Omar Estacio y Velasquez Alvaray

Su parecido es extraordinario. Bueno, no tanto, Velázquez se fue del país con los billetes y Omar se quedó (intituo personae), sus billetes están fuera. Resultó el titiritero más corrupto en la historia del Consejo de la Judicatura. En aquel entonces, que Omar se empeña en ocultar (teoría del gato, echarle tierrita a sus excrementos, pero como se sabe sigue despidiendo mal olor) manejaba a los jueces a su antojo. Su cuenta bancaria por “favores tribunalicios” se incrementó en forma gigantesca. Pasatiempo gozoso de sus desvelos, disfrutaba el abate en escribir cartas, proclamas, discursos, decretos y versitos a Carlos Andrés Pérez (su primer mentor) y a Alfaro Ucero (su segundo mentor). Si en este gobierno chavista hay uno que otro personaje que se pasa de “jalajala”, las loas de Omarcito (como le decía Alfaro por su tamaño) la pasión felpuda que mostraba este personaje de marras con el llamado caudillo era por decir lo menos ¡repudiable! Si se habla de la crisis sempiterna del Banco Industrial de Venezuela, de los dineros perdidos, de préstamos que aparecían sin garantías, de créditos sin documentación, de cuentas incobrables, de remates indeseables de bienes a favor de testaferros, pero igualmente de “favores crediticios” a la rosca corrupta de AD y COPEI, no podemos olvidar a Omarcito (supongo que la fulana banda de los enanos que ahora tiene tanta fama fue fundada por Omar Estacio) Allí sus cuentas engordaron sabroso. Sus actuaciones como abogado pueden claramente ser reconocidas por el simple hecho de identificar su clientela y las causas que defiende. Cualquier jurisconsulto, principiante o avezado, conoce de su fama y sabe que la presencia de Omarcito es un signo adicional de culpabilidad. Un elemento incriminatorio. Su pasantía por el Centro Simón Bolívar es para dejar pálido a cualquiera. Años y años y años, después de su presidencia, el hueco presupuestario, la pérdida patrimonial, la contratación a amigos, conocidos, parientes y amantes, lo erigen como un monumento al vicio, muy por encima de las siguientes administraciones que a pesar de haber sido dilapidadoras, fracasadas y corruptas no se comparan pero ni de vaina con la obra patriótica de Omarcito. Allí practicaba los “favores contractuales" Siguió la cuenta bancaria engorda que engorda. ¡Que gallardo hombre de la administración! Entre los favores tribunalicios, los favores crediticios y los favores contractuales se encuentra la mejor argumentación del porqué de su éxito financiero. Un poco más torvo es su cobardía como autor de infames escritos con el seudónimo de Carrusel y Quirófano en el pasquín La Razón. Dicen sus amigos que en sus años de mozalbete era un parroquiano sencillo y en su estadía originaria como abogado solía pasear en un volkswagen, verde, que con cierto uso encontró su fin cuando Omarcito descubrió el poder del “favor patrio” Pregunte ahora cuántos y cuales automóviles pasean su humilde humanidad. Es el mejor ejemplo de la escuela de Carlos Andrés Pérez, a quien por cierto traicionó abandonándolo como su abogado cuando lo enjuiciaron. Igualmente lo hizo con Alfaro Ucero a quien igualmente abandonó a su suerte cuando el llamado caudillo adeco entró en desgracia. De criticar a Omarcito, lo podemos hacer de varias maneras, pero de que tiene poca memoria hacia sus amigos cuando las desgracias le llegan, de eso, ni hablar, es el mejor experto, tiene fama internacional y legendaria. Y de anonimato y cobardía sacúdetelo. Ahora es abogado de Manuel Rosales. Permítanme amigos lectores una pregunta ¿Qué creen que Omarcito hará si Rosales no llega a la presidencia? Anjá. Adivinaron. Pitihuye. Hay una vieja profesión practicada sobre todo en la Avenida Libertador de Caracas en la que Omarcito es un experto. No puede ver un candidato, una oportunidad, un chance que no lo aproveche para el engorde de sus hinchados ahorros y para declararle su fidelidad eterna. En junio del 1998 en un acto de los abogados con Alfaro, Omarcito se derritió, literalmente, en elogios y exclamó “Sólo una bala de máuser (frase tomada en préstamo de Rómulo Gallegos) podrá detener a este prócer de salvar a la República de la barbarie. Nunca olvidaré de donde vengo y de mi compromiso eterno con Luís Alfaro Ucero” ¡Sorpresas te da la vida! Una buena lanza para Omarcito.

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Eduardo Semtei Alvarado


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