De cara al Congreso del Bloque Histórico (Sexta Reflexión)

La constrtucción de un nuevo bloque histórico y la Comuna para la conformación del estado socialista

La construcción del Bloque histórico

La construcción de un presente por vivir demanda comprender que no es posible hacerlo a partir de una visión sectaria y dogmática, del conjunto de variables que habrán de hacerlo posible. Requiere entender, que no existen verdades absolutas, únicas verdades, a partir de la cual podamos formarnos un conocimiento integral de la sociedad. Nos dice que, imaginar la construcción de una nueva formación social es un proceso complejo; y, a su vez, un complejo de procesos; ya que, lo que se va a edificar es un modo de vida y una manera de vivir de seres humanos. Necesario es entender, entonces, que la construcción del Socialismo Bolivariano en nuestra Patria, constituye el objetivo fundamental de la Revolución Bolivariana. Por tanto, la posibilidad de hacer realidad los objetivos que la inspiraron; requiere de, una búsqueda dialéctica permanente de nuevos objetivos, lo cual le otorga el carácter de un eterno estar haciéndose.

En razón de ello decimos que, la construcción del Socialismo Bolivariano no puede partir del carácter de "verdad", que se le ha conferido al progreso como principio único y universal, porque éste no es un punto de llegada, no es un fin; sino un elemento en la búsqueda del objetivo de alcanzar el buen vivir y el estado de bienestar. El progresismo, entonces, concebido como un principio emanado del positivismo decimonónico, constituye una rémora que impide ver la construcción del Socialismo Bolivariano con ojos del siglo XXI. Por lo que, no podremos construir el presente por vivir, si partimos de "verdades" del pasado. Haberlo hecho de esa manera, impidió ver el "deseo ilimitado", como el principio fundamental de la estructuración capitalista. Ese insaciable deseo de conquistarlo todo, ha determinado que la sociedad moderna, la sociedad industrial, engendrara "incapacidad y sufrimiento en aras de eliminar la incapacidad y el sufrimiento".

Es por ello que, la construcción del Socialismo Bolivariano, debe ser el producto de una reflexión profunda, para su realización y consolidación. De pensar el tiempo por vivir desde el presente, de entender que frente al estado de incertidumbre en que nos encontramos, nuestra imagen del presente por vivir tiene que ser radicalmente distinta a los modelos que se diseñaron e instrumentaron para nuestras formaciones sociales, como parte del sistema capitalista. Ha llegado la hora de atrevernos a pensar de manera trascendente, de superar todo reduccionismo y todo determinismo. Ha llegado la hora de entender que uno de los mayores desafíos intelectuales del presente es pensar el tiempo por vivir, de otra manera.

Reflexión que debe conducirnos al encuentro de una concepción venezolana del socialismo. Por lo que, una de las tareas que debemos proponernos llevar adelante tiene que ser colocar el socialismo, en la agenda de nuestro pueblo, como un tema prioritario. Que el venezolano entienda, el por qué y el para qué de la estructuración socialista de la formación social venezolana, que lo haga suyo, que lo entienda como su nueva forma de vida.

Se trata de avanzar en un profundo proceso de información, formación y educación de nuestro pueblo, que lo haga entender que la satanización a que fue sometido el socialismo por la burguesía nacional, tenía como propósito asumir el control hegemónico de la sociedad venezolana. Necesitamos hacerle ver al pueblo venezolano que la democracia y la libertad, no son conceptos propios del capitalismo; sino que, democracia y libertad, son su negación. Porque, la democracia, no es solo un sistema político, sino una forma de vida; así como, la libertad, no es un retorno a la "animalidad" del ser humano, como ocurre en el capitalismo neoliberal.

Porque, para decirlo en términos de Axel Honneth, el socialismo es una organización de la sociedad que posibilita la realización de la "libertad social". Dice, asimismo, que "la libertad social se realiza en el seno de instituciones en las que los individuos se relacionan entre si según relaciones colaborativas de reconocimiento mutuo, en las que perciben la culminación de los fines de los demás como condición de posibilidad de sus propios fines…". Afirmaciones estas que, deben conducirnos a profundizar la reflexión sobre los conceptos de igualdad, felicidad, fraternidad, solidaridad, afecto y sentido común, como categorías fundamentales en el proceso de alcanzar la justicia social, como principios primarios del Socialismo Bolivariano. Pensarlo, a partir de estas categorías le confiere a nuestra propuesta de socialismo su originalidad, su carácter novedoso.

