¡Cayó Francia!

 Hace ya, más de medio siglo, influido todavía por las opiniones i reflexiones de mi padre, tanto Alfredo como yo, sus hijos varones ya mayores, compartíamos simpatías o rechazos por los países de la vieja Europa. Antes de la Segunda Guerra, i con los conocimientos o recuerdos de la primera, mi padre i yo éramos partidarios de Francia, mientras Alfredo era germanófilo, porque admiraba la capacidad industrial de Alemania i encargaba unos estupendos motores en miniatura a gasolina, que ponía a piraguas, yates o autobuses que fabricaba de manera extraordinaria cuando apenas tenía 14 ó 15 años. En cambio a mi me fascinaba el arte, especialmente la pintura Impresionista, la belleza de la Torre Eiffel o las revistas que mostraban las bailarinas i espectáculos del Moulin Rouge. Sin embargo a papá le preocupaba lo del nazismo, así como el comunismo que creía existir en Rusia. Nuestro padre cuando estuvo un año en Nueva York en estudios de post grado en la Universidad de Columbia, había visitado de manera mui breve a Francia, especialmente París. Nuestro sueño era conocer bien a Europa, antes que a los Estados Unidos. Alfredo después de la guerra, estuvo algunos meses estudiando en los Estados Unidos, Ingeniería Eléctrica, pero no pudo continuar por problemas de salud i el invierno.

 Lo cierto es que, estábamos en el Hato de bella Vista, cuando recuerdo a mi padre sentado frente a un gran radio victrola, que movía la aguja del dial, deslizando un grueso botón de madera por la canal en madera que parecía una boca con tabaco, cuando una tarde se levantó i le dijo a mi madre: − ¡Negra, se prendió la guerra! Desde entonces, todo giraba en el seguimiento de los acontecimientos en el viejo continente. La guerra relámpago, el aplastamiento de Polonia, especialmente Varsovia, la ciudad más destruida en ese conflicto.

 Luego la vuelta al frente franco belga. La Línea Maginot, no había servido para nada, porque los alemanes penetraron por Bélgica, sin línea protectora, creyendo que las Ardenas, eran una barrera natural, cuando eran montañitas de apenas unos 700 metros la parte más alta, i los grandes acantilados que tenía, fueron superados por los alemanes con los puentes de guerra. Al borde de un gran acantilado que era profundo, conocí el Castillo de Godofredo de Bullón, en una de cuyos salones, mitad caverna con estalactitas, estaba en el piso incrustada i cubierta de vidrio, una cruz mui alta, que se dice es la cruz donde crucificaron a Jesús de Nazaret. Puro cuento para turistas.

 Lo cierto es que, creo que era sábado o domingo, cuando asistimos a la inauguración del primer Ferry en Maracaibo, creo que se llamaba el Catatumbo i el muelle estaba frente al doble Edificio de Correos, unidos por un puente elevado. Era un barco pequeño, de proa en punta algo levantada i dos puertas laterales; el vehículo entraba i subía hacia la punta i, en retroceso, se acomodaba en dos filas. Nos acomodamos i a pesar de ser temprano, antes de las 6 am., ya compramos allí el PANORAMA. Recuerdo la consternación de papá cuando leyó i nos pasó el periódico para ver la noticia: en letras negritas debajo del titular grande que decía Cayó París, se daban los detalles de lo terrible de esa noticia, pues ya los alemanes desfilaban por los Campos Elíseos. A todos nos dolía Francia. Se había humillado a París i se apagaron las notas i los ecos de la Marsellesa, aunque solamente mi padre, le conoció de refilón i porque le gustaba el francés, idioma que enseñaba después en el Liceo Baralt.

  Posteriormente la vida cambia a veces de la manera menos prevista. Francia fue llenando la vida i logrando la atención de muchas personas que soñaban con Europa –i Francia nos parecía la puerta de entrada a la cultura del viejo continente− i fue en el año de 1965, cuando viajé por primera vez a Europa acompañado de mi bella esposa Mary, que era más admiradora de los Estados Unidos, pues había vivido en Nueva York por un año, aprendiendo inglés que luego practicaba como secretaria en el Consulado de USA en Maracaibo. I aunque estuvimos en cinco países, Portugal, España, Francia, Alemania e Italia, todos bellos i admirables, lo francés quedó bien impregnado en los recuerdos, especialmente París, el Museo del Louvre, la Torre Eiffel, los bellos puentes sobre el Sena, Notre Dame i una casita al lado, del siglo XIV, la Plaza de la Concordia, la Magdaleine, el Arco del Triunfo i el nombre de Miranda en él, los Campos Elíseos, Montmartre i la Plaza del Tartre con sus pintores i cafés típicos, el Parque de Luxemburgo i su histórico Café Des Liles con las mesas marcadas en los sitios donde se sentaron grandes personajes, Les Invalides con la tumba de Napoleón, i en fin, cientos de hermosos lugares como el Bosque de Boulogne, sus islas, el Hipódromo, etc. En fin, todo el París inolvidable. Luego los recuerdos para turistas, banderines, llaveros, boinas, chalecos, i finas reproducciones de cosas o hermosas porcelanas. También las librerías i su riqueza en libros de arte i otros museos como el de Pintura Contemporánea, o el Teatro Nacional. I a 56 kilómetros, la ciudad i el Palacio de Versalles. Con todos los primeros recuerdos, anotados día por día en un Diario, i posteriores viajes a esta hermosa ciudad, luego de atravesar toda Francia en viaje de Madrid hasta Lovaina en Bélgica i mis otros tres viajes a Europa donde visité todas las veces a la capital de Francia, la sembraron en el alma i cuando posteriormente veo el Tours de France en bicicleta, repaso sitios i descubro otros nuevos, de modo que me resulta un país mui familiar i querido. Me complació también cosas como, saber que en un partido de futbol, solamente por escuchar algunos chiflidos, durante las notas del himno nacional, La Marsellesa, el presidente Chirac se retiró de su tribuna i se suspendió el partido, por irrespeto a unos de los símbolos de la patria. ¿Qué haría si le pasara lo que a la bandera nacional de Venezuela, le ha hecho la desnaturalizada oposición, usándola con siete estrellas, invertida, arrastrada i ensangrentada (como se hizo en Valencia u otro sitio de Carabobo) o cuanta ofensa se les ha ocurrido?  Lo cierto es que Francia, por lo menos para mí i algunos familiares i amigos, era un ejemplo de seriedad i dignidad en todas las cosas de la vida de una nación civilizada. Sus intelectuales i escritores, conquistan con sus obras. Víctor Hugo, Anatole France, Balzac, Flaubert, Verlaine,  Zola, Dumas, i muchos otros, son reyes en los estantes de mi biblioteca.

  Mas, en los últimos años, pasados los tiempo de De Gaulle, i algunos presidentes todavía aceptables, Francia i sus dirigentes dejan mucho que desear o hacen juego a los intereses del imperio norteamericano, o descubre uno que no solamente hai injusticia como las del proceso Dreyfus sino que también en el caso de Illich Ramírez apodado por ellos El Chacal i condenado a prisión perpetua, no es lo que pintaron al mundo, sino un combatiente en el Medio Oriente, África i ciertos lugares de Europa, en contra de la mano peluda de los imperios que está en todos los rincones del planeta. Creo que, ahora, con nuevas luces sobre las trampas i atrocidades que hacen los poderosos, es un caso que debería revisarse i buscar hacer justicia. Sin embargo, donde ya se cayó la careta de país justo i civilizado que tenía Francia, es con este payaso cornudo que tiene de presidente, el señor enano Nicolai Sarkosy. Casado, con una dama de dudosa reputación, luego de un divorcio objetable según muchos franceses, se entera uno de que su campaña electoral fue financiada por el amigo Gadafi o Kadafi de Libia, cuando se abrazaba i se estrechaba las manos, con todos los mandatarios de Europa, incluyendo reyes o primeros ministros, algunos pervertidos sexuales como Berlusconi, i siendo Italia el primer cliente petrolero del país que ahora bombardean i quieren masacrar para robar su petróleo i otras riquezas, incluida el agua. Este presidente enano (que también ayuda a robarse las reservas internacionales del pueblo libio), quizá porque quedó en pagar su campana i ahora desea huir del compromiso,  i desea  borrar algunas otras trampas o delitos, ha sido el primero en atacar a Libia i exhortar a otros países agresores, a compartir la traición i la masacre. Francia, la de la Revolución Francesa que expandió por el mundos los principios de Igualdad, Fraternidad, Paz i Libertad; Francia, la de la Comuna de París, dando el primer ejemplo de gobierno comunal, de exaltación de los derechos i deberes del hombre,  i el pueblo como administrador del poder i su soberanía; Francia, la heroica patria de De Gaulle que presentó la más extraordinaria resistencia a la invasión nazi a su territorio, dejando miles de ejemplos de cómo todos los sacrificios por la patria, son enaltecedores, es ahora la nación líder i estimuladora del Imperio Maldito del Norte, para continuar invadiendo pueblos libres i causando masacres o genocidios. ¡Qué vergüenza de país! ¡Qué himno de muerte a la violación de todos los derechos Humanos! Realmente hai que exclamar otra vez ¡Cayó Francia! ¡Cayó Francia! ¡Cayó Francia! Por lo Campos Elíseos i envolviendo en una neblina de miasmas de hedor a sangre, putrefacción i muerte  al Arco del Triunfo, mientras el sol de la libertad llega al ocaso!  Ya la admiración no volverá a ser jamás la misma.

 Hombres así, como este enano francés, hace que la memoria traiga otros aspectos de vida i personajes, que opacan como éste, lo grande de la Francia que admiramos;  hubo un Kraken en la Isla de los Pingüinos de Anatole France, o peor aún, hubo un Fouché de quién se dijo, fue “traidor de nacimiento, miserable, intransigente, de naturaleza escurridiza de reptil, tránsfuga profesional, alma baja de esbirro, abyecto, amoral…no se le escatiman las injurias” i sucede que, la vida biológica i la historia social, los clona. Así es este miserable presidente de Francia  –un clon de Fouché−  que junto a Obama, asombra por su cinismo i su maldad.


robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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