Auditórium

El lenguaje cloacal del alacrán, en contra del gobernador de Yaracuy

"Lo que realmente me parece grave es cuando se utilizan los vulgarismos como tapadera del odio. Cuando personas, "presuntamente" cultas, se embarran en un vocabulario soez entendiendo que son graciosas cuando en realidad son groseras. Cuando se utilizan los vulgarismos como arma de ataque hacia los políticos, por la única razón de no compartir ideología y lo intolerable, además de creerse humorista, es ridiculizarlos mediante apodos". Fin de la cita. Anónimo.

En su fundamento hamponil. El Lenguaje del alacranismo, es deplorable debido a la importancia que tiene para la imposición de un régimen totalitario, la perversión del lenguaje donde el significado de algunas palabras se altera sistemáticamente. Así los alacranes pueden cometer todo tipo de atrocidades en una guerra de agresión, sin que los venezolanos duden de su comportamiento. De la misma forma, la propaganda de Goebbels era tan efectiva que los habitantes de Berlín podían pasar por delante de un cráter causado por una bomba en el Tiergarten sin notar nada extraño, dado que la versión oficial siempre insistía en que no había caído ninguna en el centro de Berlín.

Sin ánimo de pretender favorecer al gobernador Julio León Heredia en este impase, ni mucho menos de comparar la corrupción política, con el totalitarismo, sí creo que es importante destacar en qué medida la corrupción del lenguaje político, y jurídico que viene utilizando el alacrán Brito, guarda estrecha relación con las tramas de corrupción donde se le señala su presunta participación, donde los tribunales de Justicia no han querido ir descubriendo nada, todo esto contribuye inevitablemente a degradar, y deslegitimar todavía más el proceso revolucionario bolivariano, y a alejar a la ciudadanía de unos representantes cuyo lenguaje ya no es compartido.

No hace falta ser muy letrado para darse cuenta de que con el retorcimiento del lenguaje, este video www.instagram.com/tv/CNv-vjNA_CJ/?igshid=1x27omzr2um1o «confinamientos en Guama, en diferido», ese partido Primero Venezuela que es «el principal señalado por el gobernador de Yaracuy» por el manejo ilegal de fondos por parte de sus propios directivos en las elecciones parlamentarias del 2020, esas «remesas» que se daban sin recibir nada, esas «causas generales» en que se convierten las concienzudas opiniones publicas que tanto les incomodan etc., etc. Este alacrán de baja estofa del albañal cloacal, pura, y simplemente, pretende echarle cacas al gobernador yaracuyano, eludiendo sus responsabilidades políticas, y penales en los escándalos de corrupción donde esta señalado en varios países donde tiene abierta investigaciones por el caso del Jeque de Cabo Verde. Sobre todo en este año electoral 2021, en el que parece. Que por fin, la corrupción sí importa y puede empezar a pasar factura. El problema de fondo es que dado que el gobernador León Heredia desde hace días ha optado por identificar la responsabilidad política de estos alacranes con su responsabilidad jurídico-penal cuando termina salpicándolos, de llegar a abrirse unos procesos penales -y más si lo hacen en este mal momento para estos alacranes- y fue donde el alacrán Brito en el audio de marras aprovechó para sacar todo su armamento disponible en contra del gobernador yaracuyano, incluido, claro está, el de la perversión de su lenguaje hamponcillo de baja estofa, escatológico, y soez.

Ya se trate del caso de la financiación irregular de Primero Venezuela conocido como el caso Cabo Verde, o de cualquier otra trama de corrupción de la familia opositora, y neo revolucionaria, junto a muchos, y tantos otros menos vistosos, el argumento utilizado por este malandro alacrán es siempre el mismo: la culpa es de unas pocas personas particulares, como el gobernador yaracuyano que no tiene nada que ver con esas tramas de corrupción de los alacranes, y no de unos aprovechados que «no han estado a la altura de la crisis que vive Venezuela» y han abusado de la ingenuidad, y de la "buena o mala intención" de ciertos líderes que misteriosamente nunca saben, nunca ven, y nunca oyen nada, aunque llevan dos décadas dedicados a la política, y al partido e incluso reciben denuncias sobre casos concretos.