Por lo que, el retorno al Estado de bienestar, a la construcción del buen vivir, es posible si avanzamos en la transformación de las condiciones sociales, políticas, económicas, culturales y ambientales de la realidad que hoy tenemos. Inventamos o erramos, frase que nos legó Simón Rodríguez tiene hoy una gran pertinencia para alcanzar los objetivos que tenemos propuestos; por lo que, el Plan de la Patria y el Programa de las Siete Transformaciones (7T), nos colocan de cara frente a ese objetivo.

Permítaseme recordar esta lección de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, citando al Libertador Simón Bolívar: "Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo ni el americano del norte, que más bien es un compuesto de África y América, que una emanación de la Europa". Más adelante continúa delineando el elemento central de la estructura conceptual del modelo: "Nuestras leyes son funestas reliquias de todos los despotismos antiguos y modernos, que este edificio monstruoso se derribe, caiga y, apartando hasta sus ruinas, elevemos el templo a la justicia y, bajo los auspicios de su santa inspiración, dictemos un Código de leyes venezolanas".

Dictemos un Código de leyes venezolanas. Afirmación del Libertador que debemos traducir en: Construyamos una nueva Patria. Edifiquémosla a partir de lo que somos y lo que queremos ser. Inventemos un nuevo "bloque histórico". Construyamos el nuevo Estado Socialista.

Analicemos las relaciones existentes entre la estructura socioeconómica y la superestructura jurídico-política, del Estado venezolano. Tengamos presente que el concepto de bloque histórico implica una crítica a las visiones mecanicistas y deterministas del marxismo en cuanto las relaciones economía-política y cultura-política. Comprendamos porque Gramsci le otorga un significado particular que supera las interpretaciones "marxistas" sobre el Estado, que lo colocan como un instrumento neutral susceptible de ser usado por cualquier clase social. Debemos, de igual manera, ver al Estado no sólo como un aparato de dominación de una clase por otra, sino como el reflejo "de la síntesis coerción-consenso y la síntesis hegemonía-dominación que caracterizan el ejercicio del poder político". Necesario es, asimismo, entender por qué para Gramsci, el bloque histórico, es un instrumento que le confiere al humanismo marxista un mayor nivel a la exaltación de las acciones humanas, "que hace a los hombres sujetos de la historia, antes que entes pasivos del desarrollo de la vida material". Son estas, entre otras, tareas centrales para la construcción del Socialismo Bolivariano.

Tengamos presente que, entre los elementos que le confieren originalidad al Socialismo Bolivariano, su carácter democrático y libertario reside, precisamente, en la posibilidad de incorporar -como sus aliados- diversos sectores y movimientos sociales para lograr el objetivo de que el bloque histórico cumpla el rol de galvanizador homogéneo del proceso sociohistórico. Es por ello que, la sociedad civil y la sociedad política hacen parte de la superestructura del bloque histórico. Por lo que, para Gramsci, la sociedad civil es considerada como el conjunto de relaciones económicas y la formación de las clases sociales; es el complejo superestructural de las "organizaciones llamadas privadas". Refiere al entorno cultural (forma de pensar y de sentir del pueblo) no determinado mecánica ni exclusivamente por las relaciones económicas que los hombres entablan. De tal manera que, la sociedad civil debe entenderse como terreno de arraigo de la ideología de la clase dirigente y como función de hegemonía de ésta sobre toda la sociedad.

La importancia de la Comuna

"Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría la vida, las comunas". Le dijo el Comandante Supremo Hugo Chávez, al Presidente Nicolás Maduro. Tarea que, en sí misma, señalaba la importancia que tiene la comuna. No basta con enunciar el protagonismo del pueblo en la construcción del Socialismo Bolivariano, como nueva forma de vida de los venezolanos, lo importante es hacerlo realidad.

