Ciertamente amigo lector ¿Qué tienen en común el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y la Organización de las Naciones Unidas? Es simple. En cada una de ellas el poder de los Estados Unidos de América se evidencia en cada esquina. Veamos cada uno de ellos por separado. Antes, permítanme por favor una inferencia. En la batalla por la silla latinoamericana en el Consejo de Seguridad de la ONU, es cierto que Venezuela no ha ganado….por ahora…pero una verdad aún superior es que USA tampoco ha ganado. Todo el poder económico, financiero, político, militar de los Estados Unidos ha sido insuficiente para derrotarnos. El asunto no es que Venezuela no haya alcanzado el puesto en disputa, el asunto amigos míos, es que Bush y todo su entorno mundial no han podido imponer su hegemonía tradicional. ¡Su fuerza descomunal se ha resquebrajado! Hay 77 países apoyando incondicionalmente a la Patria de Bolívar. Mediten por un segundo, desde la desaparición de la Unión Soviética ningún país había confrontado, como nosotros, una batalla por cada centímetro de terreno contra el coloso del norte. Desde esa época, USA había hecho de su voluntad una ley planetaria. Venezuela la acabó. No han podido imponer su criterio, su ofensiva. USA, Australia, Inglaterra, Francia, Holanda, Canadá, Alemania, Japón y España, con todo ese poder ciclópeo que representan no han podido arrodillar a nuestra nación. Eso es motivo de orgullo. Lástima por aquellos infames celebrantes que Venezuela pierda en baseball, o quede rezagada en las olimpíadas, o que se alegren que Miguel Cabrera hubiese perdido el campeonato de bateo en razón que le regaló un bate a Chávez. Que triste y despreciable es, quién se pavonea por las fallas de su país y brinda gozoso por la derrota de sus coterráneos en cualquier campo. Pero volvamos al principio. El Fondo Monetario Internacional tiene 143 miembros. De los cuales, como se ha evidenciado en la guerra por la vacante del Consejo de Seguridad, USA tiene 100 seguidores fieles como alfombras. Quiero decir que el poder de las 50 estrellas impone en el FMI lo que le viene en gana. Impuso el neoliberalismo y la política de “shock” aberración que significó más de 10.000 vidas sólo en nuestro país. En el mundo fueron miles los sacrificados cuando protestaron contra una privatización infame y desproporcionada. En cuanto al Banco Mundial, en sus dos departamentos, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento ( y que para el sector público) y la Agencia Internacional de Fomento (y que para el sector privado), tiene los mismos miembros que el FMI, 143. Allí se aplica la misma cartilla. USA ordena, pone, decide, aprueba, niega, recomienda, modifica, anula, veta, en fin. Lo que le venga en gana. Tiene, debo recordar, 100 votos amarrados. Cuando el FMI y el BM se ponen de acuerdo para arrinconar a una país, a un gobierno, se llama eufemísticamente “El Consenso de Washington” El último de los organismos que quiero examinar es la Organización Mundial de Comercio, tiene unos 149 miembros, la misma miasma, el Bush tiene 100 votos a su favor, que maneja con displicencia, con mano de hierro, con caradurísmo. USA despreció a la OMC cuando se negó a eliminar los subsidios a sus agricultores. En el FMI, en el BM y el la OMC se vota bien por membresía o bien por poder económico, (mayoría simple) en todos esos, nuestros opositores norteños tienen más de 50%. Ah, pero en el Consejo de Seguridad de ONU, como en la OEA, como en el llamado ALCA el asunto es distinto. Cada país es un voto y hace falta mayoría calificada. Y en Latinoamérica, como en el mundo, Venezuela es una referencia. Un País con moral, con principios, con valores democráticos. Si de chequera se trata y acusan a Chávez de usarla; que torpes e inmorales son, al atribuirle al presidente venezolano precisamente la conducta sempiterna de los Estados Unidos en la compra de votos, apoyos y conciencias. No puedo dejar de señalar que nos apoyan Rusia, India, China, Brasil, Argentina, Pakistán, cuyas poblaciones son más del 75% de todo el globo terráqueo. ¡Decir que estamos solos y que perdimos es una estupidez inconmensurable! Somos una referencia mundial. Somos el heredero orgulloso, el obrero, el campesino tenaz, el seguidor fiel de la tradición de lucha contra la hegemonía. Somos la contraparte de un país acostumbrado a imponer su poder y sus candidatos. Somos la nueva referencia de la lucha por la paz, el respeto y la igualdad entre las naciones. No nos derrotaron en la OEA no nos derrotarán en la ONU.
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