Claro está que para defender la tesis del gobernador Julio León Heredia, que desafía tan abiertamente los hechos conocidos de corrupción de los alacranes, y hasta el sentido común del pueblo yaracuyano, no es preciso retorcer los conceptos, y las palabras hasta extremos insospechados. Esto es especialmente cierto en el caso de los conceptos jurídicos, donde el mismo le llamó la atención al alcalde de Guama, dado que como es lógico sólo los especialistas pueden entender hasta qué punto se desvirtúan cuando se habla de una cuarentena sanitaria en diferido, a unas familias contaminadas por el covid-19, de «carteles» que no responden a ninguna segregación, para que sujetos como los alacranes, que pretenden personarse con acusaciones particulares cuando sus intereses coinciden con los del diputado adjudicado, por no hablar de aquellos casos en los que se niega la evidencia como ocurrió con el hecho del hasta hace 2 años con este diputado de la oposición, por el caso del Jeque de Cabo Verde que ha sido denunciado por la prensa digital colombiana. De esta forma el alacrán de marras intenta desaparecer la posibilidad de realizar un diagnóstico correcto de la situación, y de debatir con rigor las posibles medidas para luchar de verdad contra la corrupción, lo que permite sospechar que no hay una auténtica voluntad política de poner fin a la corrupción sistémica donde el es el virus.

En realidad, llegado a este punto del diputado alacrán versus gobernador yaracuyano, más que de un retorcimiento del lenguaje podríamos hablar pura, y simplemente del insulto a la inteligencia. Pero creo que es muy importante denunciar el riesgo que supone para el debate público una manipulación del lenguaje soez de albañal, donde este alacrán pretende, que las palabras tengan un significado diferente para el como emisor, que acosado por los casos de corrupción donde es señalado, y para el receptor el sufrido ciudadano venezolano. Por poner un ejemplo claro, parece que el verbo «mentir» tiene ahora mismo un significado muy distinto para la clase política venezolana, y no para la ciudadanía.

Lo grave es que no tengo ninguna duda de que Julio León Heredia, su Gobierno, y una parte considerable de los alcaldes de su municipio, consideran que no mintió, cuando señaló a los alacranes, por mucho que los cuatro gatos de Primero Venezuela crean lo contrario. Como tampoco tengo dudas, de que otra cosa es lo que piensa el ciudadano bien informado.

Sin duda, muchas palabras que tienen un significado distinto para políticos, y ciudadanos son los de «alacranes sin honor», especialmente a medida que los así calificados van sucumbiendo en las distintas tramas judiciales. Lo mismo cabe decir del adjetivo «converso» o «traidor», dado que parece claro que gobernantes, y gobernados interpretan cosas distintas cuando se aplican, por poner un caso, a diputados de dudosa legitimidad. Y en cuanto al desprestigio, y el desmérito, basta por repasar a los opositores que tienen el reconocimiento oficial del establishment revolucionario, básicamente los que ocupan cualquier tipo de cargo relevante, con independencia de su trayectoria intelectual, profesional, y hasta procesal en la Asamblea Nacional, para hacerse una idea de la distancia que hay entre unos, y otros.

Pero la cosa lamentablemente no termina aquí. Para no aburrir al lector, y dado que en nuestro mundo un audio vale más que mil palabras, puede resultar interesante escuchar las grabaciones de las conversaciones del alacrán señalado e imputado en tramas de corrupción. Hay muchos disponibles en las redes sociales por motivos que convendría averiguar.

Conversaciones como cuando le dieron una paliza que lo dejaron en muletas, los señalamientos hechos a Hugo Chávez acusándolo de asesino, a las FARC y el ELN, como aliadas de la revolución en el narcotráfico, las agresiones al Fiscal cuando era gobernador de Anzoátegui, todas son muy ilustrativas, para desenmascara a este oportunista, y farsante. Aunque quizá la sorpresa por el tipo de lenguaje utilizado provenga, en este caso, de que no he visto a los Sopranos de Puente Ayala. En todo caso, resulta muy preocupante que una persona que ha ostentado hasta hace muy poco tiempo responsabilidades como locutor marginal de una emisora de radio en el Estado venezolano de Anzoátegui, hoy este compartiendo eventos, incluso con altos funcionarios del Gobierno, y hable como el protagonista de una película de gánsteres.

Y si creen que hay mucha diferencia entre este tipo de lenguaje, y el que utilizan nuestros gobernantes todavía en activo, ya les prevengo que de la corrupción del lenguaje al lenguaje de la corrupción existe muy poco trecho. Por eso conviene estar muy atentos a la forma en que nos hablan, y exigir que el lenguaje se utilice con propiedad, con honestidad, y sin tergiversaciones, no vaya a ser que la conversación pública acabe degenerando en una conversación de mafiosos. En el audio están los dos lenguajes, el del gobernador Julio León Heredia, que fue político, coherente, y de altura. El del alacrán que fue soez, escatológico, cloacal, y de una rata de albañal.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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