No tengo ninguna duda que, en función de hacer realidad el legado de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, es imprescindible construir un nuevo Estado. El cual, para que sea correspondiente con el modelo de democracia participativa y protagónica, para conferirle al pueblo venezolano su condición de sujeto, de principal actor ejecutante, tiene que partir de la edificación de un nuevo sistema de organización de él. Convencidos estamos, asimismo, que la COMUNA, constituye el núcleo fundamental del mismo.

Pero, ¿cuál comuna? No hablamos de la comuna que nos define el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, quienes la consideran un: "1. Grupo de personas que viven juntas sin someterse a las normas sociales establecidas. 2. Forma de organización social y económica basada en la propiedad colectiva y en la eliminación de los tradicionales valores familiares". O, como la definen otros: "Una subdivisión territorial de un área urbana que permite desconcentrar la administración municipal. Una instancia de organización territorial y participación local que intermedia entre estructuras superiores e inferiores". Hay, igualmente, quienes la definen como: "una subdivisión administrativa menor que corresponde a una zona urbana, rural o mixta. Es equivalente al municipio o concejo u otras instancias de administración local. El origen del nombre y función proviene de las comunas urbanas de la Edad Media, época en la cual era la designación de las ciudades italianas independientes de un señor feudal". Existen también, quienes desde el universo de la izquierda, cuando hablan de la comuna, lo hacen estableciendo un parangón con la Comuna de París. Con inusitada pasión citan los escritos de Marx sobre la Guerra Civil de Francia, 1871; el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte; y, por supuesto, el texto sobre La Comuna de París, no se dan cuenta que somos realidades distintas.

Como se comprenderá, por razones de espacio, no puedo desarrollar una discusión sobre el sentido de estas consideraciones. Solo diré que, algunas de las características y variables señaladas, están presentes en la comuna; pero, la comuna que nosotros estamos proponiendo para la construcción del Socialismo Bolivariano es mucho más que estas.

A pesar de esta limitación, considero indispensable hacer mención a los aportes legados por Kleber Ramírez, quien frente a la superación del Estado burgués propuso lo que denominó como "Estado Comunero". Propuesta que le otorgaba a la comuna el rol fundamental de unidad fundacional para la conformación del Estado socialista. Idea que fue tomando cuerpo, la cual, el Presidente Hugo Chávez desarrollo y, producto de sus reflexiones, lo condujo a plantear la edificación del Estado Comunal. Y, es que los propósitos de la comuna son diversos. Tal vez pudiéramos señalar algunos de ellos, corriendo el riesgo de dejar por fuera otros, de tanta importancia como los que nos permitimos enunciar.

La comuna tiene como propósito fundamental la edificación de un nuevo Estado, el Estado comunal. Para hacerlo realidad debe profundizarse la promoción, el impulso y desarrollo de la participación protagónica y corresponsable del pueblo venezolano. El pueblo, como sujeto fundamental de su estructuración tendrá la responsabilidad de ser el principal ejecutor de las políticas sociales que, a través de los órganos de la administración pública, sea requerido para su realización en beneficio de la comunidad. La comuna será, de tal manera, la "célula" de organización del pueblo en la conformación y ejercicio del autogobierno. Será, asimismo, el órgano en donde se elaboraran y decidirá la planificación de los planes y programas para el desarrollo social y económico, la formulación de proyectos, la elaboración y ejecución presupuestaria, la administración y gestión de las competencias y servicios que conforme al proceso de descentralización, le sean transferidos, así como la construcción de un sistema de producción, distribución, intercambio y consumo de propiedad social, y la disposición de medios alternativos de justicia para la convivencia y la paz comunal, como tránsito hacia la sociedad socialista, democrática, de equidad y justicia social.​

Es por ello que, a partir de la COMUNA:

  1. Se generará el diseño y descripción del sistema de ciudades y organización social del espacio geográfico de los estados y el país, con un horizonte de mediano y largo plazo.

  2. Se crearán las condiciones para la elaboración de los lineamientos para recrear el sistema de ciudades y organización sociogeográfica de la nación, articulado a la nueva geopolítica nacional, de acuerdo con sus cuatro fachadas; así como, articular los ejes estratégicos de desarrollo nacional en el modelo socioproductivo sustentable, endógeno, humanista, sostenible, diversificado e incluyente.

