Mérida es la ciudad de los pijos por excelencia, quizá apenas superada por San Cristóbal, en el Táchira. En Mérida se empollaron grandes terroristas y guarimberos como el Nixon Moreno, la Gaby Arellano, el Vilca Fernández…, por ejemplo, y usted puede ver en ciertos sectores a esta estirpe de radicales opositores que, cual los pijos españoles, van por las calles, alardeando de ser capitanes america, batman, robin, mujeres maravillas a los que no les puede pasar nada, sin el debido tapabocas.

Quiero advertirlo tajantemente, la manera como grandes sectores de Mérida están tomando a juego, a broma y a chirigota, el asunto de cuarentena. Y esto es así desde el mismo momento en que se dio la orden al necesario confinamiento.

Hay un verdadero relajo en muchos sectores de esta ciudad, en casi todos los conjuntos residenciales los niños salen en bandadas a jugar hasta altas horas de la madrugada, sin el tapabocas, y se ve que lo hacen adrede porque sus padres o familiares son furibundamente opositores, y en su fueros interiores suspiran, desean que Venezuela sea vuelta trizas por tremendos focos de Coravirus que se vuelvan incontrolables, el eterno síndrome de Sansón que consiste en acabar a los "filisteos" así se jodan ellos mismos.

Esto también ocurre en el populoso municipio de Campo Elías pese a todas las medidas que a favor del pueblo ha tomado y sigue tomando el alcalde Simón Figueroa.

Ayer se presentó una patrulla de la policía en el sector donde vivo y mediante un altoparlante, solicitó que se le permitiera entrar a la urbanización, y le fue negado. Multitudes niños estaban jugando sin tapabocas, y con burlas fueron y se escondieron detrás de muro, esperando a que las autoridades se retirasen para volver a sus francachelas.

Verdaderamente, con esto que viene ocurriendo desde hace meses, uno no se explica por qué milagro de Dios no ha ocurrido algo bien grave de contaminación de Coronavirus, teniendo en cuenta que nosotros prácticamente nos encontramos en la llamada Media Luna, ahí a un lado de Colombia.

Poco faltará, para que estos pijos, de un momento a otro entonces salgan a manifestarse contra la cuarentena, por puro gusto de ir contra el gobierno, aunque ellos mismos se mueran de esta peste. Se parecen en el fondo a la concejala ecuatoriana, que sale en un video diciendo que el Coravirus no le hace daño a nadie, y a los pocos días cayó muerta por el mal del cual se burlaba.

Debo advertir que casi nadie guarda la distancia debida en los comercios: se apiñan en el interior de los comercios que casi abruman con sus alientos unos a otros, ahí mismito donde uno se halle.

El mayor placer para estos pijos, en este momento, la norma, la orden y la regla, es regar con furia e insania que hay muchos muertos de coronavirus en Mérida. Por supuesto que no existen ni nadie los ve, pero aferrados como están a las redes y a los que difunden centros miserables y desalmados como Human Right Watch, HRW, ellos afirman y riegan por doquier, que los muertos son por cientos o miles.

El día que se contaminen serán felices porque entonces acusaran al gobierno de los haberlos enfermados, y en el fondo serán felices el aporte que estarán dando n la lucha contra la "dictadura"…, soberanos locos y degenerados. ¡Qué lucha tan dura, Dios mío, ha sido esta con soberanos enfermos, además de todo lo otro que enfrentamos!