Rosalito en su laberinto

Esa mañana Rosalito se levantó más temprano que el día anterior. Al levantarse lo primero que hizo fue dirigirse a la sala del baño. Se miró al espejo y sacó la lengua. Notó que la membrana mucosa del órgano musculoso estaba roja, como la boina de un militante del MVR.

-No hay que pedirle peras al horno, no creo en canto de ballenas, voy a mejorar la inseguridad, dijo ensimismado en voz baja. Sin embargo, sintió un duro estremecimiento en esa parte de la cabeza donde todos los humanos normales tienen ubicado el cerebro.

“No-hay-que-pedirle-peras-al-horno”, no-creo-en-cantos-de-ballenas, voy-a-mejorar-la-inseguridad, repitió perezosamente en un intento frustrado por dejar de percibir el vacío cerebral que lo agobiaba.

Luego de completar las tres frases volvió a mirarse la lengua y observó que en segundos se le había puesto más roja rojita que la franela de un militante del chavismo. “Esto es lo que me faltaba. Parece que, a dos semanas de las elecciones, los diez millones de votos ya van camino al buche”, pensó.

Imposibilitado de poder alterar su descompensación cerebral, Rosalito decidió cepillarse los dientes. De seguidas, se lavó la cara con jabón azul Las Llaves, pasó sus manos húmedas por el pelo. Luego se secó indolentemente la cara y se estiró suavemente la nariz. Al salir de la sala de baño, uno de sus asistentes le sirvió una taza de café con leche acompañada de una galleta de huevo que le enviaron los sindicalistas adecos del Zulia.

-¿Cuántos días faltan para la realización de las elecciones?, preguntó Rosalito con una voz que daba lástima.

-Como catorce días, respondió con voz soñolienta el joven ayudante.

-¡Vergación!, ¿tantos? ¿Será posible plantearle al CNE adelantar las elecciones?, profirió Rosalito.

-¿Para que fecha queréis anticipar las elecciones?

-De ser posible, que se efectúen el 18 de noviembre, día de La Chinita.

-¿Cuál es el apuro que tenéis?

-Quiero que esta lavativa termine lo más rápido posible. Estoy cansado y me siento fuera de mi ambiente. Lo mío es Maracaibo para estar al lado de Henry López Sisco comiéndome un buen churrasco de ternera con chorizos, yuca y queso palmita. ¡Qué vaina tan vergataria!

-Por qué no habláis con Petkoff para que le plantee a Tibisay Lucena que vos queréis que se adelanten las elecciones.

-No le digáis nada a Teodoro, porque ese tipo no se deja hablar. Se cree que es más inteligente que los demás y piensa que uno es cogío a lazo. A veces me dan ganas de convertirlo en una burusa política. Vamos a planteárselo a Borges, que ese si acata al pie de la letra lo que yo digo.

-Recordá que a las 11 de la mañana tenéis una caminata por los barrios de Monagas.

-Esa caminadera me tiene fastidiado. Me duelen las batatas de tanto caminar. Sin embargo, sigo sin verle el queso a la tostada, ya que las encuestadoras nacionales e internacionales más importantes afirman que Chávez me triplica en la preferencia del voto. El último palo cochinero me lo acaba de dar esa Universidad Complutense de Madrid al divulgar los resultados de una encuesta que arrojó un 60,7% de apoyo a Chávez. Definitivamente, nada ni nadie me salvará de que los chavistas me metan más de 10 millones de votos por el buche. Lo preocupante de perder las elecciones, es que no podré evitar la mamadera de gallo de los buhoneros del Mercado Las Pulgas y de los chóferes de las líneas de carritos por puestos de Maracaibo.

-Manuel, ¿qué te pasa? Después que te embullaste como candidato presidencial, ahora te vais a poner a recular.

-No son quejaderas, ni otras burusas electoreras. Sólo estoy hablando del mollejeición que me espera si Chávez logra repetir. Ya veo a los oficialistas del Zulia pidiendo que me lleven preso a la cárcel de Sabaneta, -afirmó, mientras masticaba el último pedazo de la galleta de huevo.

Rosalito se pasó la toalla por la boca, y recordó el día que los canales de televisión lo grabaron limpiándose los labios, después de besar a la mujer que sirve de imagen de la tarjeta “Mi Negra”. “Eso y calificar de parásitos a los chavistas, me terminó de enterrar electoralmente”, pensó.

-Así perdáis por paliza, que es lo más seguro, esta campaña electoral te servirá de experiencia para que en el año 2021 te volváis a lanzar como candidato presidencial.

-¿Qué te pasa? Vos como que sois el ingenuo más grande de Venezuela. Acaso se te olvidó que, según el acuerdo político, yo soy candidato de la oposición en el 2006 y Julio Borges en el 2013.

-Ahora que tu candidatura entró en un laberinto, ¿sigues o te retiráis?, preguntó el ayudante.

-Ganas de dejar abandonado todo esto, es lo que tengo de sobra. Por eso, es que reactivé mediáticamente la campaña contra las maquinitas cazahuellas.

-Me perdonáis que te critique, pero lo correcto es decir máquinas captahuellas.

-¡A la jaiba! No pongáis en mi boca, lo que yo jamás he dicho.

-Manuel, vos dijiste que ganabas y cobrabas.

-Olvídate de esa burusa electorera. Estando disminuido, como es mi caso, ¿quién va a creer en cantos de ballenas?

vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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