  3. Se generarán las políticas y acciones que permitan rediseñar el sistema de ciudades y la organización social de la ciudad, con la finalidad de crear una comunidad con equidad social y económica.

  4. Se logrará el fortalecimiento de la ciudad, el estado y el país, de manera integral, con base a un nuevo ordenamiento del territorio. Su fortalecimiento socioestratégico, con base a lo establecido en el Plan de la Patria y el Programa de las Siete Transformaciones (7T).

  5. Se logrará orientar la promoción de la ocupación del territorio, el aprovechamiento de sus recursos disponibles y la localización de las actividades productivas de tal forma que coadyuven en el fortalecimiento de infraestructuras y servicios acordes con sus potencialidades, las del estado y la nación.

  6. A partir de las comunas, se promoverá el desarrollo integral ecosocialista, el bienestar social colectivo y la creación y consolidación del autogobierno para el ejercicio del poder popular.

  7. La incorporación del pueblo, de manera protagónica y corresponsable, al proceso de transformación, creación y desarrollo de un nuevo ordenamiento del territorio, como espacio humano, serán elementos auspiciosos en la construcción del Socialismo Bolivariano.

8 La promoción y desarrollo de una nueva organización integral de la ciudad, el municipio, el estado y el país, que incorpore de manera sustantiva las potencialidades y expresiones culturales de la comunidad, que permita a los "vecinos" asumir de manera protagónica y participativa la transformación de su entorno y hábitat para alcanzar el buen vivir, tanto individual como colectivo.

9 Desde la comuna será posible alcanzar el equilibrio ecológico como fundamento de un ambiente sano y seguro; así como, el respeto y valoración de las condiciones físico-naturales y ecológicas de la localidad, y su irradiación al municipio, el estado y el país.

10 El fortalecimiento del sistema de comunas permitirá equilibrar las relaciones campo-ciudad, el nuevo modelo socialista de ciudad y el ejercicio pleno del derecho a la ciudad para todos los habitantes.

Es en este marco que hablamos, entonces, de la otra ciudad. Distinta a la ciudad tradicional que "la cotidianidad, la vorágine y la superposición del espacio y el tiempo terminan diluyendo". Otra ciudad que debemos imaginar juntando nuevas miradas que den cuenta de las realidades urbanas, desde una perspectiva integral. Se trata de una definición que concibe a la ciudad como una superación de la clásica conceptualización "organicista, mecanicista y funcionalista"; que concibe el espacio multidimensionalmente; como una construcción social, económica, política y cultural; que redimensiona el concepto de lugar, visto como un espacio en donde la acción humana es acción social. Es pues, una ciudad en donde, para decirlo con palabras de Patrick Süskind: "… los olores de los barrios, de las calles, de las plazas", sean percibidos por sus habitantes. Es esa ciudad-comunal, ciudad-pueblo la que debemos edificar.

Pero, la comuna, es –asimismo- un escenario en donde se encuentran los más profundos sentimientos de afecto, fraternidad y solidaridad de quienes la conforman. Debe tenerse presente que, los seres humanos en su relacionamiento con los demás seres humanos y con la naturaleza, en su vida social, han logrado crear una variedad infinita de "objetos sensibles". En su trashumancia ha logrado dotarse de una imaginación "inimaginable" e inagotable. Aprendió a vivir su vida y a transformarla, desde su real parecer.

Pero, apareció la modernidad occidental capitalista y todo lo transformó. La relación entre yo y mi mundo, fue sustituida por una relación entre yo y otro mundo. Transición ésta que no era casual. La relación con su mundo lo inducía a pensar su vida en él. A saber, cómo se había formado y de qué estaba hecho. Pero, sobre todo, a conocer cuál era la importancia de su mundo. Y ese conocimiento podía adquirirlo a través del sentido común. La imagen de la vida vivida, dejo de ser su realidad. Su nueva realidad fue convertida en una formula intelectual abstracta. El concepto sustituyó el sueño y, con ello, la esperanza. El conocimiento sensible fue sustituido por una "niebla conceptual", la cual se apoderó de su ser.

