El día después

En las conversaciones cotidianas o en las cadenas de Whatsapp y otras redes sociales, es normal que se escuchen voces opositoras al gobierno. Lo que no parece tan normal es que esos ciudadanos actúen como si un golpe de estado, mediante intervención de tropas extranjeras, fuera algo así como la operación de un día cualquiera y que al día siguiente todo sería normal: desaparecerían los altos precios, habría de todo en los supermercados, no habría colas, eliminarán de la faz del terruño venezolano a los chavistas y todos serían felices.

No se puede ser tan ilusos, no hay un país que haya sido objeto en este de este tipo de operaciones que no haya sufrido las consecuencias: destrucción, miles de muertos sin discriminar entre afectos a la intervención y opositores, mujeres, niños o ancianos, hambrunas por largos períodos. No es cuestión de creer lo que escribo, simplemente pregúntele a su vecino que vino de Europa que vive con nosotros como consecuencia de haber emigrado de su país después o durante la Segunda Guerra Mundial para que se entere de los horrores de la guerra. Pero no vaya tan lejos, revise la historia comtemporánea reciente y observe como el regreso a la implementación de políticas neoliberales en Argentina, Brasil y Ecuador, tiene a la gente en la calle protestando por recortes en políticas sociales y otras causas que tuvieron pero ahora no.

¿Seremos capaces de creer que si llegare, bajo la batuta de Donald Trump, un gobierno títere, aquí sería diferente? De ninguna manera; ¿qué pasará cuando en nombre de la democracia: privaticen la salud, la educación, aumenten la edad de jubilación, eliminen las pensiones, eliminen cualquier vestigio de los programas de construcción de viviendas y pare de contar? El pueblo que con facilidad olvida las cosas, las recordará y saldrá a defenderlas y se expondrá a la represión conque el gobierno de marras responderá. No soy adivino, así actúan ellos.

Lo han dicho suficientemente nuestros analistas y lo repito. Los gobiernos de los EE.UU. no quieren a nadie, sólo a lo que le sirve a los negocios de sus corporaciones. No le importan para nada el montón de muertos que provocan sus acciones, les dan un nombre genérico simple son daños colaterales a la consecución de sus objetivos en nombre de la libertad, (cuanta razón tuvo nuestro Libertador) que no son otros que la apropiación de las inmesas riquezas energéticas, minerales y naturales que tenemos y que son de nuestro conocimiento.

Por supuesto estos conceptos difieren de los que emiten los mal llamados líderes de una oposición, cuyo único propósito es el de querer vender la patria, cuyos voceros lo que dan es pena ajena y que opino, no pueden ser beneficiados por calificativos que los justifican, como el de llamar a Guaidó imberbe o muy joven, cuando la verdad es que está allí para poner en práctica los lineamientos de Trump y su Casa Blanca, que es mayor de edad y de este domicilio y por tanto responsable de sus actos. O, y en eso difiero con el camarada Diosdado Cabello, el de llamar a Maria Corina Machado loca, porque eso le quitaría responsabilidad como enferma, cuando en realidad sabe muy bien lo que hace porque se corresponde con su carácter fascista, criminal y representante de los intereses de la mas rancia burguesía criolla.

Venezolanas y venezolanos que me leéis y adversáis al gobierno revolucionario, parafraseo al Comandante Chávez, ustedes están en todo su derecho, también en el de apoyar otro proyecto político, y fíjense que digo proyecto político, que mejore con creces lo que está haciendo la revolución y que por ahora no existe; el único existente que se ve, que se siente, es el de derrocar a Maduro por la fuerza y ese déjenme decirles, no pasará. Pero también tienen el deber, lo dice nuestra constitución, a defender la patria.

En fin, este comportamiento irracional es instaurado en nuestra conciencia y nos conduce a la confusión, a creer que Trump viene a salvarnos, a no valorar lo que tenemos, a creer que este pueblo heredero de una historia de luchas libertarias será dócil ante una usurpación de nuestro suelo patrio. Nada mas lejos de la verdad, este pueblo rebelde, defenderá con las uñas su derecho a ser libre, soberano, independiente y los logros de 20 años de revolución.
El día siguiente, hermanos y hermanas, es hoy. Es el día de defender la patria.


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Porfirio de Jesús Hernandez Parra

Ing. Agronomo. Prof. universitario (jubilado). Militante PSUV

 porfiriojhernandezp@gmail.com

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