Venezuela en el nuevo Caribe

La corta pero provechosa visita oficial a la República Bolivariana de Venezuela del Primer Ministro de la Mancomunidad de Dominica, Roosevelt Skerrit, es un acontecimiento de la mayor importancia política y económica por su efecto en la consolidación de las relaciones de colaboración, cooperación y solidaridad entre dos países que coinciden en la necesidad impostergable de la integración de los países no latinos del Mar Caribe a este nuevo polo de Poder regional y mundial representado América Latina y el Caribe.

Desde el mismo inicio de la gestión del gobierno bolivariano presidido por el comandante de Hugo Chávez Frías, la política exterior venezolana dio un vuelvo total en el desarrollo de las relaciones con los países no latinos ubicados en el arco caribeño, enfocándola hacia la afirmación de nuestra caribeñanidad y en consecuencia, la necesidad de promover y consolidar una vocación, presencia y actuación en esa subregión, en la búsqueda de áreas de cooperación mutuamente provechosaS con esos países, en una visión simétrica, complementaria y solidaria, sin importar las dimensiones físicas de sus territorios, poblaciones y economías y sus relaciones históricas con potencias extracontinentales.

Esa política exterior esta claramente fundamentada en lo dispuesto en el artículo 152 de la misma Ley Suprema que establece: “Las relaciones internacionales de la República responden a los fines del Estado en función del ejercicio de la soberanía y de los intereses del pueblo; ellas se rigen por los principios de independencia, Igualdad entre los Estados, libre determinación y no intervención en los asuntos internos, solución pacífica de los conflictos internacionales cooperación, respeto a los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos en lucha por su emancipación y el bienestar de la humanidad”.

Contrario a lo que se difunde en los medios de comunicación de las burguesías locales y el imperialismo, el desarrollo de la política exterior de nuestro país, no tiene como límite ni mucho menos como único punto de agenda, la materia energética, si bien es cierto que en su fase inicial, es evidente que este tema crucial de la situación económica mundial y regional transversaliza los intercambios de Venezuela con la región. En verdad, el portafolio venezolano incluye una gama diversa de puntos de mutuo interés que inicialmente partió del suministro de diversos productos energéticos en condiciones de venta preferencial – como se les ha venido suministrando a varios países latinoamericanos mediante los convenios de San José y Caracas – pero que hoy avanza hacia la asistencia sanitaria, la colaboración educativa, el intercambio cultural, el desarrollo del turismo social y deportivo, seguridad, asistencia de desastre, transporte marítimo y aéreo, y, últimamente, la exploración de formas de pago no monetario de la factura petrolera con productos agropecuarios deficitarios en el marcado nacional.

En el caso de Dominica, por diversas razones políticas, económicas, técnicas y geográficas – se ubica al centro del lado este del arco caribeño – y otra serie de ventajas comparativas, el comandante Chávez y el Primer Ministro Rossevelth Sakerrit, acaban de firmar una acuerdo estratégico, mediante el cual se construirá en ese país, una refinería de petróleo que, en su fase final podría procesar hasta 300.000 barriles diario de crudo, suficientes para satisfacer toda la demanda de los países del Caribe e, incluso, tener excedentes para participar en el mercado energético de América Latina; proyecto que tendrá un gran impacto positiva en el Producto Interno Bruto de la Mancomunidad de Dominica y en la diversificación económica, laboral, técnica y educativa de esa pequeña isla de habla inglesa, mientras para Venezuela supondrá una nueva refinaría adaptada al tipo de petróleo producido en nuestro país, garantía de suministro para nuestros clientes y ganancias adicionales, por valor agregado, para nuestra industria petrolera.

La política económica de la revolución bolivariana y socialista se ubica en una posición totalmente opuesta a las políticas hegemonistas y neo-coloniales que promueven las potencias imperiales en los países de escaso y medio desarrollo, por cuanto estas se caracterizan por el condicionamiento político y económico de las políticas internas e internacionales de los gobiernos, la abismal desigualdad en las ganancias, la negación de la transferencia tecnológica, la desvinculación con el entorno social donde se asientan las empresas y el poco interés en materia de protección ambiental y de aplicación de tecnologías no intrusivas en medio ambiente vulnerables, como son las áreas marinas y los bosques tropicales.

Una prueba reciente de esta nueva conducta en las relaciones económicas internacionales SUR-SUR, la tenemos en la propuesta venezolana en la recién finalizada IV Cumbre de PETROCARIBE, realizada en la ciudad de Santiago de Cuba, de ampliar los convenios de colaboración energético hacia áreas de apoyo a la capacitación de la mano de obra de los países receptores y a la utilización de los recursos derivados del intercambio energético para el financiamiento de proyectos que ayuden a diversificar la actividad económica de los países participantes en el convenio.

De esta manera, nuestra revolución y su comandante Hugo Chávez Frías confirma su convicción de que LA PATRIA ES AMERICA.

P.D.: Cometí un error en mi anterior artículo titulado “I HAVE A DREAM”, al olvidarme indicar que con tal título es conocido el famoso discurso del líder de los derechos civiles de Estados Unidos, Martin Luther King, asesinado en la ciudad de Menphis y que mi escrito era un homenaje a su persona.. Ofrezco mis disculpas por ello.

yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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