Venezuela: ¿revocatorio o doctrina Sharp?

Es claro que el problema de fondo en Venezuela no es la revocatoria del plebiscito, éste derecho de la Constitución bolivariana Art. 72 “todos los cargos y magistratura de elección popular son revocables, una vez transcurrida la mitad del periodo para el cual fue elegido”.

Detrás de esta fachada opositora del reclamo, el plebiscito, pretende ser usado como instrumento de violencia destituyente, calentando las calles, generando mal humor social e intentando romper la institucionalidad del país bolivariano.

En esta cruzada, bajo apariencia de un reclamo de estado de derecho, el golpismo se juega una de sus últimas cartas, intentando desestabilizar las relaciones de la sociedad venezolana, con la intención de provocar un estallido social y romper el hilo institucional; un clima de ingobernabilidad propicio a una salida al margen constitucional del país.

La MUD, dentro del estado de derecho, está obligada a acatar las decisiones del Consejo Nacional Electoral como única autoridad legal, con apego a la constitución y las leyes, es responsable del acto institucional en cuestión.

Para la ultraderecha el referendo es una excusa que permite oxigenar el relato destituyente y atacar la legitimidad del gobierno bajo la idea de que no existe solución al supuesto caos y crisis, mientras no se destituya a Maduro.

Este discurso pretende empujar la ira y el descontento de los venezolanos y  que esto  sirva a las  intenciones golpistas de la MUD. Provocar violencia, desmanes, agresión, actos vandálicos, delincuencia y crímenes generados por la usina del miedo y odio.

Este es el modus operandi del fascismo venezolano, obligan a sus socios en la MUD a que no acepten los ofrecimientos al dialogo que les hace Maduro y UNASUR, que contribuya a la paz de los venezolanos.

La derecha golpista ha probado todas las formas que pongan fin al proyecto bolivariano: golpe de estado, sabotaje petrolero, terrorismo, guarimbas, guerra económica, bloqueo financiero, campañas mediáticas y no pudieron.

La guerra anti pueblo no termino con la derrota del golpe del 11 A del 2002, el día 13 A, con más de 20 muertos. Las fuerzas destituyentes después de aquella ruptura institucional se mantuvieron intactas para nuevas operaciones, apañadas en ese momento por el tribunal supremo de justicia (fijémonos la catadura moral de la justicia en ese momento) el cual absolvió a los cinco oficiales jefes de la conspiración, “se habrán limitado a llenar un vacío de poder”, y la detención de Chávez el día del golpe, “preñadas de las mejores intenciones”(TSJ)

Después siguió el golpismo, fin del 2002- enero 2003, la paralización por 62 días de la industria petrolera incluido el transporte de petróleo y combustible. La producción bajo 3 millones de b/d a 25 mil. El gobierno se vio obligado a traer gasolina de otros países, como no se hacía desde 1943. El sabotaje le costó a los venezolanos 13370 millones de dólares.

Chávez intento negociar después del golpe con parte de los golpistas como gesto de reconciliación y de nada sirvió. La suerte de la Revolución se decidió dando la pelea junto al pueblo y las FFAA.

El esquema es el mismo: la vía violenta destituyente. En estos años más de 11 personas se electrocutaron en actos de sabotajes a torres eléctricas.

El jefe de la “salida” Leopoldo López está condenado a 14 años de prisión; el ex alcalde mayor de caracas, Ledesma, en ramo verde, está preso como jefe de una conspiración militar en 2015.

Estas prácticas fuera de los marcos democráticos, es la conducta permanente del ala dura de la MUD, las aventuras destituyentes como modo natural de saca y pone gobiernos. Es empujar los enfrentamientos entre venezolanos desconociendo el marco legal del país.

Propiciar condiciones cruentas, hechos descontrolados que en un determinado punto genere inseguridad e incertidumbre. El chavismo, Maduro y las organizaciones populares, pretenden no caer en estas provocaciones, es un esfuerzo enorme casi extremo, para no romper los marcos estrictos democráticos y favorecer a los provocadores.

El gobierno no se opone al plebiscito, por el contrario ha respetado el manejo del CNE, solo exige que se cumpla la normativa del mismo, que se haga efectivo el art. 72 de la Constitución.

Es una burla a Venezuela la carta de 15 países a la OEA, entrometiéndose en sus asuntos como país soberano. La carta a Luis Almagro exige que el país bolivariano convoque el referendo revocatorio, como si la constitución y las leyes fueran decorados.

