La última declaración del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, es una vil amenaza contra Venezuela: "El referendo revocatorio debe ocurrir antes de fin de año"; consciente de su imposibilidad porque la recolección de firmas solicitantes será a finales de octubre y el tiempo no da. Además sabe que la MUD no podrá recoger 4 millones de ellas; con lo cual en su declaración, remató: "En Venezuela, hemos visto al gobierno apelar a tácticas represivas que violan la Constitución. Los presos políticos deben ser liberados. Los agresores han violado la Carta Democrática Interamericana."
Al respecto, el premonitor comentario de la agencia Associated Press: "De no prosperar las iniciativas diplomáticas inscritas en una potencial activación de la Carta Democrática, el Consejo Permanente tendría la autoridad de convocar a un periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General, la cual podría suspender a Venezuela de la OEA". ¿Qué viene después?, el Departamento de Estado de EEUU divulgando la supuesta "crisis humanitaria" en nuestro país y una ficticia imagen de violencia, caos y confrontación; dando pie a la invasión mercenaria de grupos rebeldes enmascarados como "opositores al régimen de Maduro", como hicieron en Siria hace cinco años.
Basta leer y oír las palabras de los opositores de Bashar al-Assad en el 2011; por ejemplo, las del muftí de la OTAN Yusuf al-Qaradaw en su programa La sharia y la vida con 40 millones de telespectadores, "pidiendo a sus seguidores que donen dinero y material a los rebeldes sirios para acabar con "Bashar al-Assad, el opresor". Las mismas que seguramente emitirán medios fascistas extranjeros, líderes de la MUD, comentaristas apátridas y traidores de la revolución bolivariana, cuando entremos en ese clima de violencia y muerte.
