Los apátridas

El balance de las acciones públicas de la oposición fascista desde el 27-05 permite constatar que han fracasado una vez más. Primero fueron las marchas de estudiantes comandadas por líderes teledirigidos, para protestar porque disfrutan de una libertad que les permite expresarse y manifestar como lo hacen, bajo cuidado policial. Luego vino el empeño fallido, de conectar esas demostraciones con el descontento de un sector del gremio del transporte, temeroso de que el mejoramiento del servicio de autobuses para los estudiantes afecte sus ingresos. Hace un par de días fue el show de Baltasar Garzón y sus chicas de franelas blancas, que piden libertad y un SOS al imperio… por la TV. Y aunque para hoy está previsto otro performance del grupo estudiantil, parece evidente que tal recurso se agota, a menos que pretendan sacrificar sus vacaciones escolares.

Uno de los objetivos parciales de la agitación derechista es impedir la realización de La Copa América en represalia por el caso de RCTV. Sin embargo, la inauguración del nuevo viaducto de la autopista Caracas-La Guaira (ejecutado en tiempo record), la conclusión de las obras pendientes en los estadios del evento, y el ambiente festivo que se percibe en la mayor parte de la población, asoman otra derrota para ellos. A los nacidos aquí por casualidad o a los que adquirieron la nacionalidad por conveniencia, no les importa que se trate del encuentro deportivo más importante jamás realizado en el país, y menos les interesa que gane la vinotinto. Su objetivo es que nos invadan los gringos cuanto antes, para retraernos a la época de los adecos.

Como no pueden evitar el evento futbolístico, tratarán de emplearlo para atacar al gobierno y mostrar al mundo su desespero por el éxito de la “dictadura chavista”. Burlar los anillos de seguridad que exige la FIFA no es difícil, para quienes cuentan con enormes recursos económicos y deben haber comprado muchísimas entradas para todos los juegos, a fin de usarlos con fines propagandísticos. Hay que entender que de alguna forma deben justificar los dólares que reciben del norte. Por eso, debemos prepararnos para ver y escuchar por televisión a grupos de oposicionistas con franelas blancas, con pancartas contra el régimen, soltando globitos subversivos, escribiendo la palabra SOS con sus cuerpos, portando banderas invertidas, antorchas y capuchas blancas, cantando sus slogans de “ni un paso atrás” , “y va a caer”, etc. Esos grupos estarán conformados no por fanáticos del balompié sino por fanáticos políticos de la derecha más recalcitrante, que ante los errores continuos de la dirigencia opositora clásica, han pasado a ser la vanguardia contra Chávez.

A pesar de que son muy predecibles, los opositores encierran entre si muchas contradicciones. Así como aprovechan los precios de MERCAL, las tarifas de CONVIASA y contratan con el Estado en negocios millonarios, disfrutarán bajo protesta un modernísimo viaducto y gritarán sus consignas en estadios impecables, construidos por el gobierno que rechazan. ¿Qué sentirán en el fondo? ¿Impotencia? ¿Envidia? ¿Miedo de declararse abiertamente como defensores de las ideas más retrógradas y racistas? Deberían seguir el ejemplo de Le Pen en Francia y organizarse como partido fascista. Eso los haría más auténticos.

En el menú de Washington se prevé la marcha de los periodistas de varios medios privados para el día 27-06, justamente a un mes del deceso de RCTV y con la excusa del día del comunicador social. A ellos se sumarán los ya consagrados grupos estudiantiles conservadores, seguramente algunos curas y monjas, y un sector del magisterio. Como el nuestro es el país donde más se respeta la libertad de todos, podrán desfilar y gritar hasta el cansancio. En una democracia verdadera el poder se conquista con el apoyo popular y no con golpes mediáticos.


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Douglas Marín


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