detrimento de la Patria de Bolívar, del pueblo que ha decidido ser libre e independiente, traducido hoy día en un genocidio para el país, porque atenta directamente contra los principios básicos que debe brindar cualquier Estado a su país; provocando una explosión social peor que El Caracazo, de grandes magnitudes que justifique una intervención extranjera. Por esta razón atacan los servicios básicos, ayer fue la luz, hoy es la gasolina, la prohibición de la compra de los alimentos CLAP, mañana agudizarán con el gas doméstico, o nos atacaran con armas biológicas, o con cualquier otro instrumento o técnica aberrante que nos hagan doblegar.

Ni por la fuerza ni por la barbarie nos dominarán ni estas medidas restrictivas, bárbaras, capitalistas, ni ninguna otra. El pueblo valiente de Bolívar desde hace más de 200 años ha sabido mantenerse firme ante las fuerzas de cualquier imperio. Esta ley prohíbe taxativamente a cualquier ciudadano norteamericano y demás personas que habiten en territorio estadounidense (sean privadas, organizaciones civiles, ONG, entre otras) realizar cualquier tipo de transacción con alguna persona o entidad del Estado venezolano, ya que serían sancionadas si lo hicieren. En este sentido, como la mayoría de nuestros productos son importados, como los medicamentos y alimentos que en el año 2015 se compraba el 34% y 33%, respectivamente, a EE.UU., no se pueden adquirir debido a esta ley, lo cual genera un impacto de grandes dimensiones en la economía del país, en su desarrollo social y mental; sin contar la prohibición para importar bienes y servicios necesarios para la actividad económica. En fin, es una ley que busca doblegarnos por el estómago para jugar con nuestra resistencia, angustiarnos, que nos matemos como hermanos y responsabilizar a Maduro para justificar una intervención. Nuestra paciencia, firmeza, lealtad, honorabilidad de ser bolivarianos, ni se compra ni se vende. El pueblo venezolano es un pueblo de lucha impostergable, que siempre estará unido para defender a su patria, a pesar de los errores cometidos por quienes conducen este proceso, porque estamos conscientes que más allá de éstos, lo importante es la liberación de la Patria para defenderla de los que quieran manosearla. Para seguir manteniéndonos firmes, necesario es condenar la responsabilidad de las empresas privadas nacionales y extranjeras en la ejecución del bloqueo contra Venezuela, en virtud de que atenta los derechos humanos de su población. Condenar y Sancionar a las empresas nacionales, como la POLAR y farmaceúticas, que se pliegan a este bloqueo desapareciendo los productos básicos y/o hiperinflacionando los precios de la canasta básica; además, quitarle los privilegios económicos otorgados por el gobierno para su operatividad por traición a la Patria y atentar contra la vida de los venezolanos. Promover campañas institucionales en defensa de la Patria, explicando los efectos de estas leyes, de las pretensiones del Estado bárbaro que Trump quiere imponer al mundo, con el fin de impulsar la derrota del imperio para que se respete nuestra doctrina bajo el principio de la autodeterminación de los pueblos. Agilizar con nuestros países amigos la creación de organizaciones democráticas ANTIOEA, con instrumentos jurídicos vinculantes en pro de la defensa de los derechos humanos, del respeto a la libertad de las decisiones democráticas de sus pueblos y ser garantes de que se respete su soberanía de cualquier amenaza imperial. Desarrollar mecanismos específicos, viables, sostenibles, inviolables, que garanticen el derecho humano ante instituciones como la ONU, tanto individual como en colectivo, que permitan protegerlos de las secuelas que dejan las sanciones del imperio y las empresas (nacionales y transnacionales) que han aplicado medidas proyanqui. El pueblo de Bolívar no se rinde.



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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