Asesinos, violadores y ladrones al parlamento ¡Válgame Dios!

La oposición venezolana (si a eso puede llamarse oposición) se hunde cada
vez más en el lodazal de la desvergüenza, la inmoralidad y el irrespeto a
la ley. Ahora pretenden aprovechar la fortaleza electoral que pudieran
tener en algunos circuitos, para tratar de imponerle a todo el país unos
delincuentes y asesinos como diputados.

¡Que manera tan descarada de pretender violar la ley!

Que un asesino despiadado como Sánchez Mazuco se convierta en diputado,
para con ello evadir la sentencia que le fue impuesta por un tribunal, es
un despropósito que describe bastante bien como piensa y actúa la derecha
venezolana y cuanta inmoralidad heredaron de los jerarcas de Acción
Democrática y Copei que se adueñaron de este país en el siglo pasado.

Es esta posición, la mejor demostración de que la derecha venezolana no
tiene ningún interés en la lucha contra la corrupción, la impunidad y la
violación de los derechos humanos, y mucho menos si los corruptos y
delincuentes proceden de sus filas.

Sus constantes peroratas y denuncias no son más que campañas diseñadas en
los medios de comunicación, para intentar desprestigiar al gobierno
venezolano y sus instituciones, pero basta conque el acusado sea un
opositor, para que se lancen en su defensa, sin prestar atención a
pruebas, evidencias y testigos… si es opositor es inocente y perseguido
político.

De permitirse que asesinos y estafadores condenados sean candidatos a
diputados, estaríamos decretando la impunidad absoluta para los delitos
cometidos por políticos de oficio.

Todos podrían dedicarse a robar, asesinar y a violar, pues en caso de ser
detenidos y procesados bastaría con que sus compañeros de tolda lo
postularan, en un puesto salidor, en las próximas elecciones para burlar
la justicia.

Ese es el pensamiento que orienta la acción política de la derecha y al
cual debe el pueblo venezolano salirle al paso.

En la cuarta las tribus eran garantía de impunidad y los pocos juicios a
que eran sometidos algunos dirigentes adecos o copeyanos expiraban sin
que se tomara decisión alguna. Esa es su visión de la política y de la
vida, no pueden actuar de otra manera. Lo de ellos es la solidaridad
automática, la artimaña, la trampa.

La justicia que le gusta es la de magistrados que con descaro deciden que
un golpe de Estado es un vacío de poder y el secuestro de un presidente
es un acto preñado de buenas intenciones.

En la quinta pretenden continuar con su parranda de inmoralidad, apoyados
por unos medios tan o más inmorales que aquellos adecos de la vieja
guardia, pero no pasarán.
Asesinos, estafadores, calumniadores, ladrones, violadores no pueden ir a
la asamblea nacional aunque tengan el respaldo de una buena parte de la
población. La justicia no es cuestión de votos y el lugar de esos oscuros
personajes es la cárcel y no el parlamento.


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Alexis Arellano


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