Necesario es, devolverle al sentido común su razón de ser, como fuente del conocimiento sensible de nosotros mismos y del entorno en el cual trascurren nuestras vidas. Necesario es, devolverle su condición de creador de conciencia, para pensar la vida como convivencia humana entre humanos. Consideraciones estas que nos permiten afirmar que el afecto, la fraternidad y la solidaridad constituyen, para el "poder del pueblo" y la "soberanía popular", una manifestación de identidad, un principio fundamental en las acciones humanas.

Tal vez, ello se debe a que -para la construcción del Pueblo- hay que romper con una gramática y una forma de pensar raizalmente anclada en valores del pasado, a los cuales –ciertos sectores- han sido y son muy refractarios; imaginar una nueva forma de pensar la sociedad; hacer de los principios de justicia social, equidad, igualdad, libertad, fraternidad, felicidad y solidaridad derechos humanos; hacer de la democracia una forma de vida y no solo un sistema político, en donde, las demandas de seguridad y protección del pueblo, estén garantizadas. Por tanto, los afectos, la fraternidad y la solidaridad no pueden ser considerados solo como sentimientos personales; debemos hacer de ellos, referentes a partir de los cuales podemos construir una nueva identidad política.

El Pueblo, como sujeto social, trasciende el concepto de ciudadanía. La comuna es, en ese sentido, un modelo de organización de la sociedad vivo y activo. En él se establece un relacionamiento entre líder y pueblo no autoritario. Porque, la institucionalización del poder no se establece a partir de una sustitución del pueblo, sino de una relación de representación. Y es que, en un sistema socialista, representación y participación no son contrarios, sino complementarios. La participación no niega la representación; ya que, a partir de ella, se establecen las funciones, alcances y limitaciones, que definen la identidad de los sujetos políticos.

Es por ello que, el fraguado de un imaginario político de nuevo tipo, que tenga como objetivo la construcción de una voluntad política colectiva, es necesario. Y es que, en éste tiempo, en que avanzamos hacia la edificación de un nuevo orden mundial, de un mundo multipolar, en que se avanza hacia la edificación de una nueva civilización que trascienda los marcos de los sistemas sociales que han existido, el acto político ha adquirido un sentido distinto. Pero, la construcción de esa voluntad colectiva solo es posible de fraguar si logramos definir quiénes son sus adversarios; al que, no hay que despreciar ni minimizar.

Pues bien, es en este orden de ideas que le conferimos a los afectos, a la fraternidad y a la solidaridad, una nueva dimensión. La que asumimos a partir de lo que Gramsci definía como una profunda "reforma intelectual y moral"; sustentada, en nuestro parecer, en los más caros principios éticos del humanismo.

La comuna es, por tanto, la forma de organización social, política, económica y cultural a partir de la cual el pueblo, como comunidad, puede hacer realidad su condición de sujeto de la sociedad.

Tiene pertinencia cerrar esta reflexión sobre la comuna, recordando algunas opiniones del Presidente Hugo Chávez cuando dijo: "… urge abrir el debate profundo, irreverente y sincero en torno a los mecanismos necesarios para transitar hacia el Estado Comunal como forma de superación del Estado Burgués". "Tenemos que ir marchando hacia la conformación de un estado comunal, y el viejo estado burgués, que todavía vive, que está vivito y coleando, tenemos que irlo desmontando progresivamente mientras vamos levantando al estado comunal, el estado socialista, el estado bolivariano; un estado que esté en condiciones y en capacidad de conducir una revolución". "Casi todos los estados nacieron para detener revoluciones, vaya que reto el nuestro, convertir al viejo estado contrarrevolucionario en un estado revolucionario".

Es por ello que, convencido de la importancia del pueblo como sujeto histórico de la sociedad, hizo suyas las palabras de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar, cuando dijo: "… nada es tan conforme con las doctrinas populares, como el consultar a la nación en masa sobre los puntos capitales en que se fundan los estados, las leyes fundamentales y el magistrado supremo. Todos los particulares están sujetos al error o a la seducción, pero no así el pueblo, que posee en grado eminente la conciencia de su bien y la medida de su independencia. De este modo, su juicio es puro, su voluntad fuerte y por consiguiente, nadie puede corromperlo, ni menos intimidarlo. Yo tengo pruebas irrefragables, del tino del pueblo en las grandes resoluciones, y por eso es que siempre he preferido sus opiniones a las opiniones de los sabios…".



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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