Nada más cercano a la infamia, a la degradación humana, espiritual y social, nada tan inescrupuloso y ofensivo, que la acción de la oposición de pretender establecer una ley de amnistía para una cáfila de asesinos, terroristas, fascistas y delincuentes que durante años han violentado el estamento constitucional y la paz de la ciudadanía con sus vanas pretensiones de acabar con la revolución bolivariana y chavista.

Unos 30 articulados, hechos a la espalda de un pueblo que les ha tolerado sus múltiples malcriadeces, y aprobada en la penumbra, viene a demostrar que la oposición que asumió la Asamblea Nacional sólo se ha dedicado a usar ese noble espacio para seguir manchando la dignidad de las grandes mayorías y del alma del pueblo venezolano que soñamos con la construcción de una sociedad vigorosa, equitativa, de mayor inclusión y justicia social.

Ya desde mucho antes del 11 de abril del 2002, esta oposición que se beneficia de los recursos del imperio norteamericano, ha inclinado sus esfuerzos al sabotaje, al terror, al fascismo y la muerte. Sus agresiones y delitos son inescrutables. Son reiteradas las acciones de un libreto oscuro que busca destrozar las esperanzas de un pueblo que levantó su voz desde aquel noviembre del 89 y que avivó la llama la madrugada del 04 de febrero del 92. La oposición ha sido iracunda y perversa, inclemente con los designios de los pobres y de las mayorías que fueron y son incluidas en las tantas y tantas oportunidades que ha consolidado este gobierno revolucionario.

Es por eso que estamos convencidos que jamás se promulgará una ley de amnesia, una ley de autoperdón, una ley de la infamia que busca burlarse de los familiares de las víctimas y de los terroristas que han hecho tanto daño, con su continua conspiración, a las familias venezolanas. Jamás en este país se instaurará la impunidad y anarquía porque un grupo de apátridas han pretendido y pretenden destrozar el país, antes de seguir viendo al pueblo y a los trabajadores dibujando los proyectos más sublimes para la sociedad. Esa ley tan repulsiva y oprobiosa es la justificación de los diputados de la oposición para avalar la maldad, la perversidad, el permiso supremo para matar al pobre, para llevar el dolor a quienes no les apoyen en sus designios demoníacos de asirse del poder político para poder entregar libremente los recursos a las grandes transnacionales de los hidrocarburos.

Esa es la doble moral o la gigantesca inmoralidad de los diputados opositores al osar mofarse del dolor ajeno con esta ley de amnesia social. Así son de pequeños estos diputados apátridas que se arrodillan ante el imperio y le hacen la comparsa a Obama, a quien observan como su verdadero amo. Son ellos, la oposición venezolana, la que aplaudió el decreto de Obama contra Venezuela. Fueron incapaces de oponerse a ese infame decreto que nos categoriza como una amenaza contra la seguridad de los Estados Unidos.

Esa es la oposición que hace vida en la Asamblea, una oposición que está a espalda de los intereses de las mayorías, a espalada del pueblo noble y que se presta al juego de un bloqueo hacia nuestra patria para seguir avivando la guerra económica…, la cual vamos a vencer.

Da tristeza ver como estos diputados opositores, que engañando a algunos lograron una mayoría circunstancial el pasado 06 de diciembre, ahora no han aportado absolutamente nada para acabar con las colas y para estabilizar la dinámica económica sino, más bien, hacen todo lo posible por seguir saboteando la economía; definitivamente, la única propuesta de estos apátridas es la destrucción del país por la vía que sea. Es por eso que debemos continuar alimentando la conciencia revolucionaria y sumarse a las tareas revolucionarias contra el bachaqueo, contra sus pretensiones de instaurar la impunidad con esa ley infame de amnesia y contra toda la maldad contra el pueblo venezolano.