Aprovechando el cambio climático

Hay quienes niegan el cambio climático, cuando resulta evidente, porque se ha dado siempre en mayor o menor medida; de ahí que sea innecesario entrar en controversias. La cuestión sería encontrar al responsable de ese cambio, y los entendidos en la materia es posible que tengan la respuesta, pero se la callan. Sin embargo, al profano le basta con mirar al sol y sus efectos sobre la tierra para llegar a considerar que ahora parece ser el responsable de este calentamiento desmesurado considerado la anomalía de turno que, aunque no es nada nuevo solo algo coyuntural, puede seguir en aumento. En todo caso, habría que preguntarle a él directamente la causa del problema, y para eso está la ciencia con sus medios..

Aprovechando lo que llaman el cambio climático o, si se quiere, la mayor actividad solar y sus efectos, los más aventajados explotan la situación convirtiéndola en negocio. Para eso están los mercaderes de clase que dominan el mundo con sus dineros. No les basta el petróleo, hay que extender esta nueva rama del negocio explotando otro campo de actividad económica. La ampliación del negocio en su faceta más conocida que, en unos casos, está en montar paneles solares o, aprovecharse del viento, en otros, se orienta, sobre todo, a producir vehículos eléctricos. El argumento es razonable si se mira al problema de la contaminación atmosférica, aunque al negocio le resulte indiferente. Modernizar los medios de transporte, por ejemplo, aparcando la contaminación más llamativa, sirve para ganar puntos y justificar el invento, seguido de la imposición del nuevo negocio, ante los consumidores. Todo diseñado para que paguen más de lo que pagaban, a cambio de embarcarse en la nave del progreso. A la vista de la ciudadanía, lo del negocio del cambio climático se queda en los automóviles que no meten ruido ni echan humo. Entusiasmados, la publicidad aprovecha para animar a comprarlos, aunque sean más caros; mientras los mercaderes se frotan las manos.

En el campo del negocio político este asunto ha pasado a ser un elemento de propaganda con fines electorales, en definitiva, tener algo que contar para tratar de ganar votos, especialmente en el campo del progresismo. Dando a entender que hay que hacer algo, aunque en la práctica sea poca cosa, pero lo cierto es que suena bien y atrae a las gentes. Cotizando al alza .junto a la propaganda con fines electoralistas para agarrarse al poder, está lo de mandar, es decir sacar leyes en abundancia, invocando lo del cambio como un instrumento más para reforzar su poder sobre las masas, ayudar a vender a los amiguetes del negocio comercial y, ante todo, buscando el interés de la sociedad y el suyo propio. Al amparo del cambio climático, los gobernantes se han acordado de la contaminación y de los consabidos desastres naturales, pero solamente con vistas al negocio de sus patrones. Tampoco olvidan a los suyos y establecen zonas en las ciudades por donde, salvo lo eléctrico, nada circula. A tal fin, se pintan las calles con rayas en el asfalto, asientan señales prohibitivas y se colocan artilugios para cazar al furtivo al volante. Como hay muchos, el negocio prospera. Pero, sobre todo, es una muestra de autoridad, dejando claro a la gente el que manda.

Como un negocio más del espectáculo que anima el panorama del momento quedan en pie los apóstoles del cambio climático, que en este caso tratan de vender doctrina. Hasta ahora pura palabrería ideológica que va más allá de lo razonable, pero que se vende como verdad doctrinal, atando a las gentes a una creencia de la que pasan a ser los líderes, todo con fines de ganar poder.



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Antonio Lorca Siero

Escritor y ensayista. Jurista de profesión. Doctor en Derecho y Licenciado en Filosofía. Articulista crítico sobre temas políticos, económicos y sociales. Autor de más de una veintena de libros, entre los que pueden citarse: Aspectos de la crisis del Estado de Derecho (1994), Las Cortes Constituyentes y la Constitución de 1869 (1995), El capitalismo como ideología (2016) o El totalitarismo capitalista (2019).

 anmalosi@hotmail.es

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