La división de los pueblos es el arma preferida de los imperios

No es nueva esta táctica, el imperialismo norteamericano aprendió temprano y se esmeró en hacerlo, buscan los flancos débiles, las apetencias, las peleas domésticas, las diferencias de distinta índole para luego producir el zarpazo fatal. En sus acciones no reparan en daños a los pueblos, muerte y desolación es su consigna, luego intentan aparecer como los salvadores del planeta, los superman del universo, “los buenos” que luchan contra “los malos”, la dictadura mediática se encarga de “arreglar” con maquillaje lo demás.

En Venezuela luego de la independencia del imperio español, estando en pleno fragor la batalla de Bolívar, luego de haber echado éste los últimos vestigios del ejército español, a la doctrina Monroe, la de “América para los norteamericanos”, las ideas de el Libertador Simón Bolívar se convertían en “la piedra en el zapato” para las pretensiones imperialistas de los norteamericanos. En aquel entonces recurrieron a la división, a explotar las debilidades de un Santander en Colombia, azuzaron las rivalidades de éste con los generales venezolanos, generaron la confusión, usaron a Páez y promovieron acciones desestabilizadoras en contra de la política de unión expresada por la doctrina bolivariana.

Existe suficiente referencia histórica que corrobora lo temprano que comenzaron los gringos a meter sus narices en nuestros países, es así como promueven la sublevación de la División del ejército patriota acantonada en Perú y al mando del General Jacinto Lara, para ello se valen de el tristemente célebre coronel granadino José Bustamante, en ello estuvo la acción coordinada del naciente imperio gringo, bajo la tutela de Henry Clay, Secretario de Estado de EEUU, el señor Anderson, Diplomático y el operador, cónsul del gobierno de EEUU ante el gobierno del Perú, Willian Tudor.

Para estos datos nos hemos valido de la extraordinaria obra del profesor José Sant Roz, Bolívar y Santander, dos posiciones contrapuestas, páginas 328 y 329, donde nos hace referencia y nos refresca la memoria histórica que estamos obligados ha que perdure en el tiempo y que nuestros pueblos jamás olviden. Fíjense lo que nos dice Sant Roz, “como era difícil desestabilizar por dentro a Colombia, entonces, había que empezar por el sur”, lo más débil, antes nos señala: “El que incitó y coordinó la acción de Bustamante fue Willian Tudor. Si Bustamante fracasaba se tenía listo el plan B, que consistía en preparar la guerra del Perú, dirigida por el General Lamar—prácticamente convertido en el presidente del Perú, gracias al apoyo norteamericano—contra Colombia,, en cuyos intríngulis estaba también metido Santander”.

Luego de la toma por parte de Bustamante, quien además estaba motivado por el haber recibido dinero, los espías gringos se apoderaron de documentos importantes de los patriotas en la correspondencia de Jacinto Lara. Vale la pena apoyarnos en los que nos refiere Sant Roz en su libro antes mencionado y para ello tomaremos la cita que hace el mismo Sant Roz de lo que comunicó Tudor al departamento de estado norteamericano… “se encontraron muchas importantísimas cartas de Bolívar, de Sucre y de otros Generales, las cuales arrojan considerable luz sobre los designios del primero, (Bolívar), paréntesis nuestro…y serán una ayuda poderosa para Santander en sus esfuerzos para proteger la constitución de Colombia contra los pérfidos designios del usurpador…” Ya Bolívar para los EEUU era “el usurpador”, y como podrán leer, ya Santander pactaba con el diablo por sus apetencias y resentimientos, pero vean el lenguaje gringo, hablan de defender la constitución, claro, una constitución que la habían desviado hasta divorciarla del proyecto bolivariano, la constitución de Cúcuta, la cual, ya en la praxis estaba al servicio de las élites y los grupos de donde ya Santander era connotado. Sin duda que este acontecimiento histórico es una enorme fuente de enseñanza sobretodo para el proceso revolucionario que vivimos, un proceso que al igual que aquel contrasta con las pretensiones imperialistas y lógicamente ante un escenario de estas características no podemos ser tan ingenuos para pensar que ahora, con todo el poderío mediático imperialista a su disposición, en medio del concepto de la llamada guerra de cuarta generación ó guerra por la mente de los pueblos; la guerra basada en la manipulación, en el engaño y la confusión, el imperio no esté haciendo lo mismo, usando el mismo librito, con casos como el de Libia y porqué no, en su guerra contra nosotros mismos, contra la revolución bolivariana. Vale la pena llamar la atención del pueblo, no solo venezolano, sino latinoamericano y del mundo; la historia nos demuestra que el librito gringo se repite, con circunstancias distintas pero se repite, es el mismo esquema. Ahora bien, vale la pena preguntarse sobre muchas cosas y sobretodo conocer al detalle de cómo hicieron para llegarle a Santander, las tácticas que usaron y todo ese ambiente creado para al final ir por el zarpazo, sin duda fue un trabajo articulado por el imperio, un hombre con el apoyo que recibió del político más importante de sur América como es el caso de Bolívar no se va por “cualquier concha de ajo”, es decir, ya el imperio norteamericano desde sus inicios entendió que sobreviviría sobre los hombres de la corrupción política y eso es lo que han hecho siempre.

Leyendo las noticias de lo que en la actualidad ocurre en Libia observamos que el gobierno de Gaddafi intenta conversar y obviamente negociar con las distintas tribus que detentan poder en las regiones de ese país, sin duda podemos decir que en unos actos de estas características hay mucha confusión y gente también actuando a consciencia, pero también muchos manipulados por los oasis creados por el imperio. En el caso venezolano aquel 2002, recordamos las marchas opositoras, la posición del MAS, las divisiones internas, las peleas de los partidos del polo patriótico ¿Cuántas de estas acciones estaban dirigidas desde la embajada americana en Caracas? Una pregunta indispensable a la hora de entender muchas cosas y de procurar consolidar la batalla de la unidad interna. “Los que quieran patria vengan conmigo” es la consigna del comandante Chávez, al igual que Bolívar, por la segunda década de 1800, hacía un esfuerzo en sostener la unidad a costa de cargar el fardo en que se convertían un Santander y sus intrigas, un Páez y su ambición, los generales del Perú, etcétera; en la actualidad, en condiciones mucho más favorables, se sigue dando la misma batalla: la batalla contra la indisciplina, la batalla contra los proyectitos en alcaldías y gobernaciones, la batalla por espacios pequeños que muchos pretenden aislarlos del conjunto con actitudes caudillescas. Son los rezagos de una cultura que nos acostumbró a ver lo pequeño.

Para el imperio que tiene una visión global le convienen que gobiernen los países aquellos que solo se preocupan en verse el ombligo. No es casual la tan cacareada “descentralización”, herramienta de la cual quieren agarrarse los opositores para enrarecer al país, afortunadamente la revolución les descentralizo las cosas más y se está llevando el poder a las comunidades por medio de los Consejos Comunales, pero ahora es necesario que éstos vean el porvenir en el contexto general que requiere una batalla de estas dimensiones.

Libia nos puede parecer muy lejos, pero lo que ocurre allí está muy cerca de todo país que inicie una batalla por su independencia y en eso estamos nosotros, en una de las batallas más trascendentales por la independencia.

En concordancia con una de las líneas que se debaten dentro del PSUV, la reactivación del Polo Patriótico, es decir, la unidad, la unidad ya no solo de los partidos y movimientos de la revolución sino la unidad de todo el pueblo para la defensa de sus garantías y sus riquezas, incluso la garantía de sus propiedades, ahora que la burguesía nuestra cacarea el tema e intenta manipular el mismo, es importante desarrollar ese concepto bajo la óptica socialista…el tema de la propiedad privada.

La propiedad privada per se no es dañina o perjudicial, pero en socialismo entendemos el asunto distinto al capitalismo, nosotros entendemos el tema de la propiedad como un acto democrático, el socialismo pretende democratizar la propiedad privada y es lo que viene haciendo Chávez y la revolución, sin embargo la burguesía quiere dividir al pueblo en este sentido y a veces como pendejos mordemos el anzuelo, la burguesía le aterra que la propiedad privada se democratice porque el capitalismo como sistema instaura la dictadura de la propiedad privada de unos pocos en desmedro de muchos, de las mayorías que se empobrecen.

La unidad y cohesión del pueblo es vital, las referencias a hechos acaecidos nos alecciona para entender mejor lo oque ocurre y no nos alarmemos cuando señalemos la ingerencia del imperio hasta en lo más mínimo. Aunque dicen que el ser humano es el único que se tropieza muchas veces con la misma piedra, por el bienestar de este hermoso proceso revolucionario vale la pena fijarnos mucho en los acontecimientos históricos para no volver a tropezar, ya no solo es un pueblo o un continente, es la humanidad entera que necesita el socialismo.

latojeda@gmail.com


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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

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