Súmate: ¿qué hiciste papaíto?

La convocatoria a las elecciones primarias resultó para la empresa Súmate un “auto suicidio”, como lo expresaría un deslenguado y mal recordado ex presidente de la IV República. Dicho correctamente: resultó un harakiri. Cierto es que nadie políticamente decente podía esperar otro tipo de muerte para una empresa que siempre ha estado casada con el engaño, la estafa y la mentira. Súmate es una franquicia electoral que, después de eso que llamaron El Firmazo, intentó pagarle al CNE con el pagaré falso multimillonario de las firmas planas.

Una empresa que inventó el cuento de que en ese acto oposicionista se habían recogido 27 millones de rúbricas, cuando la población de Venezuela era de 24 millones de habitantes. Como siempre se ha caracterizado por tener más impaciencia que ideas para tomar el poder, la gente de Súmate firmó el 12 de abril de 2002 el decreto mediante el cual Pedro Carmona eliminaba los poderes públicos.

A pesar de sus alpaconescos antecedentes, Súmate también cometió el error de intentar ser al mismo tiempo político y banquero, o sea, meterse con el santo y con la limosna. Todos bien sabemos que Súmate está integrado por políticos de la derecha transnacional nacida y criada en el haras espikinglis del este de Caracas, pero que obedece órdenes de su guía y apóstol George W. Bush. Además Súmate es un banco of shore financiado con dólares marcados provenientes del National Endowment of Democracy y endosado por los halcones del Pentágono. Después que George W. Bush le realizara un exorcismo en la Sala Oval de la White House, María Corina Machado consideró que su alma pecadora de la anti democracia del 12A quedaba libre de culpas.

Mediáticamente le hicieron creer que era la madre Teresa de Calcuta, que curaba enfermos en la plaza Altamira y hacía milagros electorales en la oposición. "¡Amén!", gritaban al unísono la CD y la CEV. Por lo tanto, apuntalada y bendecida por el NED, Machado creyó que podía moverse entre el cielo y el purgatorio, haciendo largas y cómodas escalas en el infierno para llamar a la abstención desde las propias pailas ardientes y desatar los demonios de la desestabilización del país.

Lo que la CIA llama “democracia de rezo y oro”. Es decir, hablar de democracia y firmar el decreto del carmonazo, sin que le temblara el pulso. Además llamar al conteo manual de votos, pero confesar que necesita una plataforma tecnológica para efectuar las primarias. De tal manera, lo que era una trampa tendida para cazar inocentes, resultó una celada para la propia Súmate. En tiempos del Mundial de Fútbol y acatando órdenes de su director técnico del norte, la empresa Súmate se creyó el juez que podía imponer sus propias reglas y el campeón electoral. Igualmente, Súmate pensó que era el único que podía jugar en posición adelantada, que podía lanzar patadas, echar balonazos fuera, ganar tiempo y marear a los precandidatos. O sea, elegir fraudulentamente al candidato único de la oposición, pero luego sacarle tarjeta roja y llamar a la abstención en las elecciones del 3D.

Ante un juez con estos antecedentes cuestionados, ¿quién podía creer en unas elecciones organizadas por una empresa como Súmate? Ni siquiera la propia oposición. Ante el forfeit cantado por la propia empresa oposicionista, a la hinchada de la barra brava sólo le queda gritar: ¿Qué hiciste, papaíto? Le pagamos a María Corina Machado un aviso clasificado que diga: “Se vende empresa por motivo de viaje”.

Periodista
vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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