El gobierno del presidente Maduro asegura plenamente la libertada de expresión, incluso la libertad extrema, como lo fue con Chávez. La Revolución es portadora de democracia y libertad y no necesita de la represión porque cuenta con el apoyo popular masivo de Venezuela.
Para la derecha la democracia es el respeto al poder político. Así gobernó el bipartidismo, repartiendo roles, reprimiendo, asesinando, ilegalizando la protesta y los reclamos sociales. En el caracazo-1989- asesinaron 3000 personas que reclamaban comida.

El libreto opositor para activar el referendo es un llamado al golpe contra Maduro. Es otra excusa para tensar las relaciones sociales y los enfrentamientos entre los venezolanos.

La MUD no es un movimiento capaz de gobernar .Son grupos articulados, muy heterogéneos, que no garantizan convocatoria, unidad, alternativa política ni mucho menos gobernabilidad. La MUD depende de la línea que le baja la Casa Blanca, además de los dólares para pagar voluntades.

Por esta razón los medios hegemónicos trabajan horas extras combatiendo al chavismo. De la mano de los “magnettos” venezolanos se reproduce el libreto de golpe blando. Los Capriles, López, Ledezma, Allup, Carina Machado, Borges, etc., actúan de empleados serviles de los intereses corporativos y de EEUU.

Esta cúpula opositora no garantiza nada a la burguesía pro-imperialista que pretende recuperar Venezuela porque es el chorro de petróleo para EEUU.

Dentro de la estrategia golpista está el paramilitarismo narco de Álvaro Uribe que propicia una invasión a Venezuela. Uribe opera con bandas armadas controlando la gasolina y los alimentos desde Colombia, además de secuestrar, asesinar y armar guarimbas junto al hampa común. Es una verdadera embestida reaccionaria que con el cuento del caos, autoritarismo, dictadura, plebiscito intenta llevarse puesta la gobernabilidad legítima bolivariana.

Es un libreto “caza bobo” direccionado a meter presión a la clase media, confundida, que aun le cuesta darse cuenta la finalidad última de los fascistas.

Los propiciadores de “ir por Maduro” es la misma gente de la IV Republica sinónimo de hambre, miseria y represión.
El chavismo llego al gobierno por agotamiento del bipartidismo adeco-copeyano y hoy el chavismo constituye la expresión insoslayable del país digno y el pueblo noble.

Venezuela bolivariana ha construido más de 1 millón de viviendas, cerca de 10 millones estudian y 3 millones son universitarios, los planes de barrio adentro aseguran la salud, las pensiones superan los 3 millones de beneficiarios , los Clap puerta a puerta distribuyen toneladas de alimentos, con guerra económica y caída del precio del crudo en 80% de su valor, la desocupación no pasa el 6 %, con una pobreza extrema solo del 5%, la inversión social es el corazón del proyecto bolivariano. Por eso la conciencia del pueblo venezolano no permitirá regresión al pasado ni un potencial gobierno opositor.

En las calles todos los días esta la respuesta, movilizaciones de trabajadores, estudiantes, campesinos, indígenas, jóvenes, mujeres que con fervor y valentía defienden su Revolución.

Por más que la derecha ha podido adueñarse de la Asamblea Nacional, circunstancialmente, no ha constituido opción de poder. Los intentos regresionistas del parlamento, leyes sobre la amnistía y la vivienda pública, rápidamente encontró el rechazo del gobierno, las calles y el Tribunal Supremo de Justicia. Cuando Ramos Allup pretendió usar el parlamento como poder paralelo al presidente en una guerra institucional, usurpo funciones y actuó al margen de la constitución. Allup se presento en la OEA junto con el ministro de Colonias, Almagro, para que apruebe la OEA la carta democrática. Fracaso. Además prometió destituir a Maduro en 6 meses.

Allup y su socio ocasional, Capriles, no pudieron plasmar sus objetivos destituyentes con todo y parlamento.
La democracia Venezolana es garante de la libertad y la vida digna de la gente, porque hay un pueblo vigilante, atento, presente en las calles, dispuesto a ir pa’lante con todas sus fuerzas por más duro que sea el camino.

El pueblo bolivariano está de pie, airoso de las dificultades con su sacrificio a delante, que es hijo de Chávez, el eterno de los tiempos, de la patria grande, de Cristina, Néstor, Evo, Correa, Mujica, Lula, Dilma y Maduro y esto late en el corazón de los venezolanos, ahora y siempre.

                                                                                                                             
                       Pedro_m44@yahoo.com.ar



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Pedro M. Alonso


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