El Vampiro Ledezma "vuela" como un morrocoy

A propósito del inefable Vampiro Ledezma, no obstante es preciso decir algo de él por ser notable dentro del espectro opositor, o uno corre el riesgo de perderse este pote.

Estando preso, dado sus comprobados crímenes, Ese Vampiro se la pasaba llorando para que lo llevaran al médico, y así se hizo, se le llevó al médico oportunamente para que éste le hiciese un examen preliminar acerca de su dolencia pero ésta al parecer se le hizo demasiado recurrente, a tal punto que de una vez al mes pasó a ser una vez por semana y la cosa fue en aumento hasta que su necesidad se hizo diaria, se hizo un vicio, y el vicioso Vampiro fue complacido pero la cosa llegó a tal punto que las autoridades judiciales y penitenciarias determinaron que lo mejor era mandarlo a su casa a cumplir el resto de la pena, obvio, para ver si se curaba del vicio y retomaba la seriedad, es decir, se saliese de ese vicio.

El final de la película es desconocido puesto que se trata de una cuestión interna del "partido", pero eso es lo de menos.

Eso me hace recordar una anécdota contada por Pablo Picasso, a quien siendo niño, su madre le expresó que "si te haces soldado, llegarás a general; si te haces cura, llegarás a Papa,..." -refiere el artista y prosigue con que - "yo quería ser pintor y llegué a Picasso".

Al respecto es de recordar que su nombre de pila fue Pablo Ruiz Picasso pero se consagró simplemente como tal Picasso.

Pero, ¿a qué viene a colación una cosa con otra, qué tiene que ver la referencia del artista con lo del Vampiro?, ah, se trata de un famoso cuadro, "La vida", en el que Picasso consagra al entonces jovencísimo también pintor Carles Casagemas, quien decepcionado de un amor imposible, se suicidó en la mesa de un bar, rodeado de amigos y de botellas de vino, de ahí que a posteriori le nace al pintor la idea de hacerle un homenaje al amigo muerto y lo plasma en un cuadro en el que resalta la postura del dedo acusador de Casagemas; y eso evoca al dedo de San Juan e igual al dedo del Doctor Lupa, dedos famosos, dedos acusadores.

Al parecer el Vampiro ha sido visto en las tascas de Madrid rodeado de amigos y libando exquisitos vinos no al alcance de la la gente pobre sino de gente ricachona, ¿y, de donde saca Ledezma tanto dinero para el derroche, para el lujo, para el boato, de donde lo saca, o acaso anda de chulo por España, a cuenta de qué o de quién?

Pero, eso no es todo, Ledezma se da el tupé de viajar a Nueva York y a Washington a despotricar contra Venezuela y para ello se arrastra, repta como un morrocoy o como una serpiente ante lo peorcito de esa casta perversa que pretende engullirse a Venezuela, Ledezma clama por sanciones contra el pueblo venezolano, ese mismo pueblo al que él mandó a ametrallar y a ahogar en sangre, cuando la IV República.

Ledezma, no obstante su vicio, un dedo acusador, está enamorado de la silla de Miraflores, un amor imposible para él, luego es de suponer que comete suicidio y el suicidio no es un acto de valor o de cobardía sino un acto de enajenación de la conciencia; también conocido como que se está loco’ e bolas.

!Llegar a Presidente es su sueño pero le falta el talento de Picasso!



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Guillermo Guzmán


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