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11:09 (hace 1 hora) |
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A Gilbert Durand se debe: "el haber hecho saltar los cerrojos, el haber abierto las ventanas y hacer circular el aire embriagador en toda su amplitud, el haber abierto la vía a nuevos modos de pensar, el haber hecho descubrir continentes desconocidos cuyo espacio, sobre los mapas, no había figurado más que bajo la forma de blancos." Michel Cazenave.
Nada de lo que hay es, por lo menos desde la verdad, pero como nadie puede saber qué es verdad y que no, toda la existencia es lo que con posterioridad se ha dicho de ella, toda vez ocurridos los eventos considerados como realidad y como trascendencia. Lo que solo podemos decir al respecto es que la prueba viviente de lo que decimos es porque estamos, y en consecuencia hacemos lo que sabemos hacer, existir y vivir cuanto podamos. Eso es lo que se cree y crea por cada ser desde una cierta fe al respecto de sí mismo o de alguien o algo además de él mismo. Hay pruebas fehacientes respecto de la creación o la evolución, no, no hay ninguna, solo teoremas, hipótesis, teorías, doctrinas que afirman esto y aquello, desde presupuestos que pretenden dar la solución de lo que nadie a ciencia cierta sabe, y filosofa al respecto, para responder a preguntas que con posterioridad se formulan sobre lo ya pensado. Es lo que ocurrió antes, durante y ocurre hoy, porque tengo una idea que pensé abstrayendo de lo que hay en conexión de lo que en mí siento y lo que afuera está. Pero está fuera de mí mismo porque soy yo quien observo y hago que sea una proyección de mi imaginación puesta afuera, revelada a los demás, quienes a su vez hacen lo debido y creamos lo real, destacando la realidad y lo trascendente como cantidad y cualidad de la energía y la materia emitida sobre lo que hay.
Si pienso existo aquí y ahora, desde lo presente veo lo que hubo y me proyecto hacia lo que puede haber, no sé lo que será ni lo que fue, porque es historia y hay tiempo y espacio donde me ubico y soy junto al resto que pretende comprender esa historia, cualquiera sobre la que se plantee una realidad dada con antelación. Solo se puede comprobar lo que hay desde lo que no hay, es decir, qué hay, pues nada, vacío, idea pues. Cuando comienza a cambiar, a ser, crea, digamos que es conciencia, estando y no estando, es conciencia, y existe el universo, el cosmos, existo yo y existes tú, pero qué es lo que hay. De qué está hecho todo lo que hay, o sea, la realidad, no es de energía, de partículas, y a partir de ellas lo físico, y lo que no es físico dónde queda, la conciencia, es cuántica, es decir, se vuelve al principio para apreciar que de lo místico a lo cuántico vamos y venimos. Entonces se habla de matriz y de matrix, de creación, evolución, simulación, y para usted que lee de contar. La experiencia de la existencia dice que, si tú lo crees, tú lo creas, para ti, no para nadie más, lo que pasa es que se comparte para que los demás y las demás, se acuerden de algo que creen haber olvidado. He ahí la manipulación desde los sentidos, desde Maya, desde la ilusión, que hace que todo pareciera cambiar y transformarse desde las narrativas preñadas de ideas.
Si fueron los Elohim, los enviados por yo soy el que soy, con la información que debían transmitir al pueblo del designado, quien según escuchó sin ver quién le hablaba, para darle el mensaje en vivo y directo, de voz a oído. Desde entonces hemos venido deshilvanando la estopa, haciendo una de las puntas de la madeja, para ir extrayendo de los datos lo que se quiso decir, de una traducción tal que apenas ahora va teniendo más criterio que ayer, y muestra además de la manipulación, la mentira y el engaño, con que nos han dominado, haciéndonos ser partícipes de una trama compleja, donde desde el texto, y dependiendo del contexto en que lo trates, tendrá una lectura, que si se compara con el resto de las interpretaciones desde otras categorías, se tendrá esa narrativa tan viva y potente de la verdad que emerge ante el único ojo, el de la conciencia que es evidencia plena y pura, absoluta de lo que se lee que se dice, sin fecha cierta, ni hora ni lugar, y menos con la firma y el número de identidad entre los terrestres y los extraterrestres, que allí se anuncian intercambiando información mistérica.
Entonces el portador del mensaje estaba en la mente de quien se imaginó la escena y la reprodujo con sus propias palabras, o con sonidos o señas. Dónde está la verdad, quién puede afirmar y comprobar que es esa y no otra u otras las verdades responsablemente. Por lo general así empiezan las historias que nos han contado en la escuela, en el liceo, en la universidad, por parte de quienes imparten tal o cual materia, y desde determinado tema, extraído de una totalidad universal, para reducirla, desde una especificidad respecto de lo que quiere enseñar, solo que lo puede hacer de varias formas, es decir, diciendo lo que aprendió, o cuestionándolo, y cabe decir que pudiera ser crítico e irreverente, y decir lo que los datos arrojan, corroborados con toda la información que pueda disponer al respecto, sin involucrarse como sujeto en el objeto, manteniendo la distancia, aunque pueda dar su opinión si cabe, enfrentándose al sistema que simplifica las cosas con un conocimiento simplificado y exclusivo, que se impone desde, sobre lo que hay que volver para descubrir lo que los maestros severos escondieron desde maneras disfrazadas para decir las cosas, hasta que nacen las ciencias y redescubrir que el mito de la razón se renueva, razón que resurge como general sobre todas las razones desplegadas, desde la crítica que sirve para superarnos desde la imaginación poderosa, como medio para conocer lo original.
Sin duda son cambios que ocurre permanentemente mientras los apreciamos y repetimos, y rehaciendo las mismas cosas que vienen desde lejos, y esto al principio se debió a la imitación de la naturaleza, o sea, de todo lo que está ahí afuera y se puede explicar de manera comprensiva, entendiendo que todos medramos en ella, tomamos lo que necesitamos y regresamos lo que nos sobra, no porque queramos, sino porque es así, distinto a lo que luego, cuando decidimos que era hora de hacernos dueños de todo como si eso fuera posible sin más y solo por la voluntad y el deseo de apetencia, es que las cosas comenzaron a cambiar y tenemos lo que es esto, terrible manera de demostrar que somos seres inteligentes, o por lo menos es lo que nos han vendido, y que podemos hacer lo que nos plazca, si con eso somos más felices, como si la felicidad dependiera en hacerle a la naturaleza y por lo tanto al otro, lo que no querríamos que nos hicieran a nosotros, para lo cual se inventan tantas argucias y excusas respecto a por qué es así como deben ser las cosas en este planeta, que es posible que sea el único posible, porque es lo que hemos ido haciendo a medida que hemos tenido la idea a través de la cual vamos pensando en lo que no hay y lo que sí hay, lo que solo es posible lógica y racionalmente desde mí mismo observándome frente a lo que no es más que el reflejo de lo que he creado porque lo he creído, y entre todos y todas así lo plasmamos.
Cuando el texto se hace contexto denso y profundo por complejo, se trata de las muchas capas de conocimientos acumulados, lo que es saber si se reflexiona al respecto, sin dejarse sujetar por los prejuicios y relaciones humano naturaleza desplegada por separado, la hemos imitado por lo que en ella medramos, relación de vida de lo que existe, y como seres y entidades corporizadas, tenemos razón, lógica, imaginación, desde que comenzamos a transitar como sapiens y ahora rompiendo la barrera de lo infinitamente singular. Nos encontramos saliendo de Piscis, y entrando en Acuario, y miren todo lo que ha ocurrido en apenas unos minutos transcurridos desde que todo sucedió. Estoy es lo que hay y desde donde concibo todo como creación y evolución, como aquello que antes de que el tiempo fuera se manifestó y viene cruzando las fronteras de la imaginación como razón y sentido, comprendiendo desde el compromiso, las paradojas de la existencia y las formas como parte de la vida manifestándose indudablemente desde que partimos en ese viaje fuera de nosotros mismos, pero que no se concibe que estemos aislados y separados de lo que hemos hecho de este mundo, cuando lo que hemos sido capaces de lograr es la destrucción y el caos, la crisis contemporánea, las atrocidades que se cometen por unos contra otros, por mandato de un tal Yahweh, que nadie sabe realmente quién o qué es, que permite que en este planeta, que es donde nos encontramos, siga pasando lo que ocurre por capricho, a la fuerza, desde posturas absurdas y fuera de toda lógica humana, por parte del sionismo contra otros seres, por apropiarse de espacios que los no humanos, y los deshumanizados quieren, para complacerse con la sangre y el sufrimiento de los